[grumpy hyungie]

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—Amor, solo un besito y me voy, ¿sí?—rogó Jungkook, poniendo su mejor puchero.

—No, ya te di el de la semana.

Jungkook no creía que ni la punta del maldito Everest fuera más fría que su omega. Puso una mueca de fastidio, aún así no se iría hasta tener el beso que tanto anhelaba de esos labios que bien humectados estaban por el labial sabor fresa que usaba el modelo sacado de revista que parecía su bebé, pero claro, no todo debía y podía ser perfecto.

Estaba este pequeño inconveniente que resultaba ser aquel humano con apariencia de ángel que en realidad era un témpano de hielo, el romance simplemente no le entraba por ningún lado incluso después de varios años estando juntos. Incluso tenía que someterse al horrible castigo de ser besado por él una vez a la semana, a veces si estaba de humor incluso un beso en la mejilla, pero nada más, solo eso.

—Ten mi sudadera, tú ganas.

Sin embargo, Tae parecía ser un poco aficionado a usar siempre la ropa de Jungkook y le prometía besos seduciéndolo, quitándole la camiseta para después simplemente negar todo aquello después. Era todo un personaje el omega.

El rubio no sonrió, solo mantuvo su seriedad habitual mientras se deshacía de la camiseta oversized que tenía para tomar el hoodie de su novio, sin embargo, al voltearse una de las fuertes manos de Jungkook se amoldó a su nuca y lo empujó hacia sus labios dejándolo desorientado pero receptivo.

El alfa iba a celebrar ese triunfo con un buen trago de vino de arroz al salir de allí, bueno, si es que vivía para contarlo. Sin demora su ávida lengua se abrió paso en la boca de su compañero en un apasionado beso francés que TaeHyung no interrumpió, más bien profundizó el contacto hasta hacer que su alfa se arrodille en frente de él y tomarlo del cabello como si tuviera ganas de algo más.

Jungkook estaba realmente impresionado, su novio no era de hacer tales cosas, hace un rato ya hubiese recibido una fuerte patada en la zona baja, ¿Su bebé en serio lo estaba complaciendo por primera vez en su vida?

Supo el gran error que había cometido cuando Tae lo separó jalando con todas sus fuerzas la pobre orejita de Jungkook.

—Ay, ay, ay, ay, ay, ay.—repitió sin cesar, agarrando la mano que se aferraba a aquella parte sensible.

—¿Cuántas veces te he dicho que no me gusta que hagas cosas sin mí permiso? ¡Y más cuando se trata sobre mí, Jeon!—dijo entre dientes, remarcando con fuerza cuando se refería a sí mismo.

—¡Lo sé, lo sé, lo sé, no lo haré de nuevo, TaeTae Hyung, lo juro!—exclamó retorciéndose de dolor.

Y por fin TaeHyung lo soltó y lo primero que hizo fue sobar su rojita oreja con un puchero.

—Ahora, ahórrame la desgracia de ver tu rostro y fuera de mi estudio.—lo echó sin ninguna sutileza decorando sus palabras. Rodó los ojos con fastidio y procedió a cubrir su torso desnudo y tomar de nuevo el pincel para mirar la perspectiva de su cuadro.

—So-Solo no manches mi sudadera de pintura- —se calló inmediatamente al ver como intencionalmente Tae pasaba el color rosa por todo el logo de Fila. Suspiró profundamente denunciando a la derrota de esta forma, aún con su dignidad regada por el subsuelo, se incorporó y le hizo una reverencia a su Hyung, colocándose él la camiseta oversized. —Te amo, Bae, nos vemos luego.

Salió de la habitación con una mueca de molestia y su asistente personal solo pudo rogar a que no pagara su rabia con ella. Procedió a tenderle el bucket hat que siempre usaba, una vez estuvieron dentro del ascensor, pero él lo rechazó.

—Ahora no, Reumi, estoy triste.

Abandonaron el edificio con el aroma pesado a coco de Jungkook.

—¿Hoy solo tengo práctica, Sung Hyung?—le preguntó al manager una vez estuvo dentro del auto y se encontró con él.

Lovey-Dovey 💕 KookTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora