20 - ¿Qué corrompe a un alma sensible? (2/3)

63 10 29
                                    

CAPÍTULO XX
¿Qué corrompe a un alma sensible?
:・゚✵ :・゚✧ :・゚✵ *:・゚✧:・゚✵ :・゚✧:・゚



Pasado.



—Vamos, no te hará nada —me incita Paige, acercándome el vaso de vodka con jugo de naranja.

Acepté asistir con ella a la fiesta de la que tanto hablaba. A mis padres les sorprendió un poco, es primera vez que voy a una fiesta, pero la verdad por ahora ha estado bien. Entrar fue un lío, no solamente por ser menor de edad, sino que además mi cara no ayuda en nada en aparentar ser mayor. Al contrario, me hace ver aún más pequeña. Paige estuvo unos minutos hablando con el guardia hasta que finalmente nos dejó entrar. Ella tiene un poder de convencimiento extraordinario, aunque creo haber oído que le explicaba que era extranjera. Dudo que se lo haya tragado, pero Paige dice que a las mujeres siempre las terminan dejando pasar.

Ella me guía por el estrecho local. La terraza al aire libre cuenta con algunas mesas vacías, así que decidimos tomar asiento en tanto nos pedimos unos tragos. Nunca he bebido, y le tengo un miedo horrible. Me pone nerviosa. Sin embargo, eran gratis junto con la entrada, y Paige dice que las cosas gratis no se rechazan.

—No he bebido nunca —le confieso.

—Ah, hubieras empezado por ahí —dice con una media sonrisa— bien, bien, aquí está tu maestra. Estas son las reglas, antes de beber asegúrate de haber comido algo unas horas antes. Y con comer, me refiero a COMER —alza la voz— un sándwich estaría bien o un plato, ¿me entiendes? tipo almuerzo —explica— y después de beber, comeremos también. Obvio, con unas horas de diferencia. Así lo que nos haya pegado, se nos pasará. Quizá unas papas fritas estarían bien.

—Ok... básicamente comer todo el tiempo.

Paige se pone a reír.

—Unas horas antes, y unas horas después. Ah, ni pienses en mandártelo de una. Debes tomar de a poco, ¿me entiendes? —Juega con uno de sus rizos—. Si comienzas a ver que el mundo gira, chica, anda al tocador que vas a vomitar —me advierte— Mmh, siempre debes beber de menos a más.

—¿A qué te refieres?

—Partes por el licor que tenga menos grado alcohólico, después si quieres tomar otra cosa, ese debe tener más grado alcohólico, nunca al revés o te pegará mal.

—Ok, ok...

—Entonces, adelante... ¿salud? —Alza su vaso buscando que lo choque con el mío. Lo hago, pero mi mano tiembla.

—Estoy algo nerviosa...

—Confía en mí —dice, y entonces pruebo el vodka.

Arrugo la nariz.

—Paige, esto sabe asqueroso.

—Eres una nena, Agnes —Paige habla entre risas.

—Bueno, soy menor, ¿no?

—Te saco un par de años —me saca la lengua— debo rendir en este colegio, o mi madre me sacará y quizá donde terminaré.

Paige tiene dieciocho años, por ello no tuvo problema en entrar a este tipo de locales.

—Tienes la edad de mi ex... —murmuro.

—Mmh, sueles relacionarte con gente mayor, al parecer. —Niego con la cabeza. Pese a que he sido yo misma quien se ha referido a él, su solo recuerdo me deja unos segundos en blanco.

—¡Mierda! —el grito de Paige me saca de mi ensimismamiento— El imbécil está aquí. No te gires, no te gires —me pide.

Si Paige lo que quiere es disimular lo hace bastante mal, no parecemos dos amigas que están conversando con naturalidad, ambas nos hemos quedado rígidas. Espero unos minutos hasta que el muchacho ha avanzado por la terraza quedando a mi vista. No es alguien que captaría mi interés. Su apariencia física no calza con las personas que encuentro atractivas. Su nariz es pronunciada al igual que los músculos de sus brazos, los cuales estratégicamente deja al descubierto en una camiseta sin manga de color fosforescente. Los pantalones le caen a un nivel que deja al descubierto la parte alta de sus calzoncillos, y trae un jockey vuelto hacia atrás.

El despertar de los sueños olvidadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora