3. Everything has changed -Taylor Swift

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No hacen falta grandes escenarios ni grandes situaciones para conocer a alguien especial. Solamente algo de suerte, casualidad y destino. El sencillo arte de coincidir, de encajar, de esperar.

Hace más de una semana que no sé nada de aquel chico, pero eso no ha impedido que mi mente piense en él bastante seguido. Si soy sincera ni siquiera me acuerdo de su cara, solamente me acuerdo de esos ojos fieros anclados en mí, esa mirada gélida que indicaba peligro, que me llamaba, me daba curiosidad. ¿Es posible que pueda haber alguien que vuelva a captar mi atención? No, imposible. Estaba segura de ello. Además, no es lo que yo quiero, estoy muy bien como estoy.

Yo ya había encontrado a esa persona que se supone que era "el indicado" para mí y la vida me lo arrebató. Y aunque he aprendido a no quedarme estancada en el pasado y a seguir adelante, a veces todo se me echa encima y noto como el aire se me atasca, impidiéndome respirar.

No me imagino volviendo a pasar algo similar, entregarme tanto a alguien como para que me rompa el corazón de cualquier manera, ya sea alejándose de mí o algo peor. Justo cuando pienso cosas así, la imagen de Amos surge de la nada, como siempre, en mi cabeza. Me recuerda que sigue aquí, en mí. Me hace sentir culpable por estar pensando en alguien más, incluso si ese pensamiento es sólo para rechazarlo. Sé que es mi propio pensamiento quien me consume. Realmente no tiene sentido, porque Amos siempre me ha querido ver feliz, aunque fuera con alguien más. Entonces, ¿por qué yo no me permitía serlo? ¿Por qué no me doy la oportunidad de conocer a más personas? ¿Por qué me refugio en mi miedo? Quizás porque noto a mi corazón herido de bala pidiendo auxilio en el suelo, hecho trizas.

Ojalá todo fuera más fácil. El problema, es que lo único que me limita soy yo misma.

Joder Liv, han pasado dos años ¡supéralo!

Cada uno lleva una ruptura de diferentes maneras, cada uno lo supera a su debido tiempo y no pasa nada, está bien. Pero el mío, por mi bienestar, hacía tiempo que se había prolongado de más.

Debía volver a enfocarme en mi misma, trabajar en lo que soy y en quién me quiero convertir. Y esta vez, no sólo en el ámbito académico.

🌙

Salgo de mi cuarto (en el cuál me paso encerrada la mayoría del día) para despejarme. Al bajar las escaleras escucho a mis padres hablando sobre lo que harán para cenar esa noche, tras un rato indecisos parece que se acaban aclarando y se ponen manos a la obra.

- Liv, ¿puedes poner la mesa, por favor?

Cojo los cubiertos necesarios para la comida, al final se han decantado por lasaña, por lo que en mis manos se encuentran varios cuchillos y tenedores, además de las servilletas.

Sam aparece detrás mío y coge los vasos de cristal. Ésta pega un grito llamando a los otros dos hermanos que faltan por ayudar. La diferencia entre ambos es que Dylan llega corriendo y pregunta qué es lo que falta por poner, Alex sin embargo se toma su tiempo en bajar.

- Faltan los platos y la jarra - Sam se me adelanta y añade- ¿ponemos algo para picar?

- Uy ¿ponemos patatas fritas? - sugiere Dylan.

-  Yo estaba pensando más en aceitunas, ¿a ti te apetecen Liv?

- Siempre. Pero también podemos poner patatas, a todos nos gustan.

Por el rabillo del ojo veo cómo a Dylan se le alumbra la cara. A veces presiento que Dy se siente un poco apartado de los demás por la diferencia de edad, aunque de Sam solamente se saque dos años. Es el más pequeño y suele estar más apartado, por ello, aunque iba a coger las patatas igualmente, noto cómo le alegra tener el apoyo de alguien más, incluso aunque sea en los pequeños detalles como este.

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⏰ Última actualización: Feb 17, 2023 ⏰

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