Yang He se quedó acostado en la cama reflexionando casi toda la noche hasta que se dio cuenta: este era el quinto año de la dinastía Yuan.
Durante ese año, sirvió como asistente bajo el mando del eunuco adjunto [1] de la Oficina de Asuntos Internos, Kang Ping. Por lo tanto, ese hombre era considerado como su maestro. A la edad de siete años, Yang He entró en el palacio, pero cuando tenía diez años fue asignado a la oficina. Desde entonces, habían pasado cinco años bajo su tutela. Para entonces, Yang He era considerado guapo e inteligente, con talento innato para leer las expresiones de la gente.
Aunque su maestro trabajaba como eunuco, también tenía la tarea de registrar documentos. No obstante, Kang Ping era un analfabeto, por lo que dependía principalmente de Yang He cuando se trataba de cuestiones relacionadas con la escritura y la lectura.
Si bien Kang Ping lo utilizó en su vida anterior, siempre desconfió de Yang He, pues en ese entonces, Kang Ping se había percatado del extenso conocimiento de Yang He. Y esa fue más que razón suficiente para decidir matarlo.
Sin embargo, su joven pupilo descubrió sus planes y aprovechando la brecha entre su maestro y el eunuco imperial [2] de la Oficina de Asistentes del Palacio, preparó una conspiración en contra de su maestro. Para ese momento, Yang He había formado una pequeña lealtad con la Oficina de Asistentes del Palacio [3] aprovechando la cercanía entre ambas oficinas.
De hecho, el vino adulterado que Kang Ping bebió durante todo el camino, fue entregado por el propio Yang He.
En ese instante, el pasado y el presente se entremezclaron: el ruido en la plataforma de ejecución, el sonido de la cuchilla entrando a su carne con aspereza y los altibajos de su vida eran demasiado vívidos.
Eventualmente, Yang He se sintió cansado como si caminara descalzo por un camino largo y frío durante horas. A su alrededor solo había penumbra y soledad.
Era como si el camino al infierno no tuviera fin.
Yang He despertó de nuevo, sobresaltado. A su lado pudo distinguir a un joven eunuco cerca de su cama. Disgustado, frunció el ceño.
Se dio cuenta de que todavía se encontraba en su habitación llena de una cálida fragancia, pero ahora la iluminación era más oscura, aunque seguía manteniendo una imagen lujosa y hosca. Despertando del estupor, exclamó:
—¡Bastardo! ¡¿Quién te dejó entrar?!
A pesar de estar confundido, decidió hablar; su arrogancia palpable, como si todavía fuera el poderoso eunuco que estaba por encima de los demás.
El joven eunuco se quedó atónito. Nunca había visto que Yang He reaccionara de esa forma, por lo que murmuró:
—Yang... eunuco Yang, el eunuco Kang preguntó por usted.
Al final, Yang He se calmó y contempló al otro joven por un momento, hasta inferir vagamente que en el pasado estaba bajo el servicio de alguien más y debía actuar como tal.
—Es solo que... tuve una pesadilla —Yang He bajó su mirada y sonrió levemente. —¿Te asusté?
Su piel radiante y el rabillo de sus ojos elevado, le daban una apariencia bastante agresiva. Por lo que retomó su jovialidad, sonriendo, para así recuperar su dulzura habitual.
El joven eunuco negó, presionó sus labios para luego hablar en voz baja.
— Debería arreglarse primero, el eunuco Kang todavía lo está esperando.
—Retírate ahora, iré de inmediato —respondió.
A pesar de sus palabras, Yang He esperó a que el otro se marchara y luego se levantó sin prisa.
ESTÁS LEYENDO
【不想了】No volveré a extrañarte
Ficción históricaQuería criar a un pegajoso cachorrito[1], pero resultó ser un perro loco. Príncipe x Eunuco (uno realmente hermoso). El Shou ha renacido un año después de que empezara el drama de su vida pasada. Uno finge ser bueno, y el otro finge ser gentil. Un...