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El omega se abrazó a Bin y este botó la espada, Dong Min al ver eso pegó su trasero al miembro del emperador y empezó a frotarse, el alfa lo tomó de las caderas y marcó un ritmo lento y pausado.

—¿Me lo darás? —preguntó sonriendo inocentemente. El emperador tragó grueso al sentir las feromonas sexuales de Min.

—¿Qué quieres? Te lo traeré ahora mismo. —Bin estaba a nada de besar los labios del omega cuando este se alejo bruscamente.

—No haremos nada hasta que me des la joya, quiero el bosque de Tetin, eso es lo que deseo y lo quiero ahora.

—Esta bien. —habló besando la mano de Min.

Pasando una semana el emperador se fue a Tetin para traerle la joya a su omega pero una mañana tres mucamas entraron emocionadas al cuarto de Dong Min quien seguía durmiendo.

—¡Majestad despierte, hoy es el día que elegirá a su dama de compañía! —gritaron las jóvenes emocionadas y Min despertó levemente tallando sus ojos— tenemos 50 vestidos y trajes del diseñador más famoso, y el emperador mandó a hacer más joyas para usted.

El Omega se levantó de la cama y tomó una hermosa tela blanca que la colgó en su hombro, no entendía su pijama pero simplemente consistía en una camisa blanca con un pantalón del mismo color, la tela le servía para taparse los hombros en caso camine solo en pijama pero él le había dado un bonito uso para bailar, hace tanto que no lo hacía pero practicaba cuando estaba solo.

Se dirigió al balcón donde yacía una mesa con el desayuno servido y empezó a comer.

—¿Con que quiere partir majestad? —preguntaron las mucamas.

—Resuélvanlo ustedes. —habló Min neutro.

—Majestad, ¿podría levantar su cabeza? Necesito peinarle. —pidió una de ellas.

—Resuélvelo tú. —volvió a hablar Min frío.

—Emperatriz que tipo de zapatos...

—Resuélvelo tú.

—¿Vestido o traje?

—Yo lo resuelvo. —habló otra muchacha al saber la respuesta de Dong Min.

Después de unos minutos la emperatriz ya estaba siendo peinado, Dong Min vio que las mujeres habían decidido por una camisa blanca con diamantes incrustados en la parte del pecho, las mangas al final eran sueltas y caían  sin llegar a ser demasiado largas, un pantalón algo suelto y al final rasgado de manera elegante y unos zapatos de vestir con diamantes incrustados también, no podía creer que Bin gastara tanto solo en él, Min solo tenía que pedir y el alfa se lo daba pero a veces se sentía mal por ello.

—Majestad que corona quiere usar.

—No tengo ganas de usar una hoy.

—Pero emperatriz, es un evento de suma importancia.

—Bien, hay una pequeña corona de perlas en esa caja, —dijo apuntando una caja rectangular forrado con una fina tela— es lo máximo que quiero usar hoy.

Las jóvenes abrieron la caja y vieron una bonita corona que finas líneas de oro simulaban hojas y tallos y en cada hoja habían perlas incrustadas, pero lo que más resaltaba eran las rosas de diamante que tenía esta, con cuidado se la pusieron a Min y este jadeo al sentir el frío en su frente pero se acostumbro casi de inmediato.

—Pueden retirarse, llámenme cuando las doncellas estén listas. —las mujeres hicieron una reverencia y se fueron, Dong Min quedó a solas en la habitación recordando lo que Moon Bin le había dicho, le dijo que no quería volver a acostarse con él porque eso le podría dar un sucesor.

"Me enviaron aquí para darle un sucesor ¿Por qué no lo quiere?" Min vio su reflejo triste y quiso llorar "¿Sera que no le gusto?" limpió sus lagrimas "No es verdad, sí le gusto, si no, no cumpliría mis caprichos, no me diría halagos cada que puede y no me comería la boca en cada rincón del castillo".

—Creo que deberías seducirlo más. —la voz de Ayled hizo asustar a Dong Min.

—¡Oh! tú cállate.

—Con lo de anoche llegué a una conclusión, los emperadores que conozco por lo general tiene un harem, cientos de mujeres a su disposición, pero Moon Bin... Tú eres el único esposo que tiene, ¿Acaso su amiguito no es muy grande? —Min se sonrojó con la pregunta— ¿O tiene eyaculación precoz?

—Majestad están listas. —llamaron a la puerta y Min se levantó.

—Él esta bien, y agradezco que esa noche me haya rechazado o si no hubiera caminado como pingüino cojo hasta hoy. —Min salió molesto y avergonzado de la habitación— Bien debo olvidar las tontearías de Ayled y concentrarme en elegir una dama de compañía.

—Su majestad esta entrando. —Min suspiró antes de que las puertas se abrieran.






Que arda
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Un villano para un Tirano-Binwoo[ADAPTACIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora