Era un sabado por la mañana, ella estaba desayundando.
-Dest! han picado al timbre, creo que es para ti. -Dijo su madre desde el balcón.-
-Voy!
Abrió la puerta mientras con la otra mano sujetaba una magdalena con un mordisco.
-Hola! -Exclamó ella mirando la alfombra que tenia bajo sus pies que se había descolocado.-
-Buenos días. -Dijo Marcus mirandola con su sonrisa que paraba el tiempo.-
Destiny levantó la cabeza asombrada por escuchar su voz, ya que no se esperaba que fuera él el que picó al timbre ni mucho menos.
-Wow... -Soltó sin querer con esa cara de tonta qur se te queda cuando estás enamorada.-Que sorpresa! -Sonrió.-
-Puedo pasar? Quería hablar contigo. -Dijo él, nervioso y sonrojado.-
-Claro claro, es tu casa. -Sonriendo más que nunca, con miles de mariposas en su estómago.-
Mientras él entraba y observaba atentamente aquella casa en la que habían vivido tantas cosas juntos, ella se miraba al espejo colocándose bien el cabello.
-Quieres tomar algo? -Le ofreció ella sonriente.-
Se sentarón en uno de los sofás del salón.
-Oh claro. Pero primero me gustaría decirte una cosa... -Expresó nervioso con un tembleque en la piernas y rojo como un tomáte.-
Dest tenía un rostro un poco pálido por los nervios y a la vez estaba ruborizada. Se acercó a él.
-Debí hacerlo antes, pero... no me atrevía. -Declaró finalmente.- Te gustaría ser mi novia?
-Dios! Es mentira verdad? Esto tiene que ser una broma... -Alterada-
- Claro que no. -Riéndo al ver su reacción.-
-Oh si! Por supuesto. -Se abalanzó, abrazandole fuertemente con lagrimas en los ojos.-
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Hasta el fin [pausada]
Teen Fiction~La historia de dos "mejores amigos". Cuando Destiny tenía cuatro años se mudó, y conoció a un vecino que sería su nuevo mejor amigo, Marcus. Nunca se podrían llegar a imaginar lo que pasaría. Se distanciaron pero el destino los volvió a unir en el...