RESULTA Y ACONTECE que ese gato tan mimado y juguetón no era nada más ni nada menos que el mismísimo Gojo Satoru, convertido en un pequeño y peludo felino. Que además, entendió perfectamente lo que decía la chica.Y, como siempre, Gojo en vez de asustarse y hacer lo que cualquier persona con sentido común haría, como ir con Nanami a explicar su situación, o a su hogar e incluso al Instituto de Jujutsu, se quedó plácidamente relajado en los brazos de la mujer llamada Hika, que estaba acariciando su cabeza suavemente.
"Que buena decisión tomé", pensó el de ojos azulinos, contento, pues encontrarse con Hika no estaba más lejos de ser mera casualidad, ella había sido seleccionada de aproximadamente, cinco personas que recorrieron la misma calle que ella, y era lo suficientemente digna como para cuidar de él.
(En realidad, Gojo ya estaba cansado de ver con quien ir, su paciencia era muy poca, y cuando vió a una tierna mujer de ropas pastel se decidió en el instante, el hecho de que estuviera con su colega rubio era un plus)
La forma en que había llegado a una forma animal, era bastante peculiar por decir al menos...Se descuidó un poquito y una técnica maldita llegó a él mientras alardeaba, y una cosa llevó a la otra. Tenía hambre y no podía volver a su forma original por más que lo intentara, el día era frío y quería encontrar un hogar postizo para satisfacer sus necesidades.
Aquí estaba, siendo mimado por una bonita rubia que olía a vainilla y galletas recién horneadas. Gojo se percató de como la mujer estaba muy pérdida, a pesar de conocerla por tan solo unas horas, siempre tenía la mirada perdida y nublada, en otro mundo.
Además, cabe destacar su falta de habla, y el extraño lenguaje de señas que ocupaba, no parecía tosco, más que nada parecía casi poético y muy vago. Gojo recordó cómo se había referido a él como nube y a Nanami como "Minana", oh, un nuevo apodo más para la lista.
Mientras recapitulaba los eventos de ese día falló en darse cuenta de que de un momento a otro ya no estaba en los brazos de Hika, ahora estaba posicionado en un bolso rosado, con suaves y cómodas mantas —si le preguntas a Gojo—, pero volviendo al tema, ¿donde estaba Hika?
Maulló tan fuerte como su garganta se lo permitía y lo único que recibió en respuesta fue un toque en la cabeza.
'Nube, vamos a casa, quiero comer, y ya quiero ver tortugas' Nuevamente, la rubia utilizó lengua de señas con un gato, y Gojo no pudo estar más agradecido de haber aprendido el idioma para, en su momento, insultar con este.
Maulló en respuesta, moviendo su cola, satisfecho, pues también tenía hambre, aunque se dio cuenta de algo, viendo el reloj que estaba colgado en una de las paredes.
La mujer solo había trabajado una hora, ¡¿y ya podía irse a casa?! Ni siquiera él era tan vago, ¡en lo absoluto!
Para empezar, Gojo Satoru ni siquiera se hubiera presentado al trabajo, pero eso es tema para otro día. Con sus ojos brillantes observó sus alrededores tras salir de la oficina, su pequeña cabeza entre salía del bolso en el que estaba posicionado, el cielo aún seguía brillante y mientras paseaban por la cuidad se encontraron con una tienda de dulces.
El estómago de Gojo gruñó con fuerza.
Hika lo miró, y él no pudo evitar sentirse avergonzado cuando ella lo sacó del bolso y lo tomó en uno de sus brazos, para luego con otra mano una pequeña libreta, cuidadosamente, pasaba unas páginas hasta que se encontró una con el siguiente mensaje.
'Hola mi nombre es Hika, soy muda, por eso no hablo, me gustaría pedir una bolsa de kuranto, de bombones, de dangos y un café helado con extra leche, hielo y chispas de colores. Muchas gracias, pago con tarjeta :)'
"¿Se va a comer todo eso sola?" Exclamó alarmado en su mente Gojo, no por eso en su totalidad, en realidad, su reacción se debe al simple hecho de que;
¡No le iba a dar ni un solo bocado a Gojo!
Gojo observó en shock la gran lista de orden de la chica, quien con un semblante indiferente se dirigió al mesón a pedir su orden, aún con el gato en brazos.
—¡Hola, buenos días, bienvenida a 'Café Random'! ¿En que puedo ayudarle?— Una joven que no parecía tener más de quince años los atendió con una sonrisa.
Silencio.
Hika solo la observó en silencio, con su libreta en mano, con su mirada en otro lugar, viendo los pájaros de que pasaban en el cielo por la ventana. Gojo miraba divertido la interacción, aunque le dio un poco de pena la pobre chica que tenía que pasar por aquella situación.
—¿Disculpe? ¿Va a ordenar algo?— preguntó impaciente y nerviosa la muchacha que solo quería hacer su trabajo.
Silencio, una vez más.
—¿Señorita?— preguntó la trabajadora, una vez más, y Gojo decidió que ya se había divertido lo suficiente como para enfocarse en el hambre que tenia, así que, como buen gato, maulló un poco y tocó con sus suaves patitas el brazo de Hika que sostenía el cuaderno.
Eso pareció funcionar y la chica levantó el bloc. Confundida, la otra muchacha comenzó a leer y su cara se volvió una de comprensión, con una sonrisa en sus labios asintió.
—¡Su orden estará lista en unos diez minutos, aquí está su boleta, cuando vaya a retirar, pague!— Exclamó suavemente la trabajadora de cabello café, Hika por su parte, solo asintió.
Gojo miró la interacción con satisfacción, por fin podría comer los tan deliciosos dulces que ansiaba.
—Hika-san ese gatito suyo es muy inteligente— Comentó la muchacha, pues se dio cuenta de la interacción entre la rubia y la bola de pelos blanca y como el gato la sacó de su estupor.
Hika, los miró a ambos y simplemente se fue a sentar a su lugar.
'Espero las nubes puedan comer dulces, sino, te deseo lindo viaje'
Gojo la miró espantado, porque, por mucho que quería comer dulces, se dio cuenta de la posibilidad de que su estómago y pequeño cuerpo no pudiera soportar los insalubres niveles de azúcar de los dulces a los que estaba acostumbrado.
Por otro lado, ¡Hika quería matarlo a propósito! ¿Qué clase de dueño irresponsable era capaz de darle dulces a un animal? Todavía ni se moría y ya lo daba por muerto.
Desconsolado, lloró en los brazos de la rubia, quien lo miró curiosa, sacó su teléfono que tenía colgado de un collar de tela y esperó, a los cinco segundos recibió una llamada, y eso logró captar la atención de Gojo, quien dejó su berrinche y comenzó a escuchar con atención la llamada.
—Hika-san, ¿podría explicarme porqué no está en su oficina a pesar de tener reuniones planificadas para hoy?— La calmada voz de Nanami resonó en las orejas de Gojo.
Hika no dijo nada.
—Estoy bastante consiente de que no le gustan las reuniones, sin embargo, esta era una reunión importante—
Un suave brillo en los ojos de Hika se hizo presente.
—...¿Cancelar los contratos con la compañía? Hika-san, no podemos hacer eso— Comentó Nanami, suspirando como si le quitaran veinte años de vida repentinamente.
Silencio.
—Comprendo, la nueva reunión con la empresa de joyas se agendará para el viernes, tenga cuidado Hika-san, gracias por el trabajo de hoy, recuerde retirar su orden en el café— Y con eso, Nanami colgó la llamada y Gojo se quedó más sorprendido que nunca, muy confundido.
"¿Acababan de tener una conversación sin el uso de palabras?"
Mientras pensaba, Hika simplemente se dirigió al mesón y retiró su comida, y dejó todos los dulces frente al animal y gesticuló con su mano para alentar a que comiera, mientras tomaba su café con más de cinco cucharadas de azúcar.
Gojo miró los dulces con ojos azulinos resplandecientes, ah que más daba si su cuerpo no aguantaba los dulces, estaba más que feliz de irse con el estómago lleno, así que, sin más precaución, clavó sus dientes en la comida, con su cola blanca moviéndose detrás suyo, deleitado.
Que delicioso festín, Gojo pensó, a su vez que la rubia dibujaba en el bloc de notas.
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Obsessed| yandere!gojo x oc
FanfictionOBSESSED| yandere gojo x oc El amor se encuentra en los lugares y momentos más inesperados, con las personas más inesperadas. Y además, en las cantidades más inestables. O en donde... Gojo Satoru se enamora, y está dispuesto hacer lo que sea por ell...