Fray Lorenzo se encontraba cortando plantas medicinales cuando vio llegar a Romeo corriendo.
—¿Qué haces aquí tan temprano? ¿No podías dormir?
—Anoche fui a la fiesta de los Capuleto y me enamoré de su hija. Ella también me ama. Por favor, cásenos hoy mismo.
—¿Ayer amabas a Rosalina y hoy me pides que te case con Julieta?
—No se enfadé conmigo. Está vez estoy enamorado de verdad. ¡Por favor, cásenos! —suplicó Romeo.
—Está bien. Quizá sea la única forma de que su familia y la tuya dejen de odiarse —dijo fray Lorenzo tras pensarlo mejor.
Romeo se marchó muy contento de allí. Al poco se cruzó con Benvolio y Mercucio, que lo estaban buscando.
—¿Qué te pasa? ¿Por qué vienes tan feliz? —le preguntó Mercucio.
Romeo saludaba a sus amigos cuando vio a lo lejos a la nodriza de Julieta.
—Id a mi casa. Ahora os alcanzó —les pidió a sus compañeros.
Esperó a que estuvieran lejos y fue a hablar con ella.
—Dile a Julieta que vaya está tarde a ver a fray Lorenzo. Dentro de una hora, reúnete con mi criado Baltasar detrás de la iglesia. Llevará una escalera para que yo pueda subir esta noche a la habitación de Julieta.
La nodriza hizo lo que le pidió, y esa misma tarde fray Lorenzo casó a Romeo y Julieta.
Tras la boda, Julieta se marchó a su casa. En una plaza, Romeo encontró a Mercucio y Benvolio, que tenían un enfrentamiento con Teobaldo.
—¡Saca tu espada y mucha conmigo! —gritó Teobaldo a Romeo.
—¡No quiero ser tu enemigo, quiero tu apellido tanto como el mío! ¡No pienso pelear! —replicó Romeo.
—¡No seas cobarde! —insistió Teobaldo.
—¡No! —dijo Romeo rotundamente.
—¡Yo lucharé contra ti! —exclamó Mercucio desafiando a Teobaldo.
Los jóvenes comenzaron a pelear sin que Romeo pudiera evitarlo. Por fin, Teobaldo hirió a Mercucio, que cayó al suelo sangrando.
—¡Malditas familias enfrentadas! Benvolio, ayúdame, me voy a desmayar —dijo Mercucio con voz quebrada.
Benvolio intentó socorrer a su amigo, pero a los pocos minutos gritó:
—¡Mercucio ha muerto!
Romeo se derrumbó. Su amigo había muerto por su culpa. Miró a Teobaldo y le dijo, lleno de ira:
—¡Tú vives y mi amigo ha muerto! ¡Ahora, uno de nosotros dos morirá!
Tras una feroz pelea, Romeo acabó con la vida de Teobaldo, y después huyó. No tardó en llegar el príncipe, que preguntó enfadado a Benvolio:
—¿Quién ha empezado esto?
—Teobaldo. Romeo intentó evitar la pelea, pero no pudo. Teobaldo mato a Mercucio, y Romeo se vengó después.
—Romeo pagará por ello. Dile que debe abandonar la ciudad; si lo encuentro en Verona, morirá. —exclamo furioso.
Julieta supo por su nodriza que Romeo había matado a su primo y que debía abandonar la ciudad. Angustiada, le pidió a la mujer que encontrará a Romeo, y está imaginó que estaría con fray Lorenzo.
—¡No quiero vivir fuera de Verona y sin Julieta! ¡Prefiero morir! —decía Romeo a fray Lorenzo.
En ese momento, llamaron a la puerta. Fray Lorenzo pidió a Romeo que se escondiera antes de abrir. Cuando Romeo escuchó la voz de la nodriza, salió de su escondite y se abalanzó hacía ella. Agarrándola por los brazos, le dijo:
—Dime la verdad: ¿Julieta cree que soy un asesino? ¿Aún me quiere?
—No dice nada. Solo pronuncia el nombre de su primo y el tuyo entre suspiros.
Romeo, lleno de amargura, cogió su puñal para clavárselo, pero el fraile lo detuvo diciéndole:
—¿Eres un cobarde? ¡Deja de lloriquear! Tienes que ser fuerte por Julieta. Ve a verla está noche, habla con ella y a primera hora parte hacia Mantua.
Pasado el anochecer, Romeo subió con la escalera a la habitación de Julieta.
Fue una noche muy extraña para los dos recién casados: estaban muy felices, pero muy asustados a la vez.
—Amor, he de irme, no quiero que me encuentren —dijo al fin Romeo.
—Si aún es de noche... —respondió ella mientras lo abrazaba.
En ese momento entró la nodriza y la avisó de la llegada de su madre.
Romeo se despidió de Julieta con un beso y salió corriendo por el balcón.
A los pocos segundos, entró su madre.
—¿Todavía estás en la cama, Julieta?
—No me encuentro bien, madre.
—Lloras por tu primo, qué desgracia. Tranquila, tenemos amigos en Mantua que atraparán a Romeo. Pero hablemos de cosas más alegres: el jueves por la mañana te casarás con el conde París.
—¡No, madre, por favor! ¡No quiero casarme con él! —grito Julieta.
En ese momento entró el señor Capuleto.
—¿Qué ocurre? —preguntó.
—Julieta no quiere casarse —explicó su mujer, muy disgustada.
—¿Por qué? El conde es un bien partido, debería agradecérnoslo —preguntó Capuleto.
—¡No puedo agradecer algo que no me gusta! —replicó Julieta indignada.
—El jueves te casarás con París. Si te niegas, deberás irte de mi casa —dijo enfadado antes de marcharse.
—Por favor, madre, retrasad la boda unas semanas. Si no, moriré yo también —dijo entre lágrimas Julieta.
—Ya está bien no insistas más. No sé puede hacer nada para evitarlo —le dijo ella antes de salir de la habitación.
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Romeo y Julieta
Fantasíaestá es la historia de Romeo y Julieta sacado de cuentos para chicas pd:voy a subir más historias de este libro!