Welcome to my life

Capítulo 6: Recepciones

Christopher se detuvo más tiempo del necesario en el recibidor antes de entrar a la sala donde sabía que se encontraba su familia, admirando las cortinas que había visto más de un millón de veces. Cuando se dio cuenta de lo ridículo (y lamentablemente infructuoso) que era aquel comportamiento, desistió de él, e hinchando los pulmones de aire, atravesó el umbral de la puerta.

-...¿Y ESPERA QUE ME LO TRAGUE ASÍ SIN MÁS?- chillaba Nick, de pie frente a sus hermanos y Amy, evidenciando que el tema estaba en boca de todos sin necesidad de que él lo presentara.

Sin embargo, cuando Chris entró, guardó silencio. Alentado por el cálido recibimiento, habló tratando de disimular la tensión.

-Chicos...

-¡Hola, papá!- exclamó Nick irónico - ¿nos has recordado? ¿O es que ya has acabado de atender a tu nueva adquisición?

En los ojos de Nick había algo que Chris no podía identificar, pero no era bonito.

-Hola, Nick - respondió, ignorando el resto de la frase -. Hola a todos, de hecho. Yo... bueno, lo cierto es que sí, ya he acabado de ayudarle. - Chris se llevó una mano a la frente.

- A ver, quiero que nos calmemos, tengo mucho que explicar...

-Pues ya lo creo -respondió su hijo mayor¹ con sarcasmo.

Chris le dirigió una mirada de advertencia.

-Ya, gracias Nick por confirmar la frase. Muy amable. Como os decía, tengo que hablar con vosotros, y la realidad es que el auto sigue afuera con la compra, además de que no hemos empezado ni a preparar la cena, y por lo que parece, tampoco llegaremos ¿Qué tal si pedimos unas pizzas?- propuso. Por la mirada que Nick le lanzó, cualquiera notaría que en ese momento lo que menos importaba era qué iban a comer.

-Las pido yo, Chris- intercaló Amy mirando a Nick y a su pareja con prudencia-. Id vosotros a bajar la compra, mete el coche y hablaremos más tranquilos.

Su pareja le sonrió y miró a sus dos hijos mayores haciéndoles un gesto con los ojos pidiéndoles que le acompañasen a entrar las cosas. Peter fue con él y le dio un empujoncito a Nick, que no había hecho movimiento alguno para seguir a su padre. No es como si Peter estuviese muy feliz, pero al menos no estaba enfadado como su gemelo.

Chris abrió el auto y comenzaron a bajar las cosas. Cargaron todo hacia la cocina en tandas, hasta que, mientras entraban las últimas, Nick se cansó.

-¿Y ahora? ¿Qué excusa te vas a inventar? ¿Que hay que limpiar las ventanas?- preguntó con insolencia, apoyando una de las bolsas con agresividad en la encimera.

Chris lo miró y frunció el ceño.

-Nicholas, este es un día muy extraño para mí, y realmente te agradecería que no me pusieras las cosas tan difíciles. No voy a poneros excusas, sino que pretendo explicaros todo, pero no pienso hablar contigo si no dejas esa actitud.

-¿Y es culpa mía que este día sea extraño para ti? -estalló indignado- ¡No puedo creerlo! ¡Tú eres el que anda levantando indigentes en la calle!¡No es mi culpa si estás idiota y te vas a elegir de entre todos los parias del mundo para hacer tu buena acción del año justo a la capulla que te quita la cartera!¡Tú sí que eres bueno eligiendo, papá!

El aludido abrió mucho los ojos. Antes de que su hijo se percatase, él estaba frente a él mirándolo fijamente.

-Repite eso- retó con los ojos muy serios. Luego, suavizó un poco el gesto y el tono-. Mira, Nick, voy a ser breve y espero ser claro. Yo no le he echado a nadie la culpa de que el día sea extraño, pero la realidad es que no me arrepiento de nada de lo que dije o hice. Esto es una decisión que yo he tomado, y en la que no me voy a echar atrás, y así mismo tampoco te voy a permitir que tú vengas a decirme a quién ayudo y a quien no, principalmente porque ese no es asunto tuyo. Pero ajeno a todo esto te voy recordando que estás hablando conmigo y no con tus amigos, así que ve cuidando el tono. Me fui de aquí de humor excelente y llegue de un humor excelente también, así que te recomiendo que mantengas ese humor como está a menos que quieras acabar la conversación de pie.