Mi alumna IV

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No me dejó ni explorar un poco de su cuarto inmediatamente me lanzó hacia su cama, creo que piensa vengarme por lo que le hice pero no pondré resistencia, dejaré que se divierta.
-Fuiste cruel conmigo-respondió cuando se sentó encima de mí. Puse mi cara más inocente.
-No he hecho nada, solo hacerte venir dos veces-contesté muy confiada.
La vi sonreír pícaramente y la imite.
Agarró los tirantes de mi vestido y los descendió por mis brazos, apoyó su cuerpo en una de sus rodillas para seguir bajando mi prenda hasta quitarlo por completo.
La vi como con sus ojos devoraba mis pechos que se encontraban escondidos en un lindo sujetador negro.
-Te gusta lo que ves-use la misma frase que ella había dicho anteriormente.
-Me encanta, y me gustará más cuando te haga correr mi boca-aseguró. Sofía no tenía reparo en decir las cosas que sentía y quería hacer.
Le ayude retirandome mi sujetador y tuviera mejor vista de mis pechos que ansiaban ser acariciados por sus manos y boca.
Se mordió el labio antes de inclinarse para besar mis senos suavemente, coloqué mis manos en su cabeza para guiarla, pero ella las retiró aprisionandolas contra la cama. Continuó con besos, lamidas y mordidas en mis pezones poniéndolos duros, empezaba a sentir los estragos en mi zona baja, mi cuerpo se movía buscando liberación, Sofía ubicó una de sus piernas encima de mi cadera impidiendo mis movimientos.
-¿Te gustan los juegos?-preguntó cuando dejó mis senos en paz.
-¿Qué juegos?-insté.
Se dirigió a su mesa de noche y sacó unas esposas. Las alzó para que las viera muy bien. Tragué saliva, llevaba mucho tiempo sin hacer este tipo de cosas. Se colocó encima mío, no esperó respuesta, juntos mis manos y las esposó sobre mi cabeza.
-El que calla otorga-mencionó. Mi silencio fue su respuesta. Intenté bajar los brazos y ni pude, no solo las esposó también las ajustó en la parte superior para que no las bajara.
Loca
Estaba expectante a lo que hiciera, la vi bajar a mi vagina, con sus manos abrió mis labios y dio una gran lamida que me hizo despegar el cuerpo del colchón, no sabía que estaba tan sensible. Siguió con más lamidas superficiales sin invadir mi interior que pedía a gritos ser atendido.
-Sofia-gemí, me estaba matando por la espera.
Se concentró en mi clitoris y no hizo caso a mi súplica, se entretenía sin dejar que me liberara, quise bajar mis manos pero era imposible, estaba a su merced.
Abandonó mi zona, que tanto la necesitaba ganándose una mirada de odio.
Entrelazó sus piernas con las mías logrando que nuestros coños se rozaran, acercó su boca a la mía dándome pequeños besos, mientras su cuerpo se movía sintiendo como se hacía fricción mi parte sensible con la de ella, se movía cada vez más rápido, tenía ganas de agarrarla por la cintura para moverla a mi ritmo pero no podía tenía que seguir su ritmo. Empezó a moverse en círculos y sentí como mi cuerpo entraba en ebullición, aceleró el ritmo y con él me corrí, entre más se movía se escuchaban los sonidos de nuestros líquidos mezclándose. Por unos segundos dejé de respirar había sido muy intenso, aún no podía controlar mi respiración cuando volvió a bajar a mi coño y lamer lo que había liberado, otra vez me calentaba, sus dedos abrían mis pliegues y su lengua llegaba hasta mi interior tomando todo rastro de mi pero era inútil porque nuevamente empezaba a humedecerme.

Dios

Bendiga lengua, no sabía cómo podía hacerme delirar solo con ella, siguió invadiendo aquella sin poder evitarlo me corrí en su boca, esta vez no duré nada, me vine enseguida. Quería tomarla de los cabellos y quitarla de ahí, no paraba de lamerme.
-Sofia ya-fue lo que pude decir, estaba muy agitada, muy sensible, cada roce me estremecía.
La vi quitarse de mi vagina y agradecí en mi mente, pero estaba muy equivocada si pensaba que se detendría. Besó mis labios, dirigió su boca a mi oreja mordiendo, lamiendo, calentando mi cuerpo otra vez.
-HMM-gemí cuando sin previo aviso hundió sus dedos en mi interior.
-Maldita-jadee
Escuché su risa y siguió moviéndose en mi interior, como venganza mordí su hombro, pero solo la excitaba más porque sus movimientos aumentaban, quería seguir mordiendola pero tenía que ocupar mi boca en tratar de respirar, con mis piernas abracé su trasero, no sabía lo que hacía, solo sentía que volvería a correrme. Sus dientes mordiendo mi cuello me volvían loca, sus dedos curveados en mi coño me estaban destruyendo. Empecé con temblores nuevamente y aprisioné sus falanges en mi interior corriéndome en ellos. Abrí mi boca en busca de oxígeno ya que por la nariz no podía por la agitación.
Gemí cuando quitó sus dedos de mí, los llevó a mi boca y con ellos empezó a delinear mis labios, se acercó y con su lengua retiró mi humedad de ellos, jamás habían hecho algo así conmigo. Me mostró un dedo para que lo lamiese y así lo hice, me tenía hipnotizada haría cualquier cosa. Después de lamerlo lo retiro y ella también lo lamió.
Otra vez dirigió su dedo a mi coño, tomó más de mis fluidos y volvió a colocarlos en mi boca, pero está vez en vez de pasar su lengua, me besó, aprisionó sus labios con los míos, mezclando nuestros alientos.
Me reí cuando se separó de mí.
-¿De qué te ríes?-instó muy curiosa.
-Si tuviese que calificarte no tendría nota que ponerte-Respondí juguetonamente.
-Soy una excelente estudiante y más cuando tengo profesoras tan sexies.
-¿Profesoras?-entrecerré mis ojos
-¿Eres celosa?
-Claro que no. Sueltame que debo irme-no quería demostrar que me había molestado.
-¿Eres celosa?-volvió a preguntar, pero no respondí, sin embargo no esperaba que empezara un ataque de cosquillas.
-No, no. Para, eso es trampa
-Entonces responde-sugirió sin parar de atacarme.
-Está bien está bien, me rindo-era inútil seguir luchando en vano.
-Responde
-Estoy un poco celosa, es lo que querías escuchar ahí lo tienes. Ahora sueltame.
Vi como me miraba fijamente con una sonrisa en sus labios.
-¿Por qué me miras así?-pregunté. Solo negó con la cabeza y se decidió a soltarme.
Nuestro juego había terminado.
Ninguna volvió a hablar, solo tomé mi ropa y fui al baño para asearme un poco antes de irme.
Cuando salí, la vi sentada en el borde de la cama con su albornoz como la encontré a mi llegada.
-Es hora de irme-mencioné. No dijo nada como respuesta.
-Espero que nadie se entere de esto-volví a hablar.
Me di la vuelta para abandonar su casa, no esperaba ninguna respuesta de ella, las dos habíamos saciado nuestras ganas.
-Andrea-mencionó mi nombre cuando estaba por abrir la puerta.
Me gire para saber qué quería.
-Este año termino la universidad y ya no seré una alumna, si me esperas nosotras podríamos...
-No sigas Sofía, lo de nosotras era solo esto, sexo, ahora que lo hemos hecho todo termina aquí. Gracias por todo.
-Vale-Respondió.
-Ya encontrarás otra profesora-contesté, no había olvidado lo que había dicho antes.
-Nadie como tú-respondió cuando cerré la puerta.
Hasta aquí había llegado nuestra historia con mi alumna.

Gracias por el apoyo a los relatos, disculpen no poder subirlos enseguida a esta plataforma, pero tengo contrato con otra app y la exclusividad es con ellos🫠


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