°~Capitulo 9~°

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"Los pétalos de el alma gemela de él fallecido dejan de caer después de esto, y de igual forma su tiempo de vida aumenta"

Libro de la historia de la humanidad pág 61

El funeral de el chico fue un par de días luego de el trágico día, todos estaban allí, familiares, amigos y claramente también Kenma... Este aún no había podido, procesar lo que pasó, parecía realmente irreal, no sabía como tomarlo, a penas y podía estar sentado, estaba desesperado y extasiado para que esto no fuera Real, rezaba, por que eso no fuera real, miro llegar a algunos de sus amigos, Lev y Yaku, Bokuto y Akashi, en ese momento iban llegando Hinata y Kageyama, quien solo hizo una reverencia en forma de pésame y Hinata se lanzo a abrazarlo sin decir nada

Hinata:... Lo siento Kenma -Solto el peli naranja aferrándose a él cuerpo de el chico, el cual, solo se quedo en su posición-

Kenma: No se por que te disculpas... no fue tu culpa después de todo [Fue la mía] -No quería volver a llorar, sentía que ya no podría hacerlo más, aún no podía creerlo, cada noche esperaba que el chico peli negro entrara por su puerta para recordarle que tenía deberes que hacer y abrazarlo hasta dormirse... Mierda, estaba llorando de nuevo-

Hinata: No fue culpa de nadie... no sé podía prevenir...

Se exaltó cuando el chico lo sacó de golpe, casi empujándolo y sus cejas fruncidas ante lo que dijo, claro que había un culpable, él lo era, él era el culpable, siempre lo fue, por su culpa ese lindo chico estaba adentro de una caja de madera, mientras sus padres y amigos lloraban a cántaros por él, sentía toda la culpa en sus hombros, si tan solo Kuroo hubiera tenido otra alma gemela...

Hinata: K-Kenma? -Eso lo había puesto nervioso y confundido, casi nunca se separaba así de sus abrazos-

Kenma: Seguiría vivo... -murmuró, dando pasos torpes hacia donde haría su discurso, la mamá de kuroo había insistido-

La ceremonia había comenzado, las palabras de los padres, incluso Bokuro había hablado, claramente también por petición de la madre, por fin había llegado el turno de Kenma, estaba en blanco, ni si quiera se había esforzado, por escribir algo, estaba demasiado cansado como para pensar en algo, tomo lugar en donde se suponía que debía hablar y volteó su mirada, no había visto a Kuroo en ningún momento, no podía con aquello, realmente

Kenma: Kuroo... siempre fue muy, exigente con sus metas, el amaba, el voleibol, la leche de vainilla y el té helado... era algo que solía comer a menudo en el almuerzo o comida... -Sentia la mirada de todos encima de él, era demasiado, menos sabiendo que él era el culpable- Siempre en cada, ocasión que tenía, decía que, yo era la mejor alma gemela... Me hubiera gustado nunca serlo, por que así el, seguiría con vida -Sus labios comenzaron a temblar, no quería hacer un escándalo por aquello, pero, realmente no podía evitarlo, se odiaba con ganas- Me hubiera gustado que Kuroo tuviera otra alma gemela, pero, me enoja pensarlo... me enoja que haya sido mi culpa que él este allí... ¡Odio los malditos pétalos en la piel! ¡Odio esto de las almas gemelas! ¡¡Odio que Kuroo esté muerto!! -Sollozo mientras se giraba por fin mirándolo, estaba tranquilo, se veía como si solo tomara una siesta, sus ojos se inundaron de lagrimas y mordió su mejilla internamente, la cual ya estaba bastante llena de heridas, cayó de rodillas, mientras se aferraba a el borde se aquella caja de madera- Perdóname por matarte Kuroo, perdón  también fuiste la mejor alma gemela

Sus sollozos se hicieron presentes en la sala, haciendo que todos comenzaran a sollozar de igual manera, era doloroso ver a aquel joven de secundaria, llorar por él chico que había amado con su Alma y con el cual había compartido gran parte de su corta vida, sintió una mano en su hombro... Bokuto, se soltó de su agarre y se levantó haciendo una reverencia y corriendo hacia a fuera, odiaba los pétalos, odiaba el amor y odiaba que Kuroo estuviera muerto, tambaleo contra la nieve, era diciembre... ahora, también odiaba diciembre, le había arrebatado lo que más quería. 

Kenma: ¡¿por qué me lo quitaste Dios?! ¿¡¡Ah!!? ¿¡Por que lo alejaste de mi!? -Se abrazo a su mismo, cayendo de rodillas contra aquel frío destino, tapando sus ojos, simplemente quería morir, quería ir con Kuroo, quería estar con él-

Bokuto: ¡Kenma! -Se acerco, el chico de ojos hinchados con un traje negro, junto con su alma gemela Akashi, este ni siquiera los miro, estaba muy sumido en su sufrimiento como para mirarlos- ... Kenma

Kenma: Déjame, por favor -quería ir a casa y llegar con capuchino, quería a capuchino en sus brazos, para poder llorar otro rato, al igual que todos los días- 

El chico sin titubear, le acerco una pequeña caja de madera la cual se veía que contenía algo, este sonrió tristemente y espero que la tomara, el cual lo hizo con un cierto temblor y desconfianza, el chico junto sus manos, sin poder articular bien las palabras, no quería arruinarlo, miro a Akashi pidiendo ayuda, él cual entiendo completamente su mensaje, suspiro y se acerco Kenma, hincándose levemente.

Akashi: Esto... Te lo dejo Kuroo antes de morir, se la había dado a bokuto un par de semanas antes, dijo que por si no- 

Kenma: No... digas más por favor Akashi, por favor -Murmuró temblando, el frío y sus sollozos no ayudaban a calmarlo, se levanto de el frío suelo y sin mirarlos camino lejos de ellos-

Bokuto: ¿A dónde vas? -Pregunto confundido, pero Akashi tomo su mano antes de que lo siguiera, negando un par de veces-

Kenma: ... A casa

Sus pasos hacia su hogar se hicieron torpes, a penas y podía con su propio peso, la caja se le resbalaba de las manos varias veces, hasta llegar por fin, sintiendo sus ojos cansados y las bolsas de sus ojos pesar como si estuvieran hechas de cemento, su madre no dijo nada, sabía que le pasaba, pobre de su hijo, por desgracia para Kenma... casa ya no se sentía casa, se inclino en su cama, viendo al minino dormir plácidamente, se dejo caer en esta, haciendo que se exaltara y lo mirara, acurrucándose en su espalda casi al instante, el chico miraba la caja entre sus dedos, un ultimo regalo de Kuroo, sus labios se apretaron, siempre pensó en él, siempre, lo extrañaba tanto, no tuvo el valor de abrirla, por lo que lo puso debajo de su cama y se hecho a llorar, sin poder evitarlo, llorar era el único consuelo que hallaba en ese momento, quería dormir, dormir... 

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𝓔𝓵 𝓱𝓮𝓬𝓱𝓸 𝓭𝓮 𝓶𝓸𝓻𝓲𝓻 𝓷𝓸 𝓬𝓪𝓶𝓫𝓲𝓪 𝓷𝓪𝓭𝓪🌻 (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora