La historia de como un joven se ve obligado a entrometerse en un mundo que desde la sombras se está yendo por la borda, está es la vida cotidiana de Izuku antes de que esta diera un giro de 180° pero, ¿Sera para bien? o ¿Para mal?
No lo sé la verdad...
Un viento helado se podía sentir en todo el bosque lo cual era normal ya que el mismo estaba ubicado en la Zona helada, a la lejanía se podían distinguir dos siluetas, eran dos jóvenes los cuales estaban con ropa abrigada e iban armados, llevaban horas caminando, todo era silencio el único ruido que se podía distinguir era el de los pasos de ambos hasta que el más bajo hablo.
—Hey cuánto falta para que lleguemos, llevamos horas caminando y tengo hambre, ¿No nos perdimos verdad?
—No nos perdimos, pero todavía nos quedan alrededor de dos horas de caminata así que guarda silencio y no te quejes— respondió con fastidio— a fin de cuentas fuiste tu el que quiso hacer esta misión Ishiki.
—Ya se pero es que no pensé que nos tomaría tanto tiempo— contesto volteando los ojos— aparte que has estado muy callado todo el camino, ¿te pasa algo Izuku?
—No es nada, solo recordaba algunas cosas…. Sobre mi padre— respondió un poco desanimado.
—Oh, ya veo, bueno tranquilo, ya verás que todo va a resultar bien bro —le dijo este tratando de subirle el ánimo.
—Eso espero, sigamos avanzando, tengo hambre.
—Tu siempre tienes hambre.
—Jejeje lo sé.
Una hora había pasada desde aquella conversación, ambos seguían caminando hasta el punto donde podrían realizar la misión, todo estaba yendo relativamente bien o así era hasta que:
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—¡IZUKU ATENTO! —alerto este poniéndose en guardia.
Izuku no perdió tiempo y preparando sus guanteletes para el combate se lanzó junto a su compañero a luchar contra el lobo sobremutado.
¿Como es que este joven termino siendo parte de esto?
[Hace 1 año]
POV Narrador.
La noche en la ciudad de Musutafu había comenzado relativamente bien, gente dirigiéndose a sus hogares luego de una larga jornada de trabajo, aunque había otros que lastimosamente tendrían que hacer el turno nocturno, otros más que iban a beber o a comer en familia, y una persecución a máxima velocidad….
Espera un momento, ¡¿Una persecución!?
—¡¡MALDICIÓN!! ¡¡CONDUCE BIEN CABRON O NOS VAN ALCANZAR!! —le grito al chófer uno de los Malandros, el cual tenía unos rasgos animales bastante interesantes, dos orejas de lobo y una cola.
