Lovey-Dovey 💕 KookTae

Last one shot!

Feliz San Valentin

—¡Kim TaeHyung!

Un grito interrumpió la quietud de la noche, la quietud de un domingo por la noche en la capital.

Si es que podría haber quietud, de todas formas, sus manos se volvieron a formar alrededor de su boca y tomó todo el aire que pudo antes de soltar el grito más desafinado que sus cuerdas vocales han emitido alguna vez.

—¡Kim. Tae. HYUNG!

Trastabilló en su lugar cuando sintió la presión en su cabeza de tanto mirar al último piso del edificio de apartamentos. Desde ese lugar, ya ni reconocía cuál era la ventana del aludido, pero es que no estaba ni en las condiciones de reconocer quién era o cuál era su propósito en la vida.

Aunque... en realidad... Sí podía saberlo, su única misión era que Kim TaeHyung abriera la ventana para trepar la pared y entrar en esa habitación del pasado.

Sin embargo, nadie abrió ninguna ventana.

—¿M-Mi celular? ¿Do-Donde está mi celular? Este Kim TaeHyung...—empezó a revisarse los bolsillos tratando de mantener la gravedad, por alguna razón sentía que se estaba yendo de lado. Se palmeó las mejillas con el dorso de su mano mientras sacaba el celular del bolsillo.—Mira lo que me haces... ¡Bixby!

Le gritó al celular sin compasión.

—¡Bixby!

—Este es Bixby, ¿En qué puedo ayudarle?

—¿Como qué "en qué puedes ayudarme? No seas...—sus palabras se entrelazaban y de repente sentía calor. Y nauseas también.

—Lo siento, no escuché eso. ¿Puede repetirlo?

—Dije que "¿Como que en qué puedes ayudarme...?" ¿No? No importa. Bixby...

—Lo siento, tendrás que ser más claro, no pude escucharte.

—¿Como vas a escucharme si me sigues interrumpiendo?

El celular emitió un sonido de apagado y el asistente a voz se desactivó.

JungKook abrió la boca ofendido y sus ojos marrones se abrieron de forma exagerada.

—¡¿Bixby?! ¡Oye!

—Este es Bixby. ¿En qué puedo ayudarte?

Ofuscado, bufó y dio algunos pasos intentando estabilizarse. Soltó un lamento de frustración y cerró los ojos cuando la Tierra empezaba a girar.

—Bixby, Llama... a... "TaeHyung". Por favor—. Pidió desganado, estremeciéndose por las corrientes de aire fresco.

Pasaron algunos segundos, sus ojos rojos pestañearon lento esperando por una respuesta del aparato.

—No me jodas, Bixby de...

Ring

Se detuvo ante el sonido del celular, atónito se lo acercó a la oreja y lo alejó también para confirmar que por fin estaba llamando a TaeHyung. Y sonrió como un idiota, cómo un cachorro cuando lo acarician.

Sin embargo, otro obstáculo en el desafío; que Kim TaeHyung contestara.

—Vamos, bebé... Contéstame...Si me respondes, me hago creyente. ¡Lo juro, joder!—lloriqueó, con la mano apoyada en la pared del alto edificio y la punta de su pie izquierdo hacía una pequeña rutina de compases.

Un, dos, tres, un, dos, tres.

El teléfono seguía sonando, como si estuviese rogando por alguien que se haga cargo de aquel penoso borracho. Jeon JungKook parecía a punto de irse de cabeza hacia el duro cemento, y nadie iba a ser lo suficientemente entrometido como para salvarle de aquel cercano destino.