REVELACIONES MATUTINAS

3 0 0
                                    

Malena se despertó con la mente todavía llena de los eventos de la noche anterior. Los recuerdos de su encuentro con Iván en el bosque aún danzaban en su cabeza, y una sonrisa tímida se formó en sus labios mientras se levantaba de la cama. Miró por la ventana hacia el jardín, pero no había señales de la misteriosa figura de la noche anterior. ¿Había sido un sueño? Se preguntó a sí misma, pero la sensación de la cuerda en sus manos al deslizarse por la ventana y el eco de la voz de Iván en su mente la convencieron de que no lo era.

Decidida a compartir su experiencia con alguien, Malena se preparó rápidamente y bajó las escaleras hacia la cocina. Su padre ya se había ido a trabajar, como de costumbre, dejando una nota en la mesa con un desayuno preparado. Malena tomó un sorbo de su café mientras repasaba mentalmente cómo contarle a Erik sobre Iván.

Finalmente, salió de su casa y se dirigió hacia el instituto, con la mente llena de pensamientos sobre el chico misterioso. Al llegar, vio a Erik esperándola frente a la entrada, con una sonrisa amistosa en el rostro.

Erik, un chico de diecisiete años con cabello castaño y ojos avellana, el mejor amigo de Malena

"¡Hola, Malena!" Saludó Erik, levantando la mano en señal de saludo. "¿Cómo estás hoy?"

"¡Hola, Erik!" Respondió Malena, devolviendo la sonrisa. "Estoy bien, ¿y tú?"

"Todo bien", dijo Erik. "¿Qué tal tu noche? ¿Hiciste algo emocionante?"

Malena vaciló por un momento, preguntándose si debería contarle a Erik sobre Iván. Pero luego decidió que confiar en su mejor amigo era lo correcto. Después de todo, siempre habían compartido todo.

"Sí, algo emocionante sucedió", comenzó Malena, buscando las palabras adecuadas. "Conocí a alguien anoche."

"¿Alguien?" Preguntó Erik, levantando una ceja con curiosidad. "¿Quién es el afortunado?"

"Bueno, no es exactamente eso", dijo Malena, jugueteando nerviosamente con el borde de su mochila. "Es un chico que encontré en el bosque."

"¿En el bosque?" Repitió Erik, ahora completamente intrigado. "¿Qué estabas haciendo en el bosque?"

Malena inhaló profundamente, preparándose para contarle a Erik sobre su encuentro con Iván. "Fui al bosque para escapar de algo, y allí lo vi. Se llama Iván."

"Iván", repitió Erik, saboreando el nombre. "Suena misterioso."

"Lo es", estuvo de acuerdo Malena. "Pero también es amable y simpático. Nos sentamos juntos toda la noche y hablamos de todo."

"Wow, suena como una película romántica", dijo Erik con una sonrisa. "¿Qué piensas hacer ahora?"

"No lo sé", admitió Malena. "Quiero volver a verlo, pero no sé cómo encontrarlo."

"Podemos ayudarte a buscarlo", ofreció Erik. "Podemos recorrer el bosque esta noche y ver si lo encontramos."

"¿En serio?" Preguntó Malena, sorprendida por la generosidad de su amigo.

"Por supuesto", respondió Erik. "Eso es lo que hacen los amigos, ¿no? Ayudarse mutuamente en los momentos difíciles."

Malena asintió con gratitud, sintiéndose afortunada de tener a Erik a su lado. "Gracias, Erik. Significa mucho para mí."

"De nada, Malena", dijo Erik, sonriendo. "Ahora, vayamos a clase antes de que lleguemos tarde."

Juntos, Malena y Erik entraron al instituto, con la promesa de una aventura en el bosque esperándolos al final del día. Aunque el misterio de Iván aún persistía, Malena se sentía más segura sabiendo que tenía a su mejor amigo a su lado.

Y así, con una nueva determinación en su corazón, Malena se preparó para enfrentar lo que sea que el destino le depare, con la esperanza de encontrar respuestas y tal vez un poco de felicidad en el camino.

El día transcurrió con relativa normalidad en el instituto. Malena se encontró distraída en clase, su mente divagaba constantemente hacia su encuentro con Iván y la posibilidad de encontrarlo nuevamente en el bosque esa noche. Erik, por su parte, intentaba mantenerla animada con sus bromas habituales, pero notó que algo preocupaba a Malena más de lo habitual.

Al terminar las clases, Malena y Erik se reunieron fuera del instituto y se dirigieron al bosque. El sol comenzaba a ponerse en el horizonte, tiñendo el cielo de tonos anaranjados y rosados mientras se adentraban en la frondosidad del bosque. Los pájaros cantaban en lo alto de los árboles, y el suave murmullo del viento entre las hojas creaba una atmósfera mágica y serena.

Malena y Erik caminaban en silencio, perdidos en sus propios pensamientos, cuando de repente, Malena tropezó con una raíz sobresaliente y cayó al suelo con un suspiro. Erik se apresuró a ayudarla a levantarse, preocupado por si se había lastimado.

"¿Estás bien?" Preguntó Erik, mirando a Malena con preocupación mientras la ayudaba a levantarse.

"Sí, estoy bien", respondió Malena, sacudiéndose la tierra de las manos. "Solo fue un pequeño tropiezo."

Erik le ofreció una sonrisa reconfortante y continuaron su camino hacia el claro del bosque. A medida que se acercaban, Malena comenzó a sentir un cosquilleo de emoción en el estómago, preguntándose si encontraría a Iván una vez más.

Finalmente, llegaron al claro del bosque y se sentaron en el suelo, observando el lago brillante bajo la luz de la luna. Malena miraba a su alrededor con expectación, esperando ver a Iván aparecer de entre los árboles en cualquier momento.

Pasaron los minutos y Malena comenzaba a desesperarse, preguntándose si Iván vendría en realidad. Erik notó su ansiedad y trató de calmarla con palabras de aliento.

"No te preocupes, Malena", dijo Erik, poniendo una mano en su hombro. "Tal vez Iván simplemente no pudo venir esta noche. Pero eso no significa que no lo encontrarás otra vez."

Malena asintió con tristeza, deseando que las palabras de Erik fueran ciertas. Miró alrededor una vez más, pero no vio señales de la misteriosa figura de la noche anterior.

Después de esperar en vano en el claro del bosque, Malena y Erik decidieron regresar a casa. El camino de regreso estuvo marcado por un silencio incómodo, roto solo por el suave murmullo del viento entre los árboles. Al llegar a la casa de Malena, Erik se despidió con un abrazo reconfortante antes de dirigirse a su propia casa.

Mientras Malena se encaminaba hacia la puerta de su casa, el aire se volvió pesado y la sensación de miedo se apoderó de ella cuando escuchó de nuevo esas misteriosas voces. Recordando su encuentro con Iván, sintió un escalofrío recorrer su espalda, pero un impulso incontrolable la llevó a adentrarse en la oscuridad del bosque una vez más.

Lago de rosas🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora