Hasta pronto.

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Hay personas, que al conocerlas, son como el café. Sientes un choque de adrenalina por dentro, son esas personas que al escucharlas hablar te hacen sentir un terremoto en tus pies, como un disparo de energía, de conocimientos, de química, de sucesos inesperados, de amabilidad …directo a la sien. Y yo vi una de esas personas con mis propios ojos.

Dije que era alguien peligroso, que no tenía en mi interior un hermoso ser, pero ella me vió con esos ojos…esos ojos compasivos, llenos de ternura y paz. Alivió mi alma afligida en unos segundos y me miró como nadie nunca me ha visto en mucho tiempo. Me sentí afortunado, afortunado por alguien que me miraba de esa forma, afortunado que un segundo frente a ella valiera más que todo el oro del mundo, afortunado de que alguien como ella me demostrara que este mundo es hermoso aun con todo el dolor que existe en él. Muchas gracias

No quiero ser un ingrato, ni un insensible ante su noble persona. Pero justo ahora soy un hombre perdido, sin tener a donde regresar, ni a dónde ir, me encuentro deambulando como un naufrago en este inmenso mar, ansío respuestas pero temo también a ellas, ansío perderme en un lugar donde nadie me encuentre, pero también ansío encontrarme a mí mismo.

Ahora me marcho, sin despedirme formalmente, sin dar la cara frente a usted, me marcho cobardemente, esperando tener suerte en esta ruleta del destino.

Conocerle pudo ser cuestión de suerte o una simple coincidencia, pero prefiero interpretarlo como un regalo de la vida. Hasta pronto y gracias por todo.

Atentamente. Un náufrago.

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