Descontrol

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Capítulo de puro smut, por si a alguien no le gusta, se lo salta y lee lo que sigue 🤣🤣🤣



El corazón de Rhaenyra latió violentamente cuando sintió la mano de él rodeando su cintura. No esperaba para nada esto, pero supuso que el alcohol lo había animado lo suficiente como para burlarse de ella.

—Creo que leí algo sobre casos así en el manual, el título era 'Qué hacer en casos de viejos calenturientos'— bromeó, intentando reír para seguirle el juego, pero su cuerpo se tensó por completo cuando Daemon lanzó un gruñido contra su cuello, mordiéndolo.

—¿Sabes algo?— Pronunció Daemon en un susurro, rozando los labios hasta el lóbulo de su oreja, —He descubierto que mi mujer me engañaba. Y tú eres demasiado hermosa como para solo vender enciclopedias.

—¿Daemon?

La otra mano de él rozó su cadera encima de la ropa, apegándola a él. —Y yo necesito sentir a alguien. Estos días han sido demasiado aburridos.

Rhaenyra apenas alcanzaba a concentrarse en su voz, oyéndola como un eco lejano que era ensordecido por los latidos de su propio corazón. Era imposible que el comportamiento de Daemon fuese en serio. Más bien, parecía que actuaba por el impulso del alcohol que llevaba en la sangre. Él nunca la trataría así, ¿verdad? Muchas veces había intentado provocarlo antes y el resultado siempre era el mismo. No importaba cuánto lo deseara, cada indirecta o coqueteo, terminaba con Daemon alejándose de ella. Y esta vez, no tenía por qué ser diferente.

Colocó una mano en su pecho y antes de que pudiera dar el impulso de un empuje para acabar con su jugarreta, la voz de Daemon la congeló.

Te deseo, Rhaenyra, no sabes cuánto tiempo lo he hecho,— susurró, los ojos de Rhaenyra se abrieron desmesuradamente y dio un pequeño salto cuando la mano de él comenzó a desabrochar los botones de su blusa. —El manual...— dijo, repartiendo besos cortos por su cuello, hasta llegar a su barbilla. —No te va a decir lo que realmente debes hacer,— con su mano desocupada tomó el libro para lanzarlo lejos y luego la levantó de las caderas, elevándola con sus fuertes brazos para sentarse en el sofá con ella sobre su regazo.

Sin poder evitarlo, Rhaenyra se mordió los labios al sentir el bulto creciente dentro de los pantalones de él. Lo había visto antes a escondidas, grande y robusto marcándose en los joggers negros con los que Daemon hacía ejercicio, mientras levantaba una barra con discos de varios kilos en el gimnasio que había habilitado en una de las habitaciones del apartamento. Era todo un espectáculo ver como la ropa se moldeaba a su cuerpo producto del sudor.

Se dejó guiar por las manos de él que se encontraban en su cadera marcando un ritmo firme para frotar sus sexos, su falda se levantaba en el proceso hasta quedar arremangada alrededor de su cintura y la tela de su ropa interior se humedecía cada vez más.

Rhaenyra comenzó a desabrocharle la camisa con dedos temblorosos, revelando su pecho y abdominales, mirándolo embelesada cuando él mismo se la quitó. Allí pudo ver en todo su esplendor un tatuaje que Daemon se había hecho hace años atrás, cuando pasaba por una etapa en donde se dejaba el cabello largo y su ropa consistía en pantalones y chaquetas de cuero. La figura de un dragón fiero, largo y delgado como una serpiente iba desde su hombro derecho hasta casi rozarle la tetilla, representando a uno de los antiguos Dioses Valyrios llamado Caraxes.

Pasó las yemas de los dedos por el dibujo, descendiendo lentamente hasta llegar a su pecho, para luego lamerle la tetilla cuando sintió las manos de él estrujando su trasero. No pudo evitar gemir y echar su cabeza hacia atrás cuando Daemon azotó una de sus nalgas, momento que él aprovechó para fundir sus bocas en un beso hambriento, donde sus lenguas libraban una batalla campal para tener el control sobre el otro.

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⏰ Última actualización: Feb 11, 2023 ⏰

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