FORBIDDEN

V

Se que no es correcto, estoy consiente de que lo que estoy haciendo está mal. Muy mal de hecho.

¿Pero como lucho contra lo que siento por ella? ¿Cómo elimino cada caricia de mi mente?

Es imposible sacarme de la cabeza lo que sucedió anoche. Sus manos recorriendo mi cuerpo, sus labios besándome tan fogosamente haciéndome sentir extasiada.

Ella es como una droga para mí y yo soy una maldita adicta a ella.

Soy alguien que por primera vez se sintió jodidamente bien.

Pero era hora de volver a casa y ella lo sabía

¿Ésto terminaría aquí?

No. Claro que no, ésto apenas era el comienzo de la aventura más excitante y aunque quizá es un error no me importa cometerlo.

Es lamentable que las cosas pasen así, pero el destino ya nos tenía preparado esto. El destino ya tenía preparado que Billie y yo nos entregaríamos en la pasión prohibida.

Pero sabemos que lo prohibido es aún más excitante. Y ella es mi fruto prohibido. El fruto que probaría una y mil veces más.

—¿Es necesario que te vayas ahora?— preguntó Billie

—Si, tengo que ir a casa a cambiarme de ropa— suspiré

—¿Cuando nos volveremos a ver?—

—Pronto— respondí regalándole una sonrisa

—¿Que tanto?— dijo

—Esta noche, ¿te parece?— dije acercándome a ella —Te espero en el restaurante— le dí un corto beso es sus labios a lo que ella sonrió e intentó profundizar

—No Billie, es hora que vaya a mi casa— dije alejándome un poco de ella

No quería irme y ella lo sabía, pero era necesario. Tenía que afrontar la situación con Robert e inventar algo creíble.

—Estaré ahí sin falta— sonrió

Me acerqué a ella una vez más para darle un corto beso de despedida en sus labios.

Salí de su mansión, subí a mi coche y manejé hacia mi casa tan rápido como pude. Quería afrontar las cosas con Robert de una vez por todas.

Bajé del auto y me dirigí a la puerta la abrí y me encontré con Robert ebrio en el sofá.

Al escuchar que la puerta se abrió luego alzó la mirada.

—Que bueno que llegaste amor— dijo acercándose a mi para darme un beso el cual evité— ¿Dónde pasaste la noche?— preguntó

—En un hotel— dije cortante —Apestas a alcohol— me alejé de el con esa excusa —Solo vine a cambiarme de ropa, Billie me llamó ésta mañana para que la apoyara a revisar algunos reportes financieros— dije

—¿Desde cuándo ella y tú son muy amigas?— preguntó

—Desde Anoche— hice una pausa— que ella si vio como me estaba sintiendo— dije —ademas intercambiamos números— finalicé. Me quité los tacones y me fuí caminando hacia mi habitación.
Me deshice de la ropa que tenía puesta, despeiné mi larga melena y decidí adentrarme al baño para darme una deliciosa ducha mientras pasaban recuerdos en mi cabeza, la forma en la que ella gemía mi nombre y como yo hacía lo mismo con el suyo.

—Tienes que disculparme— dijo Robert entrando al baño —fuí un tonto—  reaccioné rápido cubriendo mi cuerpo con una toalla

—¿Puedes tocar la puerta antes de entrar?— respondí molesta