POISON... PART 2

51 7 0
                                    

Derek permitió que Stiles se instalara en la habitación de huéspedes, mientras él y Jason compartían la habitación principal, Harlan era él que mejor había tomado la noticia del retorno de su otro padre.
– ¿Quieres panqueques? – le pregunto Stiles, al verlo entrar en la cocina – Los hice con mora azul, no olvido que eran tus favoritos – le comento su papá.
– ¡Lo eran cuando tenia diez! – le respondió un toda vía molesto Harlan.
– ¡Dime si prefieres que te los prepare con hierva o hachís! – le comento un irónico Stiles, mientras comenzaba a darle vuelta a los panqueques que tenia en el sartén.
– ¡¿Quieres decirme algo?! – le cuestiono un desafiante adolescente.
– Cuando vuelvas del colegio tú y yo hablaremos – le respondió Stiles, sin perder la calma, embobándole una sonrisa y entregándole un plato con panqueques – Toma uno para el camino – le dijo su padre.
Derek había decido no ir a trabajar y quedarse en casa, el estaba termiando de tomar su segunda taza de café del día cuando vio a dos hombres extraños entrar en su casa.
– ¡Quiero que saquen todo esto de mi estudio! – les orden Stiles, pidiendo que sacaran las múltiples cajas que Derek había almacenado dentro de el.

– ¡¿Que diablos crees que estas haciendo?! – le cuestiono un mal encarado Derek.
– ¡Sacando todo esta basura de mi estudio! – le respondió Stiles sin dirigirle la mirada a su esposo.
– ¡Permite aclararte que nada de esto es basura y este ya no es tu estudio! – le dijo Derek tratando de controlar su enojo.
– ¡Y yo te recuerdo que seguimos casados y cuando diseñamos esta casa acordamos que tu tendrías tu oficina y yo tendría la mía! – le recrimino Stiles – ¡Ahora si me disculpas tengo terminar de limpiar por que tengo un caso que necesita de mi atención! – le comento él, antes de centrar su atención completamente en los hombres que le estaban ayudando a limpiar su estudió.
Harlan y Eli regresaron cuando el equipo de limpieza estaba introduciendo los muebles de la oficina de Stiles de vuelta en su lugar.
– ¡¿Que diablos?! – cuestiono Eli.
– ¡Mierda, mierda, mierda! – grito Harlan al ver a agentes federales entrando en su casa.
– ¡Las cajas van dentro de mi oficina! – comento en voz alta, saliendo un momento de la casa, para ir en la búsqueda de importantes carpetas.
Eli y Harlan evitaron a su padre entrando por la puerta de atrás, ambos subieron directo a su habitación, Harlan busco la bolsa de hierba que tenia escondida, pero no logro encontrarla.
– ¡Maldición! – grito furioso.

Solo cuando los autos estacionados al frente de su casa se fueron y el movimiento de gente extraña por la casa se detuvo, los hermanos Hale salieron de sus habitaciones.
– ¡Harlan! – dijo Stiles llamándolo desde el interior de su oficina, la puerta se encontraba entre abierta.
– ¡¿Que sucede?! – le pregunto inquieto, su padre se encontraba de espaldas a la puerta.
– ¡Entra, cierra la puerta y toma asiento! – le contesto Stiles, sin dejar de ver los documentos que tenia en su manos.
Harlan le obedeció y solo después de que él hubiera tomado asiento, Stiles despego su vista de los documentos, él dio media vuelta para quedar frente a su hijo mayor, que estaba mas nervioso que un culpable en un interrogatorio.
– ¿Hay algo que quieras decir? – pregunto su padre sin ningún tipo de expresión en su voz.
– ¡No papá! – le respondió su hijo mayor.
– ¿Seguro? – le cuestiono manteniendo el mismo tono inexpresivo.
– ¡Si! – les respondió Harlan nervioso.
Stiles soltó un largo suspiro antes de bordear su escritorio, sacando del cajón de su escritorio la bolsa con hierva que tenía en su habitación, del mismo cajón también saco dos pequeñas bolsas con pastillas, Harlan supo en ese momento que estaba jodido.

– ¡¿Dónde encontraste eso?! – le pregunto Harlan molesto.
– ¡Yo no lo encontré! – le respondió su padre, dejando las bolsas con sustancias sobre su escritorio – ¡Ty lo hizo! – le comentó Stiles.
– ¡¿Quien mierda es Ty?! – le pregunto un indignado Harlan, al pensar que su padre había permitido que un extraño entrara a su habitación.
– Ty es un perro rastreador – le respondió su padre, Stiles tenia sus codos sobre el escritorio y los dedos de sus manos entrelazados, dirigiendo una mirada de severidad a su hijo, cuando un teléfono satelital dado por el Buro.
– ¡¿Que sucede?! – cuestiono Stiles al contestar la llamada, intentando controlar la indiganación en su voz – ¡Maldición! – grito Stiles golpeando con demasiada ira su escritorio.
– ¡Papá! – dijo Harlan con miedo al ver lo enojado que estaba su padre.
– ¡Debemos irnos! – le dijo Stiles en voz alta.
– ¡¿Que?! – cuestiono un confundido Harlan.
– ¡Eli! – grito Stiles con todas sus fuerzas – ¡Elías! – grito aún mas fuerte luego de que su hijo no respondiera a su primer llamado.
– ¡¿Que quieres?! – pregunto con hostilidad al llegar al estudio de su padre.

STEREK short storiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora