Capitulo 3

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- Despierta Brina - dije sacudiendo a mí mejor amiga - Ya tenemos que ir a desayunar -

- Cinco minutos más - me contestó sin abrir los ojos y taparse con las sábanas hasta la cabeza

- Bueno, tu te lo pierdes, tu mamá hizo panqueques - dije saliendo de su habitación

No sé cómo lo hizo, pero en un abrir y cerrar de ojos ya estaba parada al lado de las escaleras esperándome para bajar

- Apúrate, o Brooke se acabará todos los panqueques - dijo agarrándome de la muñeca para bajar las escaleras. Casi nos caemos, sí, pero llegamos sanas y salvas a la cocina y nos sentamos en la barra.

- Aquí tienen niñas - dijo Eva entregándonos un plato de panqueques con fresas y Nutella a cada una, acompañados de un vaso de jugo de naranja.

Apenas pude terminar cuando golpearon la puerta, supe que era mí padre por la cabellera rubia que podía verse a través de la ventana.

- ¿Por casualidad mí hija podría estar en su hogar? - preguntó divertido

- Para su deleite, me encuentro aquí ya lista para regresar a casa - le dije

- Que bueno, porque si aparezco en casa sin ti, tu madre me cortaría el cuello - exclamó moviendo su mano derecha sobre su cuello.

- Si, ya me lo imagino - dije riendo

- Bueno, ¿Nos vamos? - preguntó él

- Si, cómo te dije antes, ya estoy lista - dije con mí teléfono en la mano - ¡Adiós, chicas!-

- ¡Adiós! - dijo Sabrina con la boca llena de fresas con Nutella

- ¡Adiós, Sam! Nos vemos luego - exclamó Brooke

Luego de despedirme, me encaminé hacia el asiento de adelante del auto, abrí la puerta y me senté mientras mí padre ponía una de nuestras canciones favoritas y encendía el auto.

- And we can build this dream together, standing strong forever, Nothing's gonna stop us now - canté en voz baja mientras pasábamos por el frente de la casa del rubio de ojos azules.

Cuando ya estábamos llegando a casa empezó a sonar por los parlantes aquella canción que tanto me gustaba, Careless Whisper de George Michael.

- ¡Ay! Justo ahora que llegamos a casa tenía que sonar esta canción - protesté mientras mí padre se reía.

Una vez que llegamos, sentí como si una estaca se clavara en mí corazón cuando se dejó de escuchar el estribillo, tuve que bajarme del auto de todas maneras.
Ya adentro de casa, saludé con un beso en la mejilla a mí madre que estaba leyendo un libro recostada en el sofá de la sala, no la interrumpí porque yo también disfruto del placer de la lectura en paz. Subí las escaleras en dirección a mí cuarto, cuando ví que la puerta del cuarto de mí hermano estaba entreabierta, me asomé y sonreí al verlo sentado en el suelo al frente de la televisión con su joystick en las manos jugando Minecraft.

Salí de su habitación y me dirigí a la mía, era sábado, no tenía que ir a la escuela ni hacer tarea, así me conecté los audífonos a mí celular, me los puse y coloqué esa canción que minutos antes estaba sonando en el auto y que, por desgracia, tuvo que cortarse al llegar a mí casa.

Ya había terminado la canción cuando revisé la hora y ví que faltaban treinta minutos para que la madre de Brooke me fuese a buscar para ir a ver el partido de los Guerreros con ellas, así que tenía que prepararme. Este día había amanecido nublado, pero pasado el mediodía se empezó a aclarar y comenzó a hacer más calor, estamos en Texas a fin de cuentas.

Me dí una ducha rápida, cuando salí, decidí ponerme una camiseta blanca que llevaba escrito el logo de ACDC, junto con un short negro y mis Converse blancas. Me até el cabello en una cola de caballo casi perfecta y me puse desodorante y algo de perfume, iba a llevar una mochila pequeña en la que entraba lo esencial: mí teléfono, audifonos, toallas femeninas, desodorante, un poco de dinero y lentes de sol, los cuales decidí llevar puestos ya que hacía mucho sol, pero para mí gran satisfacción, había una suave brisa que hacia que no se sintiera tanto el calor.

Ya había terminado de vestirme y ordenar un poco cuando escuché el timbre la casa sonar.

- ¡Sam! ¡Hija, vinieron por ti! - gritó mí madre desde el primer piso. Por si olvidé contarles, apenas Brooke me invitó a ir con ella al partido llamé a mí madre para pedirle permiso, no puedo hacer planes sin su consentimiento a pesar de que estoy segura de que me lo dará, nunca podría hacerlo, ser rebelde no me sale.

- ¡Ya voy! - le dije mientras agarraba mis cosas y bajaba las escaleras a toda prisa

Una vez en el primer piso, saludé a Brooke y a su madre con un beso en la mejilla y Brina terminó dándome un gran abrazo, el cuál correspondí al instante. Me despedí de mis padres y emprendimos camino hacia el estadio, fuimos caminando ya que no quedaba tan lejos.

𝕄𝕚 𝕃𝕦𝕘𝕒𝕣 𝕊𝕖𝕘𝕦𝕣𝕠 | Connor PaytonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora