3. Døde sopp

1.1K 117 68
                                    

Capítulo 3.
Døde sopp

Esa sensación de vigilancia no se detenía en su caminar, pero seguía a sus compañeros a pesar de que el miedo lo quisiera detener; su mirada se volteo unos segundos a sus espaldas para encontrarse con el chico que anteriormente era su pareja.

- Quackity, ¿Acaso no me amas? - Esa pregunta siempre resonaba su mente pero ahora mirar al mismo Luzu preguntar, ahora era un dolor en su pecho.
Quackity no lo pensó más y prefirió correr alejandosé de todo para estar en frente de sus camaradas, su pánico lo ocultaría, nadie podría saber quién era el responsable de toda la catástrofe de su mundo; lo mataría si hablaba.

Spreen percató ese reciente pánico del que se integraba al grupo, no pensaba cuestionar el porque, ahora solo estaba concentrado en llevar al niño que había cuidado según sus conocimientos, volteó su mirar al percatando el rostro de su misma cabellera que llevaba en brazos; ¿Por qué le dolía tanto ver al chico que había rescatado días después que había perdido a su amado?, si habría una esperanza, quería creer unos momentos; un suspiro largo le hizo caer nuevamente en esa preocupación.

El osezno de cabellos negros continuo avanzando con aquella mochila pesada que tanto había llevado recorriendo desde hace semanas, no le importaba, ahora estaba llevando consigo cosas muchas pesadas en su mente, su cansancio se presentaba en su rostro, pero unos lentes oscuros ocultaban eso; no importaba ahora, solo debía seguir en búsqueda de comida. ¿Su paradero?, no lo sabía pero debía seguir o terminaría siendo la comida de alguien.
Una tienda se cruzó en su camino, el letrero que a duras penas funcionaba indicaba el "24 HRS abierto" curioso porque aún había electricidad en el establecimiento, con cuidado entró al lugar pasando los escombros y viendo los cadáveres de las personas que habían muerto en estos por el pánico de la noticia.
Busco entre los estantes de comida en búsqueda de algo, para su suerte habían diferentes latas de comida, sin duda llevaría algunas para lograr avanzar.

A punto de tomar una sopa de tomate, sus orejas se voltearon a dónde se dirigían algunos sollozos; su vista volteo mirando a una puerta de la bodega de la tienda, su silencio era obvio, era una sorpresa encontrar a alguien que seguía aún con vida. Empezó a avanzar hacia la puerta para sacar su arma estando seguro de disparar si se tratase de un no vivo. El abrir de la puerta le fue complicado pero no imposible, una patada simple resolvería el problema encontrándose con un chico de apenas diecisiete años mirándole con terror.

- ¡No me mates!, ¡No estoy infectado!, ¡Lo juro por la rosa de Guadalupe y santa claus! - Se oculto entre sus manos el chico de máscara de calavera, Spreen no entendía ese comportamiento pero rió después de haber perdido a ese chico que le hacia reír antes que pasara todo el desastre.

- Che, ¿Cómo te llamas? - Cuestionó ayudando al menor a levantarse.

- Missa... - Respondió con un tono bajo, el osezno le miró atentamente y eso le ponía nervioso de saber las intenciones tras de este. - No...me matarás, ¿Verdad?.- Cuestionó mirando que el chico le negó, una de sus piernas estaba dañada, eso lo noto su contrario.

- ¿Cómo te hiciste eso? -Spreen reviso la pierna del chico, está estaba aún abierta pero entre esto pudo notar que una varilla de metal atravesaba la pierna del chico como para poder correr o caminar bien. Ayudo que el chico se sentará en un lado para tomar la pierna de este y mirar con más detalle la herida.

- ¿Qué...qué estás haciendo? - Cuestionó viendo que el contrario estaba dispuesto a sacar el pedazo de metal. - ¡Espera!, ¡N-N-... - No pudo terminar sus palabras una vez que el osezno le saco la varilla de metal, un dolor insoportable que le dio dar el grito de su vida debido a este; tapo su boca con su mano, claramente maldiciendo. - ME LLEVA LA VERGA Y LA VIRGENSITA DE GUADALUPE, OJALA TE ATROPELLEN UNOS CHANGOS. - Se quejó dejando salir sollozos de su rostro por su debido dolor, por su parte Spreen hechaba un poco de alcohol en la herida para desinfectar está, era claro que su intención era ayudar al contrario para que no perdiera la pierna.
Una vez acabado, vendo la extremidad dañada del contrario, el menor aún más calmado por sus sollozos solo se mantenía quieto a cualquier orden que le diera el híbrido.

𝔹 𝕚 𝕥 𝕖 𝕤 | ˢʰᵃᵈʳᵉᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora