Cuando Nie Mingjue era niño tenía miedo, miedo de hacer ruido en su propia casa, miedo de no llevar las calificaciones correctas, miedo de comer, dormir... Miedo de respirar. Todo lo que recuerda de esa época es que sentía miedo. El más profundo que tenía era miedo de ser débil y de fallar. Él no podía llorar, no debía llorar, era un alfa. Tampoco debía fallar.
Recordaba los golpes por hablar cuando no debía, jugar con Huaisang o por aceptar algún castigo en su lugar, él era molesto así que en general, siempre lo golpeaban, su padre siempre se lo dijo "¿Por qué molestas tanto?" "¿No puedes dejar de ser una molestia?" Qué molesto eres" así que se esforzó hasta el punto del colapso por no serlo, por soportar los golpes, palabras hirientes y hacerse fuerte, si se enfermaba era por debilidad, si lloraba era débil, si no lograba lo que debía era débil.
Cuando su padre murió tenía apenas trece años, notó que nadie lloró, el mismo no podía, se suponía que debía estar triste pero las lágrimas no salieron, entonces entendió a su manera: a su padre lo respetaban y aún póstumo su palabra de no lloriqueos era la ley.
Sabía que imponerse porque era más fuerte, más listo y con más poder era lo normal, era un hombre y un alfa, así funcionaba el mundo... Hasta que los conoció, la conoció. Aunque la guerrilla territorial con la familia Wen había terminado, todavía quedaban parientes lejanos, luchó junto con su familia para exigir el castigo, habían matado a su padre en el cumplimiento del deber, el deber...
La palabra tenía sentido, él debía odiar a todos los Wen, él debía hacer justicia y vengarse por su padre, el debía acabar con todos los Wen. Pero no pudo, porque en los mismos juzgados a dónde fueron llamados esos hermanos, esas ratas Wen, no encontraron pruebas de que hicieran algo. Los dejaron libres, no lo merecían.
Estaba en la universidad y aunque su carrera era derecho siempre encontraba un espacio para ir a buscar a ese par, para atormentarlos, tenían que irse, pero, pese a todas las veces que les buscó pelea junto con sus amigos, a todas las veces que les tiró la comida, el café o los insultó, ella nunca bajó la cabeza con miedo, en cambio lo había encarado innumerables veces, típico de los Wen, nunca respetaban.
No fue hasta que en medio del semestre que hubo una trifulca que supo lo que era el verdadero respeto, tuvieron una pelea como siempre y se fueron a golpes como siempre, particularmente, no la golpeaba, era mujer, pero seguía siendo, según él una alfa, porque sólo un alfa lo desafiaría. Los muchachitos que siempre estaban con ella en los tiempos libres no tardaron en llegar y enfrentarlos, como siempre. Un montón de lapas.
Huérfanos, hijos de nadie, omegas en su mayoría, sin estatus ni poder. Fue tan grande el asunto que, al día siguiente el director llamaría a sus tutores, porque si alguien tenía la culpa eran ellos, nadie los quería ahí y sólo lo demostraban.
Entonces los vió, ese tipo el Omega en túnicas verdes y... El alfa. En menos de tres minutos el director parecía querer salir corriendo, porque un Omega lo increpó, denunciando uno por uno sus defectos de manera mordaz, no sólo como director, también como persona y como alfa.
"Una verdadera molestia... Usted y esos chicos" Molesto, molesto... Él era molesto, la ira lo hizo hablar.
-Si esos perros Wen aprendieran a respetar-Tuvo coraje por un minuto y sólo eso le duró, el alfa que venía con ese hombre no gritó, amenazó o usó feromonas, ni siquiera parecía molesto o interesado, sonreía, tan tranquilamente que no supo porque pero cuando se acercó hasta él y el grupo de chicos, todos alfas, le temblaron las piernas. A sus ex compañeros también.El hombre se inclinó observándolos, era alto, aún más alto que él, ladeó la cabeza y sólo hizo dos preguntas
-¿Cómo te atreves a hablar de respeto, si no sabes qué es niño idiota? ¿Cómo llamaste a los muchachos?-Dos preguntas, una vida de traumas.
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Diario de observación del maestro Ning
FanfictionWen Ning no era el maestro perfecto, ni el mejor, apenas había acabado sus estudios, por lo que empezar en la academia Cloud era una gran oportunidad... ¿Qué hace a una persona un ser humano? Cuatro pequeños y sus padres van a descubrirlo