Jueves, 20 de diciembre del 2018
9:55pm
María Cristina
Desde mi cama escuchaba mi teléfono sonar y sonar repetidas veces, llamada tras llamada que no era capaz de contestar. Dejé que sonara por más de diez minutos. Sabía perfectamente quien estaba al otro lado de la línea, y el motivo de la llamada entrante. Me negaba a contestar, a recibir la noticia que había estado evitando en las últimas semanas. Sabía que, al contestar, mi mundo se derrumbaría y no habría nada que pudiera hacer para cambiarlo.
Después de unos minutos, junté la fuerza suficiente para atender mi teléfono y cualquier noticia que viniera del otro lado. Me levanté de mi cama y me dirigí hacia el escritorio en donde lo había dejado unas horas antes mientras estudiaba. Miré la pantalla detenidamente por un par de segundos antes de contestar, era una vídeo llamada. Deslicé mi dedo torpemente por el dispositivo, temblando. Del otro lado pude ver a mi hermano junto a mi padre; el primero intentando contener sus lágrimas, mientras que el segundo me regalaba una pequeña sonrisa.
— hola mi niña. — saludó débilmente mi padre, recostado en su cama.
— viejito lindo, ¿cómo estás? — respondí rápidamente, intentando ocultar el nudo que se formaba en mi garganta. — te extraño mucho.
— con dolores que nunca faltan. Yo también te extraño mi niña. Pero dice Santiago que vienes para año nuevo. — posé mi mirada en mi hermano, confundida.
— MaríaCris tiene vacaciones por navidad. Por eso viene a vernos. — respondió mi hermano, haciéndome señas para que le siguiera la corriente. De inmediato entendí por qué.
— así es papito, pronto te veré para darte todos los abrazos que no te he dado en estos seis meses. — sonreí tratando de ocultar las lágrimas que ya empezaban a formarse.
— papá tiene que descansar MaríaCris. — habló mi hermano después de unos segundos de silencio. — es muy tarde. Ya es hora.
Con sólo mirar a los ojos de mi hermano pude entender que en realidad no se refería a la hora, ni que mi viejito necesitara irse a dormir. Ya era tarde, ya era hora de que papá descansara de esa horrible enfermedad que lo consumió en menos de tres meses. Ya era hora de despedirme, de dejarlo ir. Observé a mi padre una vez más, recordándole lo mucho que lo amaba y lo agradecida que estaba por todo lo que había hecho por mi hermano y por mí. Me quedé en la llamada por los siguientes 15 minutos, acompañando a mi hermano, en silencio, llorando.
Bogotá, Colombia
María Cristina
— lo siento mucho MaríaCris. — escuché la suave voz de Juan Pablo susurrar. — por como reaccionaste puedo deducir que ni tu mamá ni Joaquín saben lo de tu papá. — sólo asentí sin decir nada más. No tenía idea de cómo había sacado la energía y las fuerzas necesarias para contarle a Juan Pablo esa realidad que había estado evitando por tantos meses.
— a mi madre nunca le importó mi padre. — respondí fríamente. Podía sentir la mirada de Juan Pablo en mí, batallando entre preguntarme más o dejar ese asunto ahí. — ella nos abandonó cuando yo tenía un año. Estaba embarazada de Bianca, así que decidió dejarnos para empezar una vida perfecta junto con Joaquín.
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Cosas del Azar (Juan Pablo Villamil y Tú)
Fanfiction- No seas tan ridículo... Además, ¿siempre eres tan odioso y grosero con tus fans? - Hasta donde tengo entendido, tú no eres una fan. - respondió con una mirada y sonrisa juguetona.