2.1K 153 12
                                    


Estaba en algún pueblo abandonado de Roma. Esos pueblos que jamás importaron, en esos pueblos crecía cómo plaga lo que los humanos llamaban: maldad. De esa clase de lugares salían los peores seres humanos que manchan aún más su sociedad.

Le molestaba tener que cambiar su apariencia. Tener que verse como los seres que más despreciaba no le gustaba, pero por esa vez lo soportaría, solo por qué ellos no eran dignos de ver su verdadera forma.

Caminaba por las calles de tierra del pueblucho, directo a la iglesia.

Odiaba las iglesias y no precisamente por culpa de Dios, las odiaba por culpa de los humanos. Se vestían bien,con colores bonitos,  decían palabras bonitas y juraban fe, cuando por dentro ellos eran los que más ignoraban 'la palabra de dios' y los demás humanos solamente ignoraban lo que fuera que pasará. Eran hipócritas, tan hipócritas como para sonreírle a alguien que causó daño y aún así fingir que nunca pasó, solo por una creencia.

Podría pasar más siglos de los que tiene, hablando de por qué los humanos debieron extinguirse, en lugar de que dios los abandonará y lo dejara a él a cargo de todo.

Enfrente de la iglesia, podía sentir la débil barrera de un ángel, cómo si lo invitará a burlarse de eso.

Se acercó a la puerta hasta abrirla, notando de inmediato la madera vieja y humeda que con un solo empujón se destruirá, y no solo la madera al parecer, toda la iglesia parecía a punto de derrumbarse.

En cuanto abrió la puerta lo vio, un ángel, era imposible no notarlo con esas alas y esa aurora. Un ángel rezando.

Camino por el pasillo central, hasta llegar al ambon en dónde el ángel estaba hincado, no emitió sonido, continuo caminando hasta llegar a la sede, a esa silla cómoda, estaba desgastada pero cumplía su función.

Disfruto de las pocisiones, le encantaba sentirse por encima de todo ser y era aún mejor si el contrario estaba arrodillado. Sonrío cínicamente ante la idea del otro postrado ante el, de una forma más humillante.
El ángel no pareció inmutarse, más bien termino de rezar y levanto su cabeza.

Pudo notar mejor las facciones del ser frente a él.
Ya había visto ese curioso rosa en su cabello, no le sorprendió pues los angeles puros solían tener tonos muy pasteles en su cabello; pudo apreciar sus ojos grandes que lo miraban llenos de curiosidad, esos ojos color oro puro, le sorprendió que fueran dos, los angeles solían tener más de dos ojos, y debajo de esas gigantescas estrellas doradas, vio otro par de pestañas rosadas, tenía cuatro ojos, pero mostraba dos para verse más humano «Tierno» pensó; su rostro no parecía ser el más delgado entre los angeles, pero era extrañamente armonioso.
Le gustaba como su cara parecia tallada delicada y cuidadosamente  por un ser mayor -quizás dios- cómo sus gigantescos ojos quedaban bastante bien con esos labios gruesos, pero que su pequeña y delgada nariz no quedará mal en su cara, le llegó la sensación de que esas características no quedarían bien con ningún otro ser.

Señor...No es de aquí ¿Cierto?—.

La voz de la criatura frente a él era perfecta, era la voz más armoniosa que ha escuchado, no era tan aguda como la de un ángel comun, pero tampoco era tan grave como para molestar. Era perfectamente melódica.

No, soy turista y quise visitar la iglesia
Una clara mentira, que parecía tener sentido para el ser hincado frente a él.

Yo le puedo ayudar a conocer la iglesia, pero primero tendrá que levantarse de ahí, hermano

En cuanto menciono la iglesia el ángel pereció prestarle más atención. Y cambio el "señor" por el "hermano". Soporto una sonrisa maliciosa, era tan devoto.

Angel caído Donde viven las historias. Descúbrelo ahora