Muy casual mi estupidez
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... ¿No te importaría?
No, al final puedo ver en YouTube el vídeo. No en vivo, pero sí...
—¡Reacciona!
—¡Ay! —me quejo por el golpe que Sandra me da con una almohada.
Emm, si algo deben saber antes de todo, es que... es más posible que se vuelvan a equivocar de ganadora en el miss universo que no deje de perderme en mis pensamientos. Me desconcentro con facilidad, con la más mínima estupidez ¿Qué puedo hacer?
No desconcentrarte con facilidad, dah.
—¿Que pasó, San? —pregunto, para retomar la conversación.
Se gira a mí como si fuera una princesa encantada y suspira.
—¿Qué pasó? ¿En serio? Te estaba contando lo que hice con Jeremy ayer y como siempre ignorándome por estar...
—... Pensando en cómo fuera mi vida si no me contaras tus cosas con él.
Su novio. Ese chico que desde que lo vi me desagradó de inmediato. Llevan varios meses juntos, aunque antes ya habían tenido una relación de 3 años, pero la terminaron y otra vez, ahí están.
—Ay, Tatna —pone puchero.
—Fuera mucho mejor, de verdad. Sabes que me empalaga tanta dulzura —frunce el ceño—. Literalmente —aclaro—. Y, también como metáfora.
—Pero dime ¿A quién más le cuento? Mamá está ocupada y papá... pues obvio no, tu sabes.
También detesta a Jeremy, solo que su razón tiene un poco más de sentido: Jeremy es hijo del tipo que le hace competencia a el padre de mi amiga para ser alcalde… yo ni tengo una razón.
—Pues... tienes a Delanie y Anthony.
—¿Anthony? Pff, mejor Delanie —dice y se sienta en la silla junto a mi ventana, recostando la cabeza en el vidrio.
Princesa enamorada, bien pendeja.
Yo me dejo caer por el borde del colchón de mi cama hasta llegar al piso. Me gusta sentarme en el suelo. Raro, lo sé. Nos quedamos en silencio hasta que la canción Focus de Ariana grande empieza sonar. Sandra se tira en mi cama, como si fuera un trampolín y agarra su celular.
—¿Cuándo pretendes poner una canción de moda? —cuestiono, mirándola sobre mi hombro.
—Tu escuchas a Queen —señala, abro la boca para replicar, pero levanta la mano—. Nada —saca su teléfono. Antes de contestar apoya los codos sobre el colchón y acuna su rostro en ambas manos. Parece de esas niñas que van a escribir querido diario. Sonríe—. Dejas de escuchar a Queen y cambio el tono —propone.
—Deberías escuchar las primeras canciones de Ariana —le digo, con un claro «no dejaré de escuchar a Queen», devolviéndole la sonrisa.
—¿Qué sucede? —contesta—. Okey, ¿Cómo estás? Yo muy bien... ajá... como siempre ¿No?... ay, nos vemos —cuelga, cierra los ojos con fuerza y frunce los labios. Orgullosa de su autocontrol.
No como otras…
Shh.
—¿Te tienes que ir?
—Papá quiere que vaya con él a una conferencia de prensa de mamá, mañana.
—¿No te tienes que ir, entonces?
—Si, tengo que irme. Debo practicar lo que voy a hablar porque será de su campaña, la cosa esa de ropa. También de la fundación y, yo, estoy de alguna manera participando junto a él.

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Pisando los errores
RomantikEl día a día "tranquilo" y "normal" de Tatiana se verá afectado tras ciertas cosas que, la dejarán al borde de su... poca estabilidad (literalmente) Damon, el chico que siempre le ha gustado y conoce desde kínder, vuelve a acercarse cambiando algo e...