Siempre hay que creerle a los niños...

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Dedicado a Yanli Jiang y Kirbill Estepario

Día 42

Siempre hay que creerle a los niños.

Por Wen Ning

Por unos días la situación se estabilizó, aunque Sizhui no asistió a la escuela después del incidente, con dos ausencias, Jin Ling se paraba frente a su pizarra de emociones y con el ceño fruncido colocaba los relámpagos morados sin pensar, sí, el niño estaba enojado, según contó el profesor Mo Ran casi se había peleado con Jingyi que, siendo primo de ambos pero llevándose mejor con el otro Lan lo culpó de que se enfermara, Zizhen intentó (100 puntos para los Nie) mediar la contienda pidiéndoles jugar, sin embargo sólo logró que Jingyi se fuera a sentar y no hiciera caso al castaño por el resto del día, un silencioso y cruel castigo, Wen Ning no tuvo otra opción que arreglar las cosas entre ellos explicando que Sizhui tenía un ligero resfriado (mentira piadosa) para Jingyi, pero, tendría que decirle la verdad a Jin Ling, para suerte de ambos en el tercer día llegaría por fin incorporada A-Qing, en realidad tuvo que esperar al otro doctor, un psicólogo que la familia Jin recomendó, aunque francamente era un egresado, el profesor no se quejó, él también lo era. No tenía derecho para juzgar.

Antes de entrar al salón saludó a todos, Jingyi eligió un pequeño baile de bienvenida, Zizhen un abrazo, Shizui que estaba aparentemente mucho mejor pero no muy animado prefirió un saludo normal y Jin Ling una palmadita en la cabeza (siempre las elegía, quizá porque era su forma de sentir que lo felicitaban)

- ¡Sizhui! - Saludó Jingyi abrazándolo, el otro correspondió dándole pequeñas palmaditas sobre la espalda

- Yo también te extrañe Jingyi-Dijo con su suave tono y calmada actitud, Zizhen le entregó un dibujo, lo había hecho para él especialmente, eran los 4 niños tomados de la mano jugando en un campo de flores con el maestro Ning, hadas, dos cosas que definió como duendes y un perro sobre un platillo volador, de verdad tenía mucha imaginación... pero Jin Ling... Jin Ling puso su trueno morado del día y se sentó alejado sin mirar al niño o saludarlo lo que provocó que el pobre pequeño Lan mirara hacia su escritorio con una clara -Y dolorosa para Wen Ning porque sintió de verdad una punzada al ver como los ojitos grises se apagaban- mueca triste, el castaño lo estaba evitando.

Después de unos minutos el castaño se levantó empujando sonoramente su sillita, con expresión que pululaba entre la timidez, vergüenza y enfado acercó una bolsita de celofán semi transparente decorada con estrellas, un hermoso listón rojo y una tarjeta de dinosaurios a la mesa del pequeño que observó el gesto asombrado, prontamente maravillado.

-Galletas... el tío loco y yo las hicimos para ti ¡tardaste mucho! - Reclamó el pequeño Jin, Wen Ning entendió, por eso estaba molesto, las había llevado durante un par de días y seguramente esperando al pequeño Sizhui, por lo que ahora... las galletas deberían ser...

-No son galletas son polvo-Exclamó Jingyi tras haber arrebatado el presente, sí, era lo normal, Jin Ling con lágrimas en las comisuras por la pena intentó arrebatarlas, pero, Lan Yuan fue quien logró tomarlas, con una sonrisa cálida, ojos brillantes y abrazando la bolsita como si fuera un enorme tesoro las apartó de ambos

-Jingyi... no está bien quitar sus obsequios a otros... gracias A-Ling, ahora son mejores, es polvo de estrellas que A-Ling hizo especialmente para mí, estoy feliz – Sizhui de verdad lucía mejor, al parecer, Wei Ying le había dicho que se sintió impotente, por un lado, su hijo estaba sufriendo mucho, pero no era culpa de Jin Ling, además que éste dijera algo tan triste sólo lo hizo enfadar más, después de todo era el pequeño hijo de su amada Shijie, estaba frustrado, se relajó cuando A-Qing tomó el timón de un barco que ni él sabía cómo manejar, Wen Ning sonrió, en especial cuando Jin Ling sin decir mucho se acercó a su pizarra, Sizhui colocó su pequeño sol, pero Jin Ling tomó la nube

Diario de observación del maestro NingDonde viven las historias. Descúbrelo ahora