(Daniela)
Definitivamente la había cagado con María José. Después de que nos echara de su casa Marina empezó a insistir en llevarme de vuelta a mi casa, yo simplemente negaba seria, no quería hablar con ella. No era su culpa que María José se enojara, pero no me hizo nada de gracia como le habló.
-¿Vas a seguir comportándote como una niña chiquita o vas a subir al auto?-
Miré a Marina con cara de pocos amigos.
-Vete de una vez y déjame tranquila-
Escuché que decía algo pero la ignoré, empecé a caminar por la carretera. Me di la vuelta y vi como el auto de Marina se alejaba, le agradecí al universo que se fuera y seguí paseando.
Terminé en un lago, estaba medio escondido y me pregunté si María José vendría aquí. Siendo sincera, no tenía ni la menor duda de que si había estado en este lago, seguramente sería su lugar para escapar y me gustó. Me descalcé y fuí hasta la orilla del lago, toqué el agua con el pie, mierda, estaba congelada, me senté en el césped y sonreí al imaginar a María José por aquí. Este lugar estaba hecho para ella, tan perfecto, tan escondido, lleno de pequeñas flores, los árboles perfectos para apoyarse y leer, los pequeños peces del lago. Ellos eran unos afortunados, podían verla en esos momentos donde podía ser ella.
Creo que estuve allí por unas tres horas, me había quedado dormida y eso no era lo peor, había empezado a llover y no precisamente poco. Empecé a caminar por la carretera, había empezado una tormenta demasiado fuerte y estaba empezando a asustarme. Con la oscuridad y la lluvia no veía una mierda, intenté llamar a alguien pero no tenía batería, resoplé agobiada y seguí caminando. Vi dos luces acercándose a mi a gran velocidad, un auto, por un momento pensé que me atropellaría, me aparté todo lo rápido que pude pero el coche frenó de golpe a mi lado, vi como alguien se bajaba, este era un momento perfecto para un secuestro.
-¿iEstás bien!?-
Era una mujer, se acercó a mi con una chaqueta sobre su cabeza, cuando la tuve enfrente y pude verle la cara. Mierda, era la madre de María José, no lo sabía porque la conociera, pero eran prácticamente idénticas, solo que ella con unos años de más.
-Solo estoy intentando volver a casa-
Dije temblando, ella me pasó la chaqueta por encima.
-Hay demasiada lluvia para volver ahora a la ciudad, ven con nosotros y pasas la noche en nuestra casa, mañana te acercamos a la tuya-
Asentí, tampoco tenía otra opción, me subí al auto. A mi lado había una niña pequeña, sería la hermana, noté como me miraba y como su padre me miraba por el retrovisor.
-¿Cómo te llamas cielo?-
Por el tono de voz que usaba, se notaba que quería tranquilizarme, tenía los ojos del mismo verde que María José.
-Daniela, gracias por ayudarme-
Me miraba las manos muerta de la vergüenza, esto hizo que la pequeña se riera, la miré arqueando la ceja sonriendo.
-¡No estés timida! ¡No te vamos a comer!-
Reí negando.
-Pues menos mal, hoy no me levanté con ganas de que me coman-
La pequeña soltó una risa que me recordó a su hermana.
Llegamos a la casa, dejaron el auto en el garaje y entramos.
-¡María José estamos en casa! iTrae unas toallas cariño!-
La vi bajar, pelo recogido, pijama de "winnie the pooh", lentes. Mierda estaba perfecta. Cuando me vió frunció el ceño, podría haberme derretido ahí mismo.
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Bailando entre las Estrellas (Adaptación Cache)
FanfictionMaría José está rota, perdida, cansada de cargar con una sonrisa que cada vez le pesa más. Daniela aprendió a evitar el dolor, Daniela ríe y ríe de verdad, Daniela no necesita apariencias, pero necesita que la quieran Una ciudad y dos chicas perdida...