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-¡Sargento Martínez al flanco derecho!

-¡Sí señor!

-¡Dawson usted y Bauer cubran el izquierdo!

-¡A la orden señor!

-¡Vamos!¡Muévanse si quieren vivir!

No me lo puedo creer, justo ahora que regresábamos a la base estamos siendo atacados por un grupo de insurgentes que no están conformes con que abastezcamos el hospital infantil de la ciudad. ¡Malditos imbéciles! Seguro que piensan que estamos dándoles armas a las guerrillas que los combaten o que somos sus aliados en esta guerra sin fin que lleva azotando a este país ya tantos años. Solo estamos como parte de un contingente humanitario para ayudar a los más vulnerables y procurar que las víctimas civiles , sobre todo los niños, no sufran más de lo que ya lo hacen.

-¡Joder Rowan muévete!¡Jenkins, sustituye a Rowan en retaguardia!

-¡Sí señor!¡Rowan mueve el culo!

¡Mierda y más mierda! Solo quiero regresar a mi tienda y dormir un puto mes lejos de todo esto. Llevamos cinco días fuera y mis hombres están agotados.

-¡Todos al camión!¡Ya!

Empecé a tirar de mis soldados para que entrasen al vehículo tratando de cubrirlos para que ninguna bala los alcanzase. Casi estaba subiéndome cuando escucho un grito proveniente de uno de los edificios cercanos. Rowan está atrapado en el fuego cruzado entre los asaltantes y el acorazado que ha venido a salvarnos el culo. ¡Maldito novato de mierda! Corro a través del tiroteo como si no me importase morir para llegar hasta él y me lo encuentro hecho una boñiga en el suelo agarrando su fusil de asalto con los ojos cerrados rezando hasta lo que se había aprendido en su primera comunión.

-¡Arriba soldado!- grité sacándolo del trance en el que se encontraba.

-¡AAAAAAAAAAHHHHHHH!¡NO QUIERO MORIR!

-¡Soldado Rowan!- vociferé mientras le daba un bofetón-¡Serénese hombre y salgamos de aquí cagando leches!

Conseguí que volviese en sí aunque me costó Dios y ayuda que llegásemos de una sola pieza junto con el resto.

-¡Me cago en la puta!¡Que sea la última vez que dejan a un compañero atrás!- bramé mientras me giraba para ver al mierdecilla de Rowan sorber por la nariz como un mocoso de primaria-¡Rowan por el amor del cielo deje de llorar!

El resto del camino al campamento transcurrió en silencio, algo que agradecí ya que me faltaba poco para pegarle un tiro a cada uno y luego despeñar el camión fingiendo un accidente. Necesitaba desconectar y qué mejor manera que recurrir a la mujer con la que compartía cama desde hace un par de meses cuando necesitaba un desahogo, la soldado Jackson.

-¡Vamos panda de vagos!¡Abajo! Vayan a la enfermería los que lo necesiten y el resto coman y descansen- ordené- ¡Ah! y lleven al soldado Rowan a que lo revisen también, ¡Retírense!

-¡Sí señor!

Rompieron filas y fui directo hacia los barracones de los oficiales. Quería sacarme los diez quilos de mierda que tenía encima antes de llamar a la que iba a calentar mi catre por unas horas. Entré en las duchas y me desnudé mientras abría el grifo y colocaba una toalla colgada de la puerta. Sentir como el agua caía por mi agarrotado cuerpo fue la mejor sensación de toda la puta semana. Me lavé limpiando las chapas de mi padre que llevaba junto con las mías como amuleto. Habían pasado ya quince años y aún podía recordar los gritos desesperados de mi dulce madre cuando llegaron los soldados junto con el sacerdote de la base para informarle de que su amado esposo, el coronel Arthur Miller, había muerto en combate. Desde ese momento ya nada fue igual en casa.

Salí de la ducha con la toalla amarrada en la cintura y, mientras trataba de encontrar los malditos boxers que parecía que se habían esfumado, sentí unas manos acariciar mi pecho. Me di la vuelta y me encontré a la soldado Jackson desnuda poniéndose de rodillas y tratando de agarrar mi polla para llevársela a la boca. Por lo visto la había echado de menos y yo estaba más que satisfecho dejándome hacer ya que ,realmente, era lo que necesitaba. Comenzó a lamer y a chupar como si fuese un helado en el desierto y no pude evitar el agarrar su cabeza para empezar a embestirla sin ningún tipo de contemplación. La veía atragantarse y lagrimear pero no me importaba, tan solo deseaba correrme y eso estaba a punto de hacer.

-Mierda, Jackson... echa la puta cabeza hacia atrás-le ordené mientras comenzaba a follarla con más fuerza- así...joder que bien entra hasta tu garganta...

Di un par de estocadas más y me corrí en su boca impidiendo que pudiese sacar mi polla. En cuanto sentí que ya no quedaba nada y que se lo había tragado, salí de ella y volví a meterme en la ducha para darme un agua rápida y así volver a sentirme fresco.

- ¿Qué estás haciendo?- pregunté a mi acompañante mientras veía que intentaba ducharse conmigo- Fuera. Ahora.

-Vamos Al...solo quiero ducharme con mi hombre...-respondió coqueta tratando de abrazarme.

-¡He dicho que fuera!- bramé sacándola del habitáculo mientras cerraba la puerta del mismo en sus narices. Seguí a lo mío y, cuando salí, me la encontré ya vestida esperándome en uno de los bancos del vestuario.

-Que cojones haces aún aquí-espeté mientras comenzaba a vestirme.

-Al...yo...no entiendo...llevamos cinco días sin vernos y estaba preocupada por ti...deseando volver a ver a mi hombre y tú...

-¿Tu hombre?-cuestioné en un bufido-creí que había quedado claro desde un inicio que estos encuentros casuales eran entre dos personas adultas que follaban sin ningún tipo de atadura...yo no soy tu hombre, no me hagas reír...¡Ah! y no se te ocurra volver a llamarme Al.

-Pero tú...yo...yo creí que nosotros estábamos juntos desde hace dos meses yo...

-Nunca hubo un nosotros, Brittany así que deja de decir gilipolleces y desaparece de mi vista, desde ahora en adelante no quiero tener nada que ver contigo, fue genial follarte aunque debo decirte que las tuve mejores en mi cama...

-¡Soy Mary, cabronazo!-rugió mientras me daba una bofetada-¡ y no te preocupes que la que no quiere volverte a ver soy yo!

Agarré su mano cuando trataba de darme otro bofetón y la aparté sin ningún miramiento.

-No olvide, soldado, que está usted hablando con un superior, y la agresión conlleva arresto- dije cabreado por su inmadura actitud- así que no vuelva a levantarme la mano o aténgase a las consecuencias.

Se zafó de mi agarre y salió furibunda por la puerta mientras yo me sentaba pasando las manos por mi cara suspirando arrepentido por no haber sabido mantener mi polla en los pantalones por una vez y haberme aguantado el calentón. Me habría ahorrado este puto show que me acababa de poner de un humor de perros. Decidí vestirme con un uniforme limpio y dirigirme al barracón de mis hombres. Con alguien tendría que desquitarme, ¿no?

-¡Vamos arriba!- entré haciendo que se levantasen de un salto- ¡Vístanse con ropa deportiva!¡Vamos a salir a correr!

Las quejas no se hicieron esperar así que di un fuerte golpe en la puerta haciendo que todos se pusiesen firmes de inmediato.

-¡Tienen tres minutos para formarse en el patio central de la base!¡Dejen de comportarse como viejas lisiadas y muévanse!

-¡Sí mi teniente!

Salí de allí para ir a la cantina a por algo de comer para así almorzar viendo como daban las veinte vueltas al campamento que tenía previstas para ellos. Al final el día estaba mejorando, a pesar del dolor de huevos que sabría que tendría durante una buena temporada al haber tenido que dejar de ver a...¿Brittany?

🖤EL CORAZÓN DEL GUERRERO🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora