5 || La verdad ||

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117 D.C

Daemon jamás lo admitiría, pero estaba nervioso, seguían en los aposentos de Viserys esperando a que Sir Harwin trajera a su hija. Rhaenyra trataba de tranquilizarlo con sonrisas disimuladas y Laenor suspiraba impaciente, Viserys estaba en completo silencio enfocándose en su maqueta ignorando el ambiente entre los otros tres.

Las puertas fueron abiertas y Sir Harwin entro detrás de la pequeña niña que corrió al interior de la habitación.

—¡Abuelo! —Grito saltando a los brazos del mayor, Viserys rio abrazándola de vuelta apretando el agarre.

—Hola pequeña ¿Cómo estas hoy?

—¡Muy bien! Luke sigue siendo igual de gritón, solo se calla cuando lo alzo, Jacaerys es casi igual.

—Me lo puedo imaginar, ellos te quieren cerca—Dijo—Eres su hermana mayor ¿y sabes cuál es la tarea del hermano mayor? —Ella negó—Es cuidar de sus hermanos, protegerlos ¿crees poder hacer eso?

—¡Si! —Exclamo haciendo sonreír a los adultos.

Rhaenyra compartió una mirada con Harwin y este cerró la puerta detrás de él, y se quedó parado frente a ella viendo a la familia real.

—Cariño—Llamo Rhaenyra a su hija—Ven.

Aeva se acercó a su mamá expectante, la mujer se arrodillo tomándola de las manos.

—Cariño, hay algo que quiero decirte ¿sí?

—¿Qué pasa? —Pregunto ahora asustada viendo como su mamá empezaba a estar nerviosa—¿Estas bien?

—Si cariño, estoy bien. Es algo complicado y sé que a tu temprana edad no lo entenderás del todo, pero prefiero decirte ahora y...algunas otras cosas que deberás saber para el futuro ¿sí? ¿Me prometes que harás lo que puedas por entender?

Aeva asintió viendo a los adultos con el ceño fruncido, Rhaenyra respiro hondo y a su lado se arrodillo Laenor, ambos trataron de hablar lo más claro posible frente a la niña, pero la verdad era que ella si entendía de lo que hablaban, si lograba entenderles a los maestres cuando le hablaban sobre la conquista podía entender lo que su madre y Laenor le decían, no evitaba sentirse mal al saber la verdad, miraba con sus ojos llorosos al moreno que se supone había sido su padre, para luego ver a Daemon quien estaba parado al lado de su abuelo, ambos viéndolos en silencio.

Al ver el rostro lloroso de Aeva Daemon sintió que su corazón se rompía y empezó a considerar que había sido mala idea pensar siquiera en decirle la verdad, había tenido una hermosa sonrisa cuando llego, pero ahora estaba con un rostro en blanco y con sus ojos violetas llenos de lágrimas. No se dio cuenta cuando la mano de su hermano se posó en la suya brindándole consuelo, por más que lo odiara sabía que su hermano lo conocía lo suficiente como para detectar cuando necesitara apoyo.

Aeva abrazo a su madre y luego a Laenor demasiado fuerte mientras ellos sonreían, Daemon contuvo el aliento cuando la niña volteo a verlo, pensó de repente en que saldría corriendo de la habitación, que lo ignoraría y lo negaría como su verdadero padre, creyó que lo odiaría y que le gritaría, pero admitió que nunca espero que la niña corriera hacia él y lo abrazara mientras lloraba, con el agarre demasiado fuerte como si temiera soltarlo y dejarlo ir. Daemon soltó el aire que contenía y con cuidado se arrodillo para devolverle el abrazo.

—¿Te vas a ir? —Murmuro contra su cuello. Daemon deseo tratar de controlar las lágrimas en sus ojos.

—Me temo que si—Le murmuro de vuelta, los pequeños brazos lo apretaron aún más—Pero te escribiré, y en algún momento volveré a verte.

—¿Cuándo?

—Pronto espero—Dijo, se separó con cuidado de ella y le dio un corto beso en la frente—Estarás con tu mamá y Laenor, estarás bien a su lado.

Levanto la mirada y Laenor y Rhaenyra asintieron con una sonrisa, Sir Harwin hizo un juramento en sus adentros de que protegería a la niña a toda costa y sonrió al ver como padre e hija se volvían a abrazar, anhelando poder hacer lo mismo con ciertos dos niños pequeños que eran cuidados en ese mismo momento por las doncellas.

—Eres mi hija, y aunque yo no esté aquí a tu lado por un tiempo, siempre podrás escribirme cuando quieras que vuelva.

—¿Lo prometes?

—Lo prometo, mi pequeña dragona.

Aeva volvió a abrazarlo.

—Te quiero...papá.

Fire and Blood (Aemond Targaryen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora