La historia de como un joven se ve obligado a entrometerse en un mundo que desde la sombras se está yendo por la borda, está es la vida cotidiana de Izuku antes de que esta diera un giro de 180° pero, ¿Sera para bien? o ¿Para mal?
No lo sé la verdad...
Después de salir de la habitación de mi padre me dirigía hacia el coche pues aún tenía que ir a clases, en el camino a la salida tuve que volver a bajar por las malditas escaleras, que fastidio enserio, deberían arreglar el ascensor.
Pero algo extraño paso cuando estaba por bajar las escaleras, en el pasillo del tercer piso que es dónde donde estaba la habitación de mi padre, una mujer y puedo decir con seguridad que es de las mujeres más hermosas y sexis que he tenido la dicha de ver en mi vida y aún más con ese uniforme, ¿Será una heroína?
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Justo en el momento que pase al lado de ella sentí algo extraño, como si me estuvieran mirando fijamente, cuando volteé atrás de mi era ella, le devolví la mirada, pareció sorprenderse un poco, pero esos ojos violetas no paraban de mirarme fijamente y me sentí bastante incómodo.
—Uhh disculpe ¿Sucede algo señora?
No me contestó al momento, pasaron unos segundos en los cuales no apartó la mirada de mi, hasta por fin le dio por responder.
—No, no es nada niño, simplemente me recordaste a alguien es todo—siguió su camino después de responderme, parece que habla de alguien que ya se murió, lo creo por su tono de voz, aunque también percibo ¿Enojo?—Y por cierto—¿Mmm?—No soy tan vieja para ser considerada una señora.
—.... Ok—seguí con mi caminata hacia la salida.
[Fuera del hospital de Musutafu]
Estacionamiento.
Bueno, luego de ese extraño momento que probablemente se me olvidé en un rato, camine hacia el coche, y me detuve enfrente de el ya que aún no quería subir, el frío que hacía está mañana es muy agradable por lo que me quede un rato recostado en el capó del coche.
[…]
Bien ya es hora de irme, aunque me gustaría seguir disfrutando de esta sensación tengo que asistir a clases.
Sin perder más tiempo me subí al coche, arranque y salí del estacionamiento.
—Veamos que puedo poner....—encendí la pantalla del coche para que no haya tanto silencio.
—{¡OH YEAH! ¡Como están gente de Musutafu, al habla su querido, apreciado, amado, amigo y héroe Present Mic!,¡El día de hoy he llegado cargado con nuevas y emocionantes noticias!}
Oh cierto, es la hora del programa de Present Mic, lo había olvidado, que bien que no me lo perdí, aunque parece curioso como a los héroes les permiten tener un segundo trabajo a parte del heroísmo, manteniendo sus identidades en secreto.
