❦ 02 • Un clan de humanos fuera de lo común ❦

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❦ CAPÍTULO DOS ❦

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CAPÍTULO DOS 

Más allá de su comportamiento extraño, lo que es realmente inquietante son sus aromas...

  Todos los humanos no saben igual, eso es un hecho universal

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  Todos los humanos no saben igual, eso es un hecho universal. Todo vampiro que se respete lo sabe, por conocimiento propio o ajeno.

Y por supuesto, yo, quien ha degustado de todos los tamaños, colores, edades y sexos, he probado sangre de la más alta calidad, de esas que son tan apetitosas que te acarician el paladar como si se tratase de algún néctar creado por los mismísimos dioses. Por las que cualquier inmortal sería capaz de ejecutar a toda una aldea o estirpe, sin el más mínimo remordimiento, con tal de adueñarte de semejante elixir y degustarlo de la manera más parsimoniosa e íntima posible.

Por supuesto, nunca tuve que llegar a tan crueles extremos para obtener alimento.

Haber crecido en el seno de una de las más poderosas familias de vampiros de todos los tiempos, me otorgó un sinfín de prestigios, los cuales se multiplicaron una vez que el rey anterior me señaló como su sucesor. Tantos los privilegios como las limitaciones del título se intensificaron.

Siempre intenté seguir los mismos pasos y consejos que Regulus, mi maestro y monarca, me inculcó desde mi más tierna infancia. Y debido a ello, solo tuve que chasquear los dedos o mirar lo que anhelaba para tenerlo servido en plata o, más específicamente, tendido en mi lecho.

A veces, incluso, tenía más de lo que quería sin siquiera mencionarlo.

Porque a todas los clanes de baja categoría les convenían mantener a los vampiros de Sangre Pura contentos, para pedirles protección, poder o favores a futuro. Aún puedo recordar tan vívidamente cómo muchos de los miembros de las castas inferiores se arrastraban a los pies de mi maestro, seguían sus órdenes y eran capaces de los más sanguinarios actos por él.

Y, paulatinamente, también lo hicieron por mí.

Sin embargo, también estuve en situación de gran tensión y de poca preparación en donde tuve que saciar mi sed de humanos con sabores poco atrayentes. Algunos desabridos, otros con demasiada sal en sus venas o inundados en licor y otras estupefacientes que me dejaban un saborcito áspero en la boca.

Manual para no morir desnutrido y sin glamourDonde viven las historias. Descúbrelo ahora