II

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-Cariño, Billie les presento a la dueña de este maravilloso restaurante- dijo Finneas con una enorme sonrisa en su rostro.

-No habías dicho que ella era dueña del lugar, amor- dijo Claudia con tono irónico levantándose de su silla -Un gusto...-

-______, el gusto es mio Claudia, Finneas me ha hablado maravillas de ti- dijo la mujer. Claudia no respondió. Evidentemente estaba celosa pues Finneas se veía muy emocionado de ver a la mujer que había conversado instantes atrás.

-Ésta de aquí es mi hermana, Billie- dijo intentando desviar el tema, el ambiente se comenzaba a tornar un poco tenso. Me levanté de mi silla sin despegar mis ojos de ella.

-Un placer señorita ______- dije educadamente viéndola fijamente mientras estiraba la mano para que la mujer la estrechara.

-Lo mismo digo Billie- respondió uniendo su mano con la mía con una sonrisa arrogante.

Su aire de grandeza la hizo ver más atractiva.

La  mujer era pelinegra, su cuerpo era perfecto, para cualquier chica sería envidiable, era más o menos de mi estatura, aproximadamente tres o cuatro centímetros más pequeña y sus ojos ¡Dios mío Santo! Eran hermosos, color ámbar que cualquier persona se podría perder en ellos, combinaban bien con su tono de piel, era morena pero no tanto, no sé si me explico. Ésta mujer es una diosa. Y todo eso resaltaba con la ropa que traía puesta.

Usaba un vestido blanco haciendo resaltar sus curvas. Su cabello estaba recogido en una cola de caballo bien hecha y su maquillaje era discreto haciendo resaltar sus ojos, sus labios tenían un color café muy claro.
Se veía realmente buena.

Finneas se aclaró la garganta para llamar nuestra atención, o más bien la mía.

-Lo siento- me disculpé con la mujer soltando su mano.

-No te preocupes Billie- Respondió

-¿Y si nos sentamos?- preguntó Finneas, recibiendo una mirada asesina de parte de Claudia.

-Me encantaría pero ya es hora de irme- dijo dándose cuenta del enfado de mi cuñada -Ya es tarde y le pedí a mi chofer que se fuera a descansar-

-Oh que lástima - respondió mi cuñada con evidente sarcasmo

-Si que lastima- dije sinceramente -Habría sido agradable que nos acompañara a cenar señorita ______- dije

Ella sonrió

-Lamentablemente no será posible. Gracias por venir aquí, espero sea de su agrado-

-Si es así vendré más seguido- respondí a la mujer. A lo que ella ¿Ignoró? Seguramente, solo sonrió.

-Hasta luego Finn- se despidió de mi hermano dándole un beso en la mejilla con la intención de hacer enojar un poco más a Claudia.

-Hasta luego, bella- dijo el

-Fue un gusto conocerlas- le dijo a Claudia y a mi.

No nos dio tiempo de responderle pues la mujer se había alejado de nuestra mesa, acercándose a otros comensales para saludarlos quizá.

-¿Finn? ¿Bella?- preguntó Claudia a Finneas con un tono de enfado.

-Ujum-

-¡Es enserio Finneas!-

-Mujer, tranquila. La señorita es muy hermosa pero estoy segura que mi hermano te ama a ti-  dije con una sonrisa provocativa -Además ella es para mi-

-¿Ahora tu también Billie?- dijo

-Oye Bill tiene razón, pero lamentablemente _____ no es para ella- respondió tranquilo dandole un trago al whisky que contenía su vaso, mi cuñada volteó los ojos y yo fruncí el entrecejo. No había entendido.

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