001. Cadena interminable

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Ella era su estrella, aquella que quise ser yo.

Pero los ojos cálidos que le daba a ella, la suave mirada que le daba a ella, era tan diferente a la gélida mirada que me daba a mí, y me dolió el corazón.

Era la misma persona, pero sus ojos me miraban fríos, su rostro era inexpresivo y su tacto era sombrío cuando su mano rozaba con la mía.

Jamás iba a ser para mí.

Lamentablemente yo no era ella, yo no era su estrella.

No era el motivo de su suave risa, ni de su aterciopelada sonrisa, muchos menos de su caramelosa mirada.

Yo no era quién pintaba con brillo y arcoiris sus helados días, no eran quién le devolvía la vida a su cielo.

No era yo, era ella.

Ella ocupaba mi lugar.

Yo me enamoré de él, y él se enamoró de ella.

Pero ella se enamoró de otro hombre, alguien que no era quien la amaba.

Y se quedó con él que yo amé, porque era parecido a quien ella amaba.

Y la persona que ella amaba, no estaba enamorado de ella.

Él estaba enamorado de mí, y no de ella.

Flébil corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora