Capítulo cinco

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Primero que nada quiero agradecer a esas personas que han tenido la paciencia de respetar mi decisión y esperar. Últimamente he estado bastante abrumada con los estudios y cada vez tengo menos ratos libres, sin embargo intentaré sacar el máximo provecho de cada uno de ellos y terminar esta obra de arte :).
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Sᴇᴄʀᴇᴛs
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🇦 🇺 🇷 🇴 🇳 

Auron se levantó con bastante ánimo aquella mañana, el sol apenas salía y se preveía que sería un día con un clima bastante agradable. 

Se dió una ducha caliente y se preparó, el día anterior después de la curiosa visita de Luzu salió a comprar algo de ropa por su cuenta, pues no seguiría llevando la ropa prestada por Vegetta durante más tiempo. Se ajustó la pechera de cuero sin mangas y el simple toque de sus manos sobre su cabello hicieron que este se secara al instante, lo moldeó a su manera y sonrió frente al espejo. 

Una vez listo, bajó las escaleras y salió, comenzando a caminar bajo el cielo arrebol en dirección al ayuntamiento. Al detenerse ante la entrada pensó en que quizás sería demasiado temprano como para aparecer por allí, pero las ansias de ver al alcalde le empujaban a entrar. Primero saludó con una sonrisa a la mujer del mostrador y esta le miró con recelo. 

—¿Qué buscas ahora, niño? —preguntó con cierta irritabilidad, la sonrisa de Auron se hubiera desvanecido de no ser por sus dotes de actuación. 

—Deberá disculparme por las horas que son pero… Me gustaría ver al alcalde Sapo Peta —intentó que su tono sonara lo más cortés y disciplinado posible, ella lo miró sobre la montura de sus gafas rectangulares y se giró hacia el botón. Justo antes de que pudiera hablar y pulsarlo, Parker hizo presencia en las escaleras—. ¡Parker! Qué alegría verte. 

—Lo mismo digo señor Auron —Parker se giró hacia la mujer—. No se preocupe Miss Rogers, yo me encargaré de él. 

La mujer no puso objeción ninguna, continuó con sus cosas mientras Auron era llevado por el secretario. Subieron las escaleras y recorrieron el mismo camino que hace dos días. Antes de llegar a la puerta del despacho del alcalde, el moreno detuvo a Parker. 

—Oye Parker una pregunta… —su tono de voz sonaba confidencial— ¿cómo supiste que estaba allí abajo? 

Esa pregunta pareció descolocarlo, sacudió su cabeza. 

—Alguien como usted no pasa desapercibido señor Auron. Recibí un aviso de mi alcalde donde me decía que bajara a recogerle, imagino que debió de verle mientras venía al ayuntamiento. 

Sin querer ser muy pesado con el tema, Auron no le preguntó nada más y se dirigió hacia la puerta, agradeciendo a Parker antes de entrar. 

—Buenos días Sapo Peta —saludó energéticamente, el hombre le miró con entusiasmo. 

—Auron —se levantó de su silla y se acercó al más bajo, dándole dos besos en las mejillas—. No sabes lo que me alegra volver a verte —detectó cómo el menor se paralizó ante su gesto y entró en pánico—, oh… lo siento si te ha incomodado… 

Auron pestañeó reiteradas veces y miró al alfa, sonrió. 

—No, no me ha incomodado en absoluto. No te preocupes por eso. 

El más alto suspiró aliviado.

—Menos mal. Y… ¿qué te trae por aquí tan temprano? 

—Sonará tonto pero es para agradecerte el regalo de ayer, la espada —sacó el arma y la miró con aprecio. 

LUZ INFERNAL ᯾ LIBRO TRES Donde viven las historias. Descúbrelo ahora