CAPÍTULO CUATRO

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Lionel despertó con un horrible dolor en los músculos, hizo una mueca mientras se levantaba e iba al baño, Cristiano se había sido más rudo que de costumbre. 

Mientras se duchaba recordó sus primeros encuentros con Cristiano, aunque al principio se negaban rotundamente a estar atraídos por el otro, les tomó un tiempo superar sus barreras, pero al final se habían aceptado y no podía ser más feliz, lo amaba demasiado.

Estaba tan perdido en sus pensamientos que no escuchó como la puerta del baño era abierta, se sobresaltó al sentir la piel caliente de su acompañante en su espalda.

—¿No me ibas a invitar? —preguntó Cristiano.

—Mmm lo estaba pensando —respondió Lionel juguetonamente.

Se ducharon tranquilamente en un cómodo silencio, al salir de la ducha Cristiano le dio un masaje a modo de disculpa, cosa que Lionel agradeció internamente. Cristiano tuvo que irse rápidamente porque tenía entrenamiento con su equipo, mientras que Lionel se iba a quedar en el hotel descansando. 

Mientras miraba su celular, aburrido, un mensaje apareció en su pantalla. Un simple hola enviado por la persona menos favorita de su novio, Guillermo Ochoa. No iba a ser grosero, así que le respondió con hola también, hablaron de cosas triviales y sobre el partido del día anterior como buenos amigos.

¿Quisieras salir a tomar un café conmigo? Escribió repentinamente Guillermo. 

Lionel no le veía nada de malo en tomar un café con su amigo, así que aceptó la invitación y quedaron de verse a las once en una cafetería en el centro.

Memo estaba más emocionado que nunca, no pensó que iba a ser tan fácil invitar a salir a Lionel, pero ahora tenía una cita con él, aunque Messi no iba con esas intenciones, para Memo era una cita. No dejaría escapar a ese alfa, tenía que hacer algo para acelerar el proceso.

La hora acordada llegó rápidamente, Messi ya estaba en el lugar acordado, iba con un cubrebocas, una gorra y unas gafas de sol para evitar que cualquier fanático lo reconociera; a lo lejos vio unos crespos conocidos y fue a su encuentro

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La hora acordada llegó rápidamente, Messi ya estaba en el lugar acordado, iba con un cubrebocas, una gorra y unas gafas de sol para evitar que cualquier fanático lo reconociera; a lo lejos vio unos crespos conocidos y fue a su encuentro. Se saludaron amistosamente y decidieron entrar a la cafetería.

Una vez a dentro pidieron algo ligero para desayunar y un café, charlaron amistosamente como siempre, aunque el omega estaba un poco distraído mirando su reloj cada cierto tiempo.

—¿Estás apurado? —preguntó Lionel —Es que vos mirás bastante tu reloj.

—Oh, no es nada —respondió Memo un poco apenado por haber sido descubierto —Solo estoy esperando algo.

Antes de poder preguntar qué esperaba, una conmoción a la entrada de la cafetería llamó su atención, Lionel se levantó para averiguar qué estaba pasando, pero de la nada una mujer se le acercó con micrófono en mano y un chico con una cámara que venía detrás de ella.

—Señor Messi, ¿Tiene usted una relación con el portero omega de la selección Mexicana?  ¿Están en una cita? ¿Cómo se conocieron? ¿Hace cuanto están saliendo? ¿Piensan hacer oficial su relación? —la periodista seguía haciendo preguntas invasivas, Messi simplemente estaba callado y muy incómodo.

Estaba en grandes problemas.

Estaba en grandes problemas

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Por fin actualicé  🥺.

Ahora que volví a estudiar no voy a poder actualizar mucho, pero no se preocupen, no voy a abandonar la historia.

Por cierto, he visto en las estadísticas que la mayoría de las personas que leen esta historia son Argentinos, si les parece que debería algo de la pronunciación de los diálogos de Messi por favor avisenme al privado por favor.

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