El 3 de agosto de 1982, Malena Fuentes Torres; nació en el seno de una familia adinerada en Madrid, cuyo padre de familia era arquitecto y madre maestra, que impartía clases de lengua castellana y literatura en la escuela secundaria IES San Isidro. Malena tuvo una infancia feliz sin ningún tipo de inconveniente hasta septiembre de 1993.
17 de septiembre de 1993, un día triste para la familia Fuentes, Celeste Torres muere en un trágico accidente automovilístico, quedando Jaime Fuentes viudo y a cargo de una pequeña niña de once años.
18 de septiembre de 1993, funeral de Celeste.
- Jaime por favor, tienes que aceptar eso de trabajar desde casa, Malena te necesita- decía Doña Encarna con un tono suplicante.
- Ya lo sé mamá- le respondió cortante.
- Hijo te lo digo en serio, si no tienes pensado hacerme caso me lo dices, y llevaré a Malena a Mérida conmigo, no es momento para que la criatura este todo el día sola- dijo de forma severa.
- No estará sola, se quedará con Marina, igualmente ya te he dicho mil veces que me lo pensaré- dijo saliendo de la habitación mientras decía palabras inaudibles notablemente frustrado.
Fuera de esta, se encontraba una niña de unos once años con una larga cabellera dorada recogida en dos trenzas que caían por sus hombros y ojos color miel, que demostraban tristeza.
-Malena, nos vamos a casa- dijo sin parar de caminar.
La chica hizo caso a su padre y fue tras el sin decir una sola palabra.
Al llegar a casa, Jaime fue directo a su despacho, a partir de aquel día, pasaría largas temporadas allí dentro.
Aquel lugar que algún día fue feliz, yacía en silencio, no se escuchaba sonido alguno más que el pasar de las páginas del libro que la pequeña leía concentrada, primer año en las Torres de Malory, un libro que le regaló su madre hace algún tiempo pero que no había empezado hasta ahora.
Así pasaron los minutos, las horas y los días, que se convirtieron en semanas y estas, en meses. Malena apenas hablaba con su padre ya que casi no se encontraba en casa y cuando lo hacía se encerraba en su despacho. Por suerte, tenía a Marina, que la cuidaba y jugaba con ella.
Pasó un año, Marina se fue unos meses atrás, Jaime no salía de su despacho para nada mas a parte de ir a su habitación y viceversa, la mejor amiga de Malena, en casa de la cual había pasado muchas tardes tras la ausencia de Marina, se mudaba a Asturias por el trabajo de su padre. Malena, se sentía más sola que nunca y no podía desahogarse con nadie. Sus notas en el colegio bajaron notablemente, pero eso a su padre le daba igual. Ya casi eran las vacaciones de verano y esperaba con ansias poder ir con su abuela Encarna a Mérida, durante esos tres largos meses.
Pasó otro año, Encarna murió poco después de que Malena volviese de visitarla y su padre ni siquiera se dignó a salir del despacho aunque solo fuese por su difunta madre.
Otro año más pasó volando, este iba a ser el primer cumpleaños que pasaría sola y a su vez sería el tercero sin sus padres, porque no, Jaime no salió de su despacho ni siquiera para felicitar a su hija.
Y así transcurrió el tiempo en soledad absoluta.
Una tarde de verano cuando tenía 16 años, estaba viendo la televisión como de costumbre, pero sentía algo extraño, como si alguien la estuviese observando fijamente. Miró a su alrededor y no vio nada, asique no le tomó importancia y siguió a lo suyo, pero esa sensación no se marchaba, el corazón le latía con fuerza, sentía que se le iba a salir del pecho en cualquier momento, poco a poco un miedo terrible se apoderaba de ella, la presión en su pecho iba cada vez a mas y el dolor de cabeza empeoraba en segundos. Empezó a llorar silenciosamente, todo le daba vueltas, las piernas le comenzaban a fallar, miró de reojo a las escaleras desde las que se veía perfectamente un largo, oscuro y tétrico pasillo que daba directamente al despacho de su padre y alcanzó a ver la figura de un joven de complexión delgada antes de caer al suelo desplomada.
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Lago de rosas🥀
Teen FictionUna bonita historia de amor entre dos jóvenes de distintos mundos. El la ayudará con los problemas con su padre tras la muerte de su madre, y ella a regresar a casa. Tal vez fue casualidad, o tal vez la historia y estuviese escrita.