CELOS

CAPÍTULO SEIS

Todo se reproducía como una vieja película con sus memorias del pasado.

Después de aquel partido del dos mil once, algo había cambiado en Lionel. Al volver a su tierra natal había sido recibido amorosamente por toda su familia y en especial por su novia, Antonella.

Antonella era la omega perfecta, sumisa y hermosa como una rosa, su cabello tan sedoso y negro le encantaba y su piel tan suave como la porcelana siempre lo atrapaba, pero ahora ya no le parecía tan atractiva, algo en su interior no quería estar cerca de ella, pero lograba disimularlo.

—Bebé, te extrañé —dijo la hermosa omega acercándose para abrazar a su novio.

—Yo igual —le devolvió el abrazo a su novia ignorando la pequeña molestia en su interior.

Salieron del aeropuerto con rumbo a su apartamento, mientras que su familia se iba para dejarlo descansar tranquilamente. Durante todo el camino el ambiente estuvo un poco tenso, Antonella hablaba de cualquier cosa tratando de aligerar el ambiente, perdido en sus pensamientos, Messi simplemente la ignoraba o respondía con monosílabos, causando más tensión.

Al llegar a su apartamento, dejó las maletas por ahí tiradas, estaba demasiado exhausto como para desempacar, esperaba poder dormir tranquilamente, pero la presencia de su novia no lo dejaba.

—Oí que entraste en celo —Se sentó a su lado— Ojalá hubiera ido con vos, pero eso lo podemos arreglar —dijo en un tono incitante soltando feromonas tan dulces como su personalidad.

La mano de Antonella recorrió suavemente el pecho del alfa, soltando aún más feromonas, pero esto no podía asquearlo más, Lionel no entendía lo que pasaba, el aroma de Antonella siempre le había encantado, pero en ese momento le daba náuseas.

—No, no tengo ganas —el alfa empujó suavemente la mano de la omega— Estoy cansado, por favor ándate.

La omega se levantó ofendida, pero no dijo ni una sola palabra, estaba segura de que su novio debía estar muy estresado como para tratarla así, solo debía dejarlo descansar y todo volvería a la normalidad.

Finalmente, la omega salió del apartamento dejando a un pensativo Lionel, los sucesos de aquella semana seguían atormentándolo, no recordaba nada de lo que había pasado durante su repentino celo, a veces tenía pequeños flashbacks que lo dejaban aún más confundido.

Sabía que la causa de aquel suceso era ese maldito aroma a canela, no sabía de quién podría ser ese olor, pero tenía que encontrarlo.

Claro que amaba a Antonella, pero estaba consiente de que ella no era su destinada y si el dueño de aquel aroma era su destinado no iba a engañar a su querida amiga y compañera, le tendría que decir la verdad.

La única pista que tenía era el alfa que lo había llevado a la enfermería, el portugués Cristiano Ronaldo. No conocía mucho al alfa, pero él podría tener información valiosa sobre el dueño de ese olor, no perdía nada en hablar con él.

Iría lo más pronto posible a Portugal, no creía que Cristiano lo rechazaría, aunque fuera de imprevisto.

Una semana después ya estaba en un vuelo directo a Portugal, un vuelo que duraba aproximadamente dieciséis horas.

Iba solo, sus padres sabían que iría a Portugal, pero no sabían exactamente el porqué. Esperaba encontrar respuestas.

Antes de viajar se había contactado con el mánager del portugués para ver si este le podría conceder una reunión. El mánager le había respondido que Cristiano no estaba interesado en reunirse con él y que no insistiera.

La respuesta lo había sorprendido, pero no se iba a rendir, tenía que hablar con el alfa fuera como fuera.

Al llegar a Portugal, más exactamente a la ciudad de Funchal, se alojó en un hotel no muy lujoso, nadie externo a sus padres sabía de su viaje y no quería que la prensa lo acosara.

Durante varios días se dirigió a la residencia del alfa portugués intentando hablar con él, pero siempre le decían que Cristiano no se encontraba o estaba muy ocupado para atenderlo.

Sabía que eso era pura mentira y no entendía por qué Cristiano se rehusaba a reunirse con él. Ideó un plan, era imposible que no llegara a dormir, así que entraría a su casa de noche y lo encararía, no tenía fallas.

La noche llegó y en un descuido de los guardias Messi logró entrar en la residencia, todo estaba saliendo mejor de lo que había pensado. Caminó afuera de la residencia buscando una entrada que no activara las alarmas.

Finalmente entró por una ventana que había quedado abierta que daba directamente a la cocina, caminó sigilosamente buscando en diferentes habitaciones, pero no había encontrado a nadie.

Subió al segundo piso y escuchó unos ruidos en una de las habitaciones del fondo, se acercó tratando de hacer el mínimo ruido y notó que la puerta estaba entreabierta.

Empujó la puerta suavemente y lo que vio lo dejó atónito. Una persona, que por sus gritos suponía que era una omega siendo embestida salvajemente por Cristiano.

—¡Ah! —la omega gritó al notarlo en la puerta— ¿Quem é este? (¿Quién es éste?)

Inmediatamente el portugués paró y volteó a mirar.

—¿Qué carajo haces aquí? —en ese momento Lionel supo que había sido una muy mala idea.

(Vistazo al pasado 3/4)

¡Volví! No estaba muerta, andaba de parranda, na mentira.

Lamento no haber actualizado en mucho tiempo, pero he estado muy enferma, casi me tuvieron que llevar al hospital de urgencia.

Pero bueno espero lo disfruten bastante, los quiero 💕.