"En la ultima etapa de la enfermedad, el paciente con esta afección muestra mejoría en si mismo, pudiéndose poner de pie y demás cosas, pero, realmente es un ultimo empujón que da su cuerpo para tratar de salvar su sistema inmunológico, el cual ya esta lo bastante dañado para recuperarse"
Cap. 50 de La Historia de la Humanidad
Luego de que aquello pasará los días transcurrieron, diciembre por fin había llegado y todo parecía mejor que nunca, el chico, Kuroo, por fin podía comer sin intentar vomitar incluso podía ir por si sólo a la ventana y al baño, eso comenzaba a hacer que la esperanza de Kenma aumentará por fin podría tener a el chico que amaba toda su vida, tal y como quería desde el principió ya no tendría que preocuparse demás, ese día llego, casi dando saltitos los padres de el chico le habían dicho que estaba mejor y que fuera a quedarse con él un rato, entro al cuarto, mirando a el chico con una pelota de voleibol entre los dedos mirando la nieve caer por su ventana traía el mismo suéter que había puesto unos días atrás Kenma para ir a la azotea se acerco a él con pasos lentos y cuidadosos y abrazo a el chico sin decir nada
Kuroo: Viniste -Sonrió mientras acomodaba el balón en su costado acariciando los cabellos de el chico con ojos amarillo mostaza-
Kenma: Claro que vine -susurro sin soltar a el chico, de nuevo tenía ese lindo perfume que le gustaba inundaban sus fosas nasales suspiro el aroma y miro sus ojos- ¿Quién te dio el balón?Kuroo: Ah, eso, bueno Bokuto vino con Akashi hacia unos minutos y me dejo esto, diciendo que están listos para cuando vuelva a jugar
Esa hermosa sonrisa salió de los labios de Kuroo, esa sonrisa que Kenma tanto amaba y vería por los siglos de los siglos, sólo quería abrazarlo y no soltarlo nunca en su existencia. Amaba que estuviera mejor, tomó su mano y la puso en su mejilla algo necesitado de su afecto, el chico sólo acarició su mejilla y tiro el balón, haciéndose a un lado para que el chico se acostara a su lado, cosa que no dudo en hacer y volvió a abrazarse de él mientras lo miraba a los ojos, una sonrisa salió de sus labios, bueno, parecía más una mueca, eso le sacó una pequeña risa, este lo empujó un poco sonrojado, aún sin soltarlo, al contrarió, sólo se aferraba más a él.
Kuroo: ¿sabías que me das amor apache? -soltó una risa después de quejarse un poco por el empujón que este le había dado, era perfecto, si pusiera una línea en una libreta por cada vez que se enamora de él, tendría 20 libretas-
Kenma: ¿Qué rayos es amor apache? -Murmuró mirándolo con un puchero en la boca ese chico lo hacía tener rabietas cada 5 minutos, pero nunca lo cambiaría por nada-
Kuroo: por que me pegas y luego dices que me amas -miro a otro lado mientras fingía que limpiaba sus lagrimas imaginarias-
Un suspiro salió de la boca de el chico de cabellos dorados, era un dramático, tapo sus ojos mientras miraba a otro lado, como si estuviera resentido, el de ojos color dorado rodo sus ojos mientras se abrazaba de él sin decir nada
Kenma: Ya basta, eso me va a matar... -soltó un quejido mientras movía sus pies algo desesperado, ese lado era irritante, pero a la mierda, amaba a ese chico-
Kuroo: No, no, no, eres un maltratador de esposos -miro de reojo la cara sonrojada de el chico, quería soltar otra risa, pero sabía que le iría de peor forma-
Eso inundo las mejillas de el chico con un sonrojo y un rostro indescriptible, bueno ahora podía hacer bromas, eso le alegraba bastante pero no podía jugar con eso, jugo con un pequeño hilo que estaba en el suéter de el mayor y lo miro a los ojos apenado, ocultando parte de su rostro, eso hizo que el corazón de Kuroo se le cayera a los pies, mierda, ¡era realmente lindo! ¡lo iba a hacer explotar!
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𝓔𝓵 𝓱𝓮𝓬𝓱𝓸 𝓭𝓮 𝓶𝓸𝓻𝓲𝓻 𝓷𝓸 𝓬𝓪𝓶𝓫𝓲𝓪 𝓷𝓪𝓭𝓪🌻 (Completa)
FanfictionMitos y mitos acerca de las almas gemelas, cuando sólo uno es cierto... Los pétalos en la piel.