𝐎𝟕

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▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭ ꒰🌼꒱ ▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭𝅼

Louis estacionó el automóvil en el estacionamiento de J.D Mcfunnigans, dando un largo suspiro al ver como Harry estaba de pie frente al lugar en donde acordaron verse. Sus dos hijos saltaron del auto emocionados, porque a pesar de que era una reunión para conocer a la conquista del alfa, estaban felices de sacar provecho de la situación.

Ambos niños bajaron del auto viendo al mayor acercarse rápidamente hasta ellos, Louis cerró todas las puertas con seguro y bajo del auto también.

—Ya era hora, Stephen lleva horas esperando —se quejó el mayor.

—Nos tardamos solo cinco minutos —respondió estirando sus músculos por el dolor corporal que sentía al traer aquellas ropas tan ajustadas.

—¿Qué llevas puesto? —hizo un mueca al ver como iba vestido tan extravagante, con unos pantalones de cuero, una playera ajustada, una chaqueta de cuero negra y unos lentes oscuros—. Parece que vas a un funeral.

—Pero si es la ropa que tu me compraste—respondió con notable molestia.

—Agh, no importa. Muy bien ¿Están listos? —preguntó el mayor y los dos niños asintieron felices— ¿Estás listo mafioso? Muy bien, no me defrauden, y recuerden son mis hijos.

Los cuatro entraron en aquel lugar tratando de acabar con toda la incómoda situación de aquella mentira, Stephen por supuesto estaba encantado de conocer a los dos niños, quería formar un buen lazo con aquellos dos pequeños.

Había estado saliendo con Harry durante esos días, si la noche en el bar se conocieron demasiado bien, se podría decir que ahora se conocían mucho mejor.

Harry era alguien lindo y atento, pero le daba mucha felicidad cuando lo veía estando con aquel omega, se veía mucho más tranquilo y una parte que él no conocía del mayor salía a la luz.

—Wow, este lugar huele a pañales y sudor de bebé —habló el alfa.

—Mmn, feliz día del padre —contestó.

Stephen se acercó hasta estar junto con ellos, vio a aquellos dos niños los cuales eran una ternura, no se parecían tanto a Harry, pero sí se parecían demasiado a Louis.

—¡Stephen, querido! —exclamó el omega, mientras se acercaba y le daba un abrazo amigable, el cual fue correspondido.

—Stephen, déjame presentarte a los únicos dueños de mi corazón, por los que vivo y muero —habló muy convencido de sí mismo, mientras Louis lo veía con una sonrisa no tan agradable en el rostro por toda la mentira que estaba diciendo—. Él es Eider, el más grande de los niños y por supuesto mi primer amor, y él es Thomas, quien es mi pequeño bebé el cual aún amo mucho.

Louis se cruzó de brazos tratando de no armar un alboroto, sabía que Harry tenía que fingir ser el padre de sus hijos, pero que estuviera diciendo esas palabras era un poco molesto.

—Hola niños, de verdad me da mucho gusto conocerlos —les sonrió dejando a la vista sus lindos y perfectos dientes.

—Me gustaría decir lo mismo —habló Eider—. Antes de que tú aparecieras, todo era risa y diversión en casa, correr con mariposas en los prados ¿y ahora que tengo? dos horas de diversión en J.D Mcfunnigans, con él y su zorra.

—¡Reider! —regañó— ¡Eider! —corrigió al ver que se había equivocado de nombre.

El niño salió corriendo fingiendo sentirse triste y lloriqueando. Stephen sólo se quedó boquiabierto y algo herido por sus palabras, pero no porque le hubieran afectado del todo a él, sino que eso debió ser un golpe duro para un niño del cual sus padres se estaban divorciando.

—Le afectó bastante —murmuró.

—Está así por las pastillas que tomó del buró de su padre —respondió el mayor.

—¿Qué? Harry —lo regañó Louis ante la exageración de sus palabras.

—Ah, iré a hablar con él —el mayor se alejó de ellos para ir en busca de aquel pequeño.

Subió entre los juegos para niños, siendo golpeado por los pequeños ya que el juego era demasiado pequeño para un alfa de su tamaño.

—¿Qué rayos fue eso, Eider? —preguntó mientras se arrastraba y seguía los pasos del niño.

—Dijiste que lo hiciéramos parecer real y así lo hice. ¿Qué niño estaría contento de que sus padres se estuvieran divorciando y que aparte su padre ya tuviera un amante?

—Bueno, pero esa no era la manera de decirlo —siguió regañando mientras aún lo seguía.

—Está bien, me disculpare.

—Pues gracias, ahora mira para allá y finjamos que todo está bien —le dijo.

A lo lejos, los dos omegas los observaban arreglar sus cosas. Ambos alzaron la mano con una gran sonrisa en sus labios.

—Ya no eres una zorra, Stephen —exclamó Eider para el omega pelirrojo, viéndose como todo un niño inocente y feliz.

Después de que las horas transcurrieron, todos estaban sentados en una mesa dispuestos a comer un poco, Stephen a pesar de haber tenido un mal presentimiento al inicio, se dio cuenta que ambos niños eran demasiado cariñosos y divertidos. Y lo que más quería era crear alguna clase de conexión con ellos.

—Y bien niños, ¿qué cosas les gustan? —preguntó sonriente.

—A mi me llama mucho la actuación, es algo que he practicado en casa porque papá no tiene dinero para pagarle a un maestro profesional —le dijo el mayor de los niños.

—Oh, eso es genial, aprender a actuar es algo muy importante, te ayuda mucho — le respondió el pelirrojo.

Uh, si supieras.

Eider le sonrió tratando de no delatarse a sí mismo.

—¿Y tú, Thomas? ¿Qué es lo que te gusta? —preguntó ahora hacia el menor, quien se mostraba algo serio.

El más pequeño hizo un puchero y murmuró.

—Nada.

—No habla mucho, ¿cierto? —preguntó al omega.

— Así es, Thomas es un hombre de pocas palabras —respondió.

—Es que la verdad estoy triste.

Vio la oportunidad perfecta, Harry no estaba porque había ido a traer servilletas, así que tendría que sacar provecho de eso.

—¿Triste por qué salgo con tu padre? —preguntó algo abrumado el pelirrojo, ya se esperaba algo así.

—No es eso, a él le gustas y eso me alegra —el pequeño hizo un puchero— Solo estoy triste porque no cumplió su promesa.

—¿Cuál promesa? —preguntó Stephen.

—Sí, ¿cuál promesa? —Louis dudó.

—Me prometió que cuando las vacaciones llegaran, me llevaría a Hawái a nadar con los delfines —su puchero se hizo más notable y sus ojos comenzaron a brillar—. Pero de la nada canceló el viaje.

Justo en ese momento Harry llegó, escuchando todo lo que Thomas decía.

—¿Y por qué se canceló el viaje? — preguntó Stephen con notable preocupación.

—Por tu culpa —respondió el pequeño y comenzó a lloriquear, Stephen miró al alfa quien veía todo confundido y algo alarmado.

—¿Qué? no, no, no es así —se apresuró a decir, porque la mirada que Stephen le daba significaba peligro— Creo que no me entendiste, dije que cancelaría el viaje para esperar a que ustedes conocieran a Stephen y así ir todos juntos. ¡Iremos a Hawái!

Louis lo miró confundido por lo que había dicho y Harry ya no sabía cómo seguir cubriendo su mentira, observó a Thomas, quien pronto quitó su rostro triste y le dio una sonrisa triunfal.

El alfa rodó los ojos, definitivamente nada estaba saliendo como lo planeado.

▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭ ꒰🌼꒱ ▭𝅼▬࣪▭𝅼▬ׄ▭𝅼

¡𝐍𝐨 𝐞𝐬 𝐦𝐢 𝐚𝐥𝐟𝐚! [𝐋.𝐒]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora