2. GRYFFINDOR

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La puerta se abrió de inmediato. Una bruja alta, de cabello negro y túnica verde esmeralda, esperaba allí. Tenía un rostro muy severo, y el primer pensamiento de Harry fue que se trataba de alguien con quien era mejor no tener problemas.

—Los de primer año, profesora McGonagall —dijo Hagrid.

—Muchas gracias, Hagrid. Yo los llevaré desde aquí.

Abrió bien la puerta. El vestíbulo de entrada era tan grande que hubieran podido meter toda la casa de los Dursley en él. Las paredes de piedra estaban iluminadas con resplandecientes antorchas como las de Gringotts, el techo era tan alto que no se veía y una magnífica escalera de mármol, frente a ellos, conducía a los pisos superiores.

Siguieron a la profesora McGonagall a través de un camino señalado en el suelo de piedra. Harry podía oír el ruido de cientos de voces, que salían de un portal situado a la derecha (el resto del colegio debía de estar allí), pero la profesora McGonagall llevó a los de primer año a una pequeña habitación vacía, fuera del vestíbulo. Se reunieron allí, más cerca unos de otros de lo que estaban acostumbrados, mirando con nerviosismo a su alrededor.
McGonagall les dio la bienvenida a los alumnos y les explicó cómo funcionaban las cosas en Hogwarts, Harry estaba emocionado y cuando mencionaron la selección de casas sus ojos se iluminaron, esperaba poder estar en alguna de las casas que quería, por un momento unos ojos oscuros y una sonrisa amable recorrieron su mente, pero no le dió importancia.

—La Ceremonia de Selección tendrá lugar dentro de pocos minutos, frente al resto del colegio. les sugiero que, mientras esperan, se arreglen lo mejor posible.— Los ojos de la profesora se detuvieron un momento en la capa de Neville, que estaba atada bajo su oreja izquierda, y en la nariz manchada de Ron.

Con nerviosismo, Harry trató de aplastar su cabello.

—Volveré cuando lo tengamos todo listo para la ceremonia —dijo la profesora McGonagall—. Por favor, esperad tranquilos. Salió de la habitación.

Harry tragó con dificultad.

—¿Cómo harán para seleccionarnos?— preguntó Neville
—Creo que es una especie de prueba. Fred dice que duele mucho, pero creo que era una broma.El corazón de Harry se rió por la credulidad de Ron, Cedric le había explicado sobre una especie de sombrero viejo que tenía infinita sabiduría brindada por los fundadores y veía dentro de cada estudiante para seleccionarlo en su casa.
Mantuvo los ojos fijos en la puerta. En cualquier momento, la profesora McGonagall regresaría y lo llevaría a definir su destino.
Entonces sucedió algo que le hizo dar un salto en el aire... Muchos de los que estaban atrás gritaron.
—¿Qué es...?
Resopló. Lo mismo hicieron los que estaban alrededor. Unos veinte fantasmas acababan de pasar a través de la pared de atrás. De un color blanco perla y ligeramente transparentes, se deslizaban por la habitación, hablando unos con otros, casi sin mirar a los de primer año. Por lo visto, estaban discutiendo. El que parecía un monje gordo y pequeño, decía:
—Perdonar y olvidar. Yo digo que deberíamos darle una segunda oportunidad...
—Mi querido Fraile, ¿no le hemos dado a Peeves todas las oportunidades que merece? Nos ha dado mala fama a todos y, usted lo sabe, ni siquiera es un fantasma de verdad... ¿Y qué estáis haciendo todos vosotros aquí?
El fantasma, con gorguera y medias, se había dado cuenta de pronto de la presencia de los de primer año.
Nadie respondió.
—¡Alumnos nuevos! —dijo el Fraile Gordo, sonriendo a todos—. Estáis esperando la selección, ¿no?
Algunos asintieron.
—¡Espero veros en Hufflepuff —continuó el Fraile—. Mi antigua casa, ya sabéis.
—En marcha —dijo una voz aguda—. La Ceremonia de Selección va a comenzar.
La profesora McGonagall había vuelto. Uno a uno, los fantasmas flotaron a través de la pared opuesta.
—Ahora formad una hilera —dijo la profesora a los de primer año— y seguidme.
Con la extraña sensación de que sus piernas eran de plomo, Harry se puso detrás de un chico de pelo claro, con Ron tras él. Salieron de la habitación, volvieron a cruzar el vestíbulo, pasaron por unas puertas dobles y entraron en el Gran Comedor.
Aunque ya sabía lo que le esperaba tras las grandes puertas, se asombró con todo lo que vió, desde las velas que flotaban hasta el cielo estrellado que reemplazaba al techo.
Con la mirada localizó la mesa de los tejones y no fue difícil visualizar a Cedric, rodeado de gente, especialmente chicas, Harry pensó que era natural, Cedric era extremadamente atractivo y amable.
Cedric por su parte, estaba esperando a que terminara la selección para poder comer un poco e ir a descansar, al mirar hacia la fila de niños esperando a la selección, reconoció las gafas pegadas con cinta, el cabello rebelde y los ojos verdes como esmeraldas que brillaban admirando el Gran Comedor, luego vio como esos ojos lo miraban a él.
El Hufflepuff decidió sonreirle deseándole buena suerte y Harry devolvió el gesto mientras cruzaba los dedos en señal de buena suerte.
Harry bajó la vista rápidamente, mientras la profesora McGonagall ponía en silencio un taburete de cuatro patas frente a los de primer año. Encima del taburete puso un sombrero puntiagudo de mago. El sombrero estaba remendado, raído y muy sucio. Tía Petunia no lo habría admitido en su casa.

Inches in Between  -  Cedric X Harry (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora