Swok - Neteyam Sully [Editando]

4. tsìng

╰─────────➤ Ftxey

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Diana  comenzaba un nuevo mes con sus tareas, las cuales tenía todo el santo día.

—¿Y si la herida es grave?—Ronal caminaba de un lado a otro en la habitación de Diana como si fuera una profesora.

—El ungüento es la mejor opción, corteza de árbol y el aceite de hojas—Diana se encontraba sentada en medio de su Marui con su madre frente a ella, hoy le tocaba el examen mensual de memoria.

—Bien, medicina está listo—Ronal le daba esperanzas siempre a Diana para hacerle creer que el fin de los estudios llegaría pronto.

—¿Entonces termine todo?—la chica comenzaba a emocionarse.

—No, falta lo físico, la arquería y defensa propia, es lo más importante a mi punto de vista—su madre tenía una hoja donde leía lo que seguía.

—¿Cuando será el fin de los estudios?—Diana le pregunto algo cansada levantándose del suelo.

—Cuando estés con tu pareja—Ronal le jugó una broma—es broma hija, cuando pases arquería y defensa personal, es lo último del plan—su madre se acercó a ella y acarició su mejilla.

—¿De verdad me escogerán una pareja, mamá?—Diana aprovecho el momento para preguntarle a su madre, tenía que preparase mentalmente si era verdad.

—Hija, si no quieres no te obligaremos—Ronal tomo las manos de su hija.

—No madre, ya acepte, además quiero hacerlos felices.

—No hace falta que te emparejes para que nos hagas felices, lo haces desde el dia que naciste—luego recibió un abrazo de su madre.

Por estas razones Diana se sentía afortunada de tener a Ronal como su madre, aunque a veces perdiera los estribos.

—Ya me decidí, lo haré—con una sonrisa Diana le saco a su madre otra.

Ronal le había dejado la tarde libre a Diana, ella pudo ir a caminar por la arena.

Al ir caminando se había topado con Neteyam, pero este extrañada mente no la saludo y solo la evitó, Diana no lo encontró raro, pues a penas se conocían.

Finalmente ella llegó a un lado apartado en la playa para poder dormir un poco, no lo había hecho mucho desde que tenía ese libro en sus manos, el cual aún no se acababa.

—Diana—escucho a su hermana Tsireya y luego sintió como se sentó a su lado.

—¿Qué?—Diana seguía con los ojos cerrados y no planeaba abrirlos.