¡𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐚𝐥𝐟𝐚! [𝐋.𝐒]

𝐎𝟖

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—No puedo creer que me obligues a hacer esto.

Louis estaba enojado e incómodo, no podía hacer nada más que pensar que todo se estaba saliendo de control, ya no era una pequeña mentira, no era un pequeña salida para conocer al omega de Harry, no, ahora tendrían que fingir ser una ex pareja de esposos por dos semanas en un hotel en Hawái.

No había nada peor que eso.

—Oye, no me culpes a mí —habló el mayor mientras lo observaba igual de incómodo— Si alguien no hubiera abierto la boca para decir lo de Hawái, no estaríamos aquí.

—Vi la oportunidad y la aproveché —dijo Thomas con una tierna sonrisa, su padre en realidad nunca tenía tiempo para ellos, estaba demasiado ocupado haciendo cualquier otra cosa.

Les había prometido llevarlos a Hawái para hacerlos nadar con delfines y habían pasado ya dos años desde aquella promesa, y nunca los llevó.

—No culpes a mis hijos, ¿de acuerdo? —sentenció— El único que tiene la culpa aquí eres tú.

Harry rodó los ojos sintiéndose abrumado con toda la situación, porque Louis tenía razón, la pequeña mentira se había salido un poco de control. Y ahora estaban todos juntos en el aeropuerto esperando su avión para llegar a Hawái.

—Vamos, Louis, perdón —dijo el alfa mientras hacía un puchero viéndose adorable— Algún día te lo recompensaré, además no podríamos estar peor.

—¡Louis, Harry! —el grito de Aaron los sacó de su pequeña plática, ambos voltearon rápidamente hacía el lugar en el que venía el omega, Aaron venía con una maleta y unos extraños lentes redondos, los cuales hacían resaltar sus ojos como unos platos.

—Ay no —frunció el ceño mientras hacía un puchero, había olvidado el pequeño detalle de que Aaron era su amante ahora.

Justo en ese momento, Stephen llegó encontrándose con aquel otro omega.

—¡A-Aaron! —fingió emoción— Que bueno que llegas.

—¡Por supuesto! Tenía que venir, no sería un viaje familiar sin el esposo, ¿o si? —dijo sonriente ante el pelirrojo, el cual no entendía lo que pasaba.

—Oh, Stephen, él es Aaron, el nuevo esposo de Louis y mi hermano por supuesto —el mayor dijo.

El omega saludó muy alegremente al pelirrojo, quien también le dio una linda sonrisa.

—Sí, es muy importante que los niños sientan que somos una familia muy unida, así el dolor disminuye poco a poco y se van adaptando —Aaron mencionó mientras tomaba la cintura de Louis. El ojiazul rio cínicamente y apartó la mano del otro omega de su cintura.

—Eh si, si, yo voy a llevarlo conmigo un segundo —tomó la mano del omega y lo jaló hasta un lugar más apartado de donde estaban Harry y Stephen— Mierda, Aaron, ¿por qué estás aquí?

—Lo siento, yo necesitaba venir, si me quedo ahí me matarán.

—¿Por qué? —chilló en forma de queja.

—Es que yo, me metí en un pequeño problema —contestó— P-pero prometo que nada se saldrá de control.

Louis lo miró confundido al ver que ni siquiera lo estaba viendo y estaba hablando con las maletas. Tomó su mentón e hizo que lo viera.

—¿A quién carajo le estás hablando?

—¡Lo siento! No veo nada con estos lentes —el castaño se quitó aquellos lentes redondos.

Louis lo soltó mientras se cruzaba de brazos y miraba amenazante al alfa rizado, el cual le sonría con fingida inocencia. Ahora tendría que aguantar al hermano de aquel alfa, no era ningún secreto que Aaron podía acabar con su paciencia en menos de un minuto, y fingir que eran esposos no estaba dentro de sus planes. Pero ahora se vería obligado a pasar dos semanas con aquel hombre, definitivamente debería tener mucha fuerza de voluntad.

Las horas pasaron en aquel avión, Louis tuvo que aguantar las mil y un preguntas que Aaron le hacía y sus ocurrencias, tanto que quiso cubrir su boca con cinta adhesiva. Sin embargo, hubo un momento exacto en el avión en que su mirada no se apartó del alfa.

Harry estaba sentado junto con Stephen, pero el omega estaba dormido sobre su hombro, y sus hijos estaban justo al frente de ellos, observó cómo el mayor en un intento de querer dormir terminó jugando con sus hijos. Una sonrisa sincera se asomó por sus labios al ver aquella escena.

Harry era temperamental, un momento estaba feliz haciendo bromas y divirtiéndose, y al otro estaba regañándote y enojado.

Pero se sintió tan feliz de ver como el mayor hacía incluso sonreír a sus hijos, siempre que esos dos niños se encontraban con el alfa terminaban molestándose mutuamente. Eso de alguna manera alivianaba a sus hijos y podían llegar a considerar a Harry como un segundo padre, el cual los regañaba y les hacía bromas pesadas.

Porque sus hijos siempre necesitaban de su padre, pero lamentablemente aquel hombre ya no se acordaba de ellos.

Poco después sintió a alguien sentarse a su lado, en el asiento vacío. Louis miró al rizado el cual sin problema alguno llevó una de sus grandes manos al cabello castaño del omega y acarició con ternura aquel lugar.

—¿Ahora qué tienes? —preguntó confundido.

—Nada, sólo quería venir a decirte que lo siento —dijo sonriéndole tranquilamente— Te he metido en un gran problema, pero si todo sale bien, en unas cuantas semanas todo se resolverá.

—Harry no es necesario que pidas disculpas todo el tiempo —respondió el menor— Sólo cumple tu promesa y lleva a mis hijos a nadar con los delfines. Es lo único que pido que hagas.

El alfa le sonrió suavemente mientras asentía, él entendía perfectamente que a Louis le dolía demasiado que el padre de sus hijos se olvidara de ellos y de las mil promesas que les había hecho, él sabía que para Louis era todo un martirio ser un padre soltero.

—Lo haré, Boo bear.

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