Capítulo 18.

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Culpable.

Desde hace mucho tiempo no había podido, o atreverme, a recordar de mi pasado. Muy pocos lo sabían, como mis padre obviamente, mi familia de parte de mi madre y padre que nunca me habían apoyado, y mi mejor amiga Lalisa, quien había estado conmigo siempre. Pero ya era hora, era hora de quitarme este peso, de ser libre, de aclarar un poco mi mente, de tratar de no sufrir tanto.

Era hora de dejarlo ir...

-¿Ves quién va ahí?-murmuró alguien a mis
espaldas.

-Si, esa malnacida de Jisoo-respondió alguien alzando un poco la voz para que pudiera llegar hasta mis oídos.

Aún así, yo me hice la sorda y seguí con mi camino.

Era invierno. Ese día llevaba una chamarra de cuero negra, unos pantalones con unas botas negras igualmente y mi pelo suelto.

En mi hombro descansaba una mochila con varios libros a dentro para la tarea de fin de semana, aunque hasta abajo escondido entre todo se encontraban más de cuarenta tarjetas de odio y desprecio de parte de mis compañeros de escuela que habían dejado en mi casillero. Algunos había sido tan descarados que habían escrito su nombre para que supera quien había sido, otros simplemente no lo hicieron. Pero, lo más triste es que nadie alguna vez me había brindado un poco de apoyo, al menos alguien quien no fuera Lalisa.

Durante todo el camino de regreso a casa me encontré con personas conocidas ¿Y cómo no?
Esto era un pequeño pueblo con menos de mil quinientos habitantes, obviamente todos aquí se conocían del derecho y al revés, o bueno, eso querían pretender. Mi pueblo, era una locura. La gente se aburría de su propia vida al grado de empezar a inventar cosas de los demás.

Como lo decia, mi pueblo era una locura.

-iOye , Jisoo!-dijo Seung.

Yo a regañadientes volteé para verlo.

-¿Qué piensas hacer hoy? ¿Saldrás con Satanás a asesinar más gente?- dijo

Su grupo rio ante su broma.

Yo sentí como se apretujaba todo a dentro de mí, como todo el aire se me escapaba.

-Yo no hago eso-murmuré entre dientes haciendo un gran esfuerzo por no llorar.

Laila rió más fuerte ante mi respuesta. Si alguien quería conocer al mismísimo demonio, entonces solo debía acercarse a Laila. No se como todos me culpaban a mí o decían barbaridades a mis espaldas, cuando ellos eran aún peor.

-Solo Lalisa fue la que cayó en tu vil juego, no me sorprendería que ella también fuera malvada ahora- dijo Seung.

Sus rostros se ensombrecieron, ahora, ellos parecían los verdaderos demonios. Esos ojos grises, verdes, azules y castaños, todos mirándome con sonrisas hipócritas y crueles mientras animaban a los demás a atacarme para matar mi demonio interior. Los demás me abucheaban y gritaban insultos desagradables, pero yo no reaccionaba, solo miraba a aquellos seis seres malvados con sonrisas triunfantes.

-iAsesina!-apoyó otro a lo lejos.

-iMereces ir al infierno!-aulló uno.

Y así comenzó todo. Más de la mitad de mi escuela diciéndome de cosas y empujándome hacia más multitud. Entre ellos, se encontraban mis ex amigos, y lo peor es que ellos habían comenzado todo aquello y que ahora ellos eran los que me hacían más daño.

-iBasta!-grité entre sollozos y lagrimas.

El aire me empezaba a faltar y mi pecho se descontrolaba con mis respiros inútiles. Tal vez, eso sería lo mejor, morir ahí y que ellos cumplieran con su vil cometido, matar a mi demonio interior.

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⏰ Última actualización: Sep 09 ⏰

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