Capitulo 5

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Domingo. 09:30 am. Estaba acostada en mí cama leyendo un libro en Wattpad, iba por el capítulo 10 cuando la puerta de mí cuarto se abrió y entró mí perrita, se quedó sentada a un costado de mí cama esperando a que le dijera si podía subirse a mí cama o tenía que irse. Mí papá se lo había enseñado ya que cuando mí abuela venía de visita, Pinkie se metía en su habitación y se subía a la cama, y a mí abuela no le gustaba mucho eso, así que no nos quedó de otra.

- Sube - le dije con una sonrisa indicando el espacio vacío a mí lado

Se subió al instante y apoyó su cabeza en mí estómago, empecé a acariciarle la cabeza y pronto se quedó dormida. La amo tanto.

Me quité los lentes de descanso que usaba para leer, dicho así parece que tengo 70 años, los puse mí mesita de luz y me levanté lo más suave que pude, intentando que Pinkie no sé despertara. Fue en vano ya que apenas me moví abrió los ojos, bostezó y se bajó de la cama de un salto.

Todavía tenía puesto mí pijama de Harry Potter, así que me cambié y fui hasta la cocina para desayunar y darle de comer a mí can-hija.

Cuando llegué a la cocina, mí hermano estaba buscando un paquete de galletas, Oreos seguro, en la alacena. Mí papá estaba tomando su clásico café negro con tostadas y mermelada de durazno mientras hablaba por teléfono con mis abuelos, mí mamá estaba sentada delante de su portátil resolviendo asuntos del trabajo tomando también café negro. Yo me hice un café con leche y lo acompañé de galletas Oreo que le robé a mí hermano sin que se diera cuenta, soy experta en eso. Una vez que terminé, lavé las cosas que había ensuciado y le dí a Pinkie su desayuno.

Fui al baño, me lavé la cara y los dientes e hice mis necesidades para luego ordenar un poco mí habitación.

- ¡Sam! - me llamó mí madre desde su cuarto - ¿Podrías venir un segundo?

- ¡Ya voy! - le contesté al momento que dejaba de hacer lo que estaba haciendo para dirigirme hacía la habitación de mis padres que estaba ubicada al frente de la mía.

- ¿Qué pasó? - le pregunté una vez en la habitación.

- ¿Recuerdas a Beth? - me preguntó

- ¿La que me dijiste que fue tu compañera en la primaria? - contesté

- Si, esa misma -

- Si, la recuerdo, ¿Qué pasa con ella? -

- Me ha invitado a que vaya a su casa por la tarde, para ponernos al día después de tanto tiempo - contestó

- Ok, muy bien, ¿Pero eso que tiene que ver conmigo? - pregunté 

- Me dijo que podía llevarte, ya que antes te llevabas bien con su hijo y, no sé, tal vez puedan volver a ser amigos - me dijo no muy segura de su respuesta

- Claro - le dije con una sonrisa - me encantaría acompañarte

- Ok, nos vamos a las cuatro - dijo sonriendo

- Estaré lista - dije saliendo de su habitación

Ya eran las 12 cuando me llamaron para almorzar. Fue simple, milanesas de pollo con puré de papa ya que ni a mis padres ni a mí nos dieron ganas de cocinar.

El tiempo se pasó mientras leía mí libro hasta el capítulo 20 y jugaba Minecraft con mí hermano. En un abrir y cerrar de ojos ya eran las tres y media, así que comenzé a prepararme; me dí una ducha rápida y fría, me sequé un poco el cabello y me puse unos pantalones rotos de jean, y opté por una camiseta negra con detalles en azul que me llegaba hasta la cadera, así que metí la camiseta adentro del pantalón y me calce con mis amadas Nike Air Jordan, que tenían detalles el blanco, negro y azul, era la combinación perfecta. Justo terminé de cambiarme cuando el reloj marcó las 15:55.

- Toc toc - dijo mí madre golpeando mí puerta

- Pasa - le dije preparando mí mochila con las cosas esenciales de siempre

Cuando entró, ví que llevaba puesto un overol de jean largo ya que el día estaba más fresco que otros, que combinó con una camiseta blanca con estampado de flores, zapatillas también blancas y un bolso pequeño de color beige. Le quedaba muy bonito.

- Te sienta bien el blanco - dije sonriendo

- Y a ti el azul - me respondió de la misma manera - bueno, ya tenemos que irnos

- Ok - le dije ya con la mochila en el hombro

Iríamos el el auto de mí mamá, porque aunque quedaba cerca, habían pronosticado lluvia para las seis y a mí madre no le gustaba mucho empaparse con la lluvia.

Una vez que llegamos, estacionó el auto en el frente de la casa y nos bajamos con nuestros bolso y mochila, mí madre cerró el auto con llave y caminamos en dirección a la puerta principal de la casa. Mí madre iba a tocar pero se detuvo cuando vió un cartel pegado a la puerta que decía "Por favor, golpee pacíficamente, gracias", así que le hizo caso y tocó la puerta tres veces, suave pero tanto como para que no lo escucharan.

Habían pasado treinta segundos cuando la puerta se abrió dejando ver a una mujer rubia, unos centímetros más alta que mí mamá sonriendo ampliamente.

- ¡Jenna! Qué gusto verte - dijo Beth mientras abrazaba a mí madre

- Lo mismo digo, Beth - dijo correspondiendo el abrazo

Cuando se separaron del abrazo, la mujer rubia me miró sorprendida y me dijo:

- ¡Hola Sam! que lindo es volver a verte -

- Pienso igual - dije sonriendo

- ¡Pero mírate! Ya estás hecha toda una bella y encantdora señorita - dijo agarrándome de los hombros con suavidad

- Gracias Beth - dije y le dediqué otra sonrisa

- Bueno, que estamos esperando, pasen a la sala de estar por favor - dijo haciéndose a un lado para que pudiéramos pasar.

𝕄𝕚 𝕃𝕦𝕘𝕒𝕣 𝕊𝕖𝕘𝕦𝕣𝕠 | Connor PaytonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora