Ariocita romántica

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"Vaya, eso fue más fácil de lo que pensé, pero ahora, tengo que asegurarme de que Doom no vuelva a entrar a Twitter... Piensa en cómo distraerlo, Oveja..."

El treintañero volteó la mirada hacia su pequeña y humilde cocina, la cual consistía en una despensa con tres platos en mal estado y cubiertos de plástico reutilizables, además de una nevera del año de la pera que sabrá Dios cómo seguía funcionando, ésta contenía únicamente casquería de la peor calidad y tortillas probablemente ya expiradas.
Obviamente también habían dulces, pero no podían acabarlos.

Oveja iba a preparar la comida favorita de Doomentio y por su parte, el morenario se encerró en el baño, ya que era el único lugar donde aquél mediocre no lo molestaría, además de que ahí podía pensar con tranquilidad.

Acababa de decirle que sí lo amaba, pero no estaba seguro de lo que había hecho, además aún estaba reflexionando sobre el cómo había terminado en esa pocilga, ¿qué hizo para llegar a ese punto?

Tal vez con un poco de privacidad podría aclarar las cosas...

Incluso con amnesia, seguía con esa mentalidad de que la vida es un anime, por lo que se miró al espejo para tratar de hacer una especie de monólogo, y mientras tanto, ¿qué es lo que estaba haciendo el puñetas del 34 años?

Oveja estuvo ya terminando de preparar la casquería, por lo que fue a buscar al Dun por toda la ariomansión, de la cual la ultima habitacion fue el baño, avisandole al Dun que ya estaba lista la cena, el Cumbias estuvo pensado por un rato más, pero decidió salir. El olor de la comida era extraño, pero no se debe juzgar a las cosas por su apariencia, ¿verdad?

El Dunas se sentó para probar aquél "exquisito manjar", la casquería, mientras que Oveja lo miraba y sonreía nerviosamente. El plato consistía en tres patas de pollo condimentadas, las cuales no tenían pinta de estar bien cocidas, pero Oveja las vio bien. Arturo se metió una de las patas de pollo a la boca, sólo para escupirla inmediatamente, y correr nuevamente al baño, está vez no para pensar sino para vomitar esa puta mierda de una buena vez.

<< ¡¿QUÉ HICE PARA MERECER ESTO?!
LE DOY UN 0/10, TODO ES UNA PUTA MIERDA, BASURA PRETENCIOSA >>

Se miró al espejo nuevamente, y se emputó bien feo consigo mismo al ver a ese vagabundo en sus peores condiciones posibles, con su pelo y su barba bien culera, además de su tono color mugre por no bañarse, no podía quedarse así.

Ya no le importaba cómo llegó a estar en ese punto, simplemente se juró a sí mismo que saldría de esta sea como sea... ¿Y qué mejor manera que empezando por su apariencia física?

Convenientemente para la trama, el Donas halló unas tijeras dentro de uno de los cajones del baño, quién sabe qué mierda hacían ahí, pero hey, nos van ayudar con la trama, así que no se quejen. Trató de cortarse el pelo y obviamente no le quedó bien, ya que ni siquiera los peluqueros "profesionales" te dejan bien el pelo, aunque tienes que decirles que está bonito dejando de lado tu sinceridad. Al menos con el Dun, le quedó un poco mejor que antes y luego hizo lo mismo con su barba de indigente. Poco a poco, el Cumbias comenzaba a parecerse más a un miembro funcional de la sociedad que a un vagabundo.

El típico cliché de cortarse el pelo para representar el cierre de un ciclo, 4/10 pleb.

Oveja, con sus poderes de mediocre sintió que pasaba algo con su amo, por lo que fue al baño y por la pequeña abertura de la puerta, vio que el Dun se hacía mierda el pelo, al menos era mejor que verlo hacer sentadillas en el baño.

Pensó en cómo podría reponerle por la mala experiencia de la casquería, y se le prendió el foco mediocre. Aún tenía un poco del dinero que le robó a Ocio, este estaba escondido en su colchón.
Antes del incidente, Doomentio se lo había cogido varias veces, pero increíblemente nunca encontró el dinero, por lo que era la oportunidad perfecta de Oveja para poder engreír a su amado amo ario.

Una historia pretenciosa y clichéDonde viven las historias. Descúbrelo ahora