Se mi Valentín

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Hacia ya cuatro años que la familia Hale-Stilinski había abandonado el estado de California para mudarse al pequeño pueblo de Lakeshore, ubicado en el ombligo de norte America.
– ¡¿Cariño eres tu?! – pregunto Stiles en voz alta.
– ¡Si papá soy yo! – le respondió la voz de su hijo adolescente.
– ¿Cómo te fue en la escuela? – le pregunto Stiles.
– ¡Odio San Valentín! – grito Eli.
– ¡Hey! – le dijo su padre, centrando toda su atención en su hijo bajo una mirada compasiva – ¡¿Porqué dices eso?! – le pregunto Stiles.
– ¡Odio esta estúpida fiesta! – le contesto Eli molesto.
– ¡¿Es porque no tienes con quien ir al baile?! – le pregunto su padre.
– ¡No! – contesto un mal encarado chico de quince años.
– ¡Anda sube a dejar y tus cosas, tu padre esta por llegar! – le comento Stiles con una sonrisa, Derek llego a casa cuando Stiles estaba terminando de poner el ultimo plato sobre la mesa.
– ¡¿Ya viste esto?! – le pregunto él, después de arrojar el periódico del día sobre la mesa, señalando el encabezado de la primera plana.
– Si, lo vi esta mañana – le respondió Stiles – ¡Pero no dejare que eso arruine mis planes de mañana! – le comento Stiles a su esposo.

– ¡¿Dígame que tiene en mente señor?! – le pregunto Derek a su esposo acercándose lentamente a él.
– ¡No lo se, estaba pensando en fresas, crema batida y una gran...! – le contesto Stiles de forma provocativa sin poder terminar de hablar.
– ¡Cielos, yo también vivo aquí! – les comento Eli, interrumpiendo a sus padre.
– ¡Eli! – grito Derek, luego de repentina aparición de su hijo, teniendo que apartar a Stiles de su lado.
– Vallan a lavarse las manos – les ordeno Stiles.
Stiles regreso a la cocina para tomar la bandeja de cristal que aun se encontraba en el horno, cuando Derek y Eli regresaron, este ultimo elogió el delicioso aroma que desprendía lo que Stiles había preparado.
– ¡Mañana tu papá y yo seremos chaperones en el baile! – comento Derek a medio bocado.
– ¿Lo seremos? – le cuestionó Stiles.
– Si – respondió Derek.
– No tienen que hacerlo – les dijo Eli – No quiero arruinar sus planes – comento él.
– Oh, pero no lo haces – le comento su padre, Eli trato de hacer que su Derek desistiera de la idea de ir como chaperones al baile, pero sin importar cuanto se esforzó no logro conseguirlo.

La mañana de San Valentín, Derek se despertó antes de lo habitual para prepararle el desayuno a Stiles con mucho cuidado de no ser visto corto una rosa del jardín de su vecina, que coloco a un lado de la taza de café recién hecho.
– ¡Feliz día, amor mío! – dijo depositando un suave beso sobre la mejilla de Stiles.
– ¡¿Que es esto?! – pregunto muy sorprendido al ver todo lo que Derek había preparado.
– ¡No te preocupes por Eli, deje un poco de todo en la cocina! – le comento Derek con una sonrisa.
– ¡Tal vez deberías ponerle seguro a la puerta! – le comento Stiles.
Derek dejo la bandeja aun costado de la cama, antes de ir a hacer lo que Stiles le había sugerido, él en todo momento lucio una enorme sonrisa, Stiles hizo las sabanas aun lado, sin salir de la cama se fue acercando a la orilla.
– ¡¿Que va a hacerme señor?! – pregunto Derek.
– ¡Agradecerle como se debe señor Hale! – le contesto Stiles.
Derek permeancia de pie frente a la cama, él ya sabia lo que Stiles estaba por hacerle, por lo que coloco sus manos atrás de su cabeza, dejando que su esposo hiciera con él lo que quisiera, Stiles fue bajando lentamente sus pantalón pijama.

Derek ahogo un gemido de placer al sentir los cálidos labios de Stiles rosando su glande, Stiles comenzó a recorrer con la lengua la circunferencia de su glande, levantando gradualmente su miembro, antes de proceder a engullir con su boca su gran miembro, Stiles levanto la mirada.
Derek tenia la mirada levantada al cielo, sus grandes pectorales revelaban lo mucho que él estaba disfrutando que Stiles estaba haciendo, Stiles fue metiéndose lentamente el miembro de su esposo a la boca, causando que él tuviera que ahogar un segundo gemido de placer.
El movimiento de vaivén del cuello de Stiles  y de las caderas de Derek, estaba resultando tan estimulante que él estaba por conseguir llenar la cavidad bocal de su esposo con su nectar.
– ¡¿Papas?! – se escucho la fuerte voz de Eli detrás de la puerta.
– ¡¿Que sucede Eli?! – le pregunto Derek.
– ¡Necesitó la firma de papá! – le respondió Stiles.
– ¡Maldición! – dijo Derek apretando los dientes y bajando sus manos a su cuello, cuándo sintió que Stiles sacaba su miembro de su boca, estando a punto de bañarlo en los millones hermanitos de Eli.
– ¡Yo voy hijo! – le grito Stiles, antes de tener que levantarse la cama.

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