El Oscuro Secreto Del Alfa.

5

Iktan

—¿Por qué estás llamando tan temprano. Iktan?

—Lo siento abuela, sé que posiblemente sea muy de mañana pero...

—Son las cuatro de la mañana Iktan, supongo que es importante.

—Soñé con Aura.

—¿Así es como se llama tu humana?

—Cuando dices mi humana siento mariposas en el estómago. ¿Es normal? Es decir, soy un lobo, salvaje y peludo y bueno esto me cabe sentir como un cachorro asustado abuela.

—Es que estás enamorado Iktan aunque no entiendo por qué. ¿De dónde conoces a esa chica?

—La vi por primera vez en el parque al que suelo salir a correr. Su aroma fue el que despertó a mi bestia y después de ese día ha sido más difícil controlarla.

—¿Sabes si ella ha soñado contigo?

—¿Cómo podría saber eso?

—Siempre puedes preguntar, Iktan.

—Sería algo raro preguntarle si ha soñado conmigo.

—Bueno, entonces re sugiero que averigues eso.

—¿Por qué debo averiguarlo? Aún no me dices nada.

—Por que si ella ha soñado contigo y con tu bestia, entonces es la elegida y tú has vuelto a traer un suceso de miles de años al presente. La última mujer humana que puso los pies en Golden Spears fue Adele Grey, la Luna del Alfa rojo.

—¿Hablas de la madre de las gemelas de la profecía?

—Sí, ella misma. Así que te sugiero que investigues bien la situación, recuerda que ella al igual que Adele debe verte en tu forma menos humana y aún así amarte.

—Esto será difícil.

—Pero no imposible. –dice antes de colgar la llamada.

Mi abuela tiene razón cuando dice que esto no es imposible pero no conozco muchas cosas de Aura. Hoy trataré de encontrarla por la tarde para que salgamos a comer o algo.

Necesito averiguar todo lo que no he podido sobre la mujer que gobierna mi corazón.

Salgo con toda la actitud de mi casa directo a la empresa. Tal vez le mande un mensaje o la invite a desayunar. O quizás solo la llamé o...puedo encontrarme con ella en la calle.

—¿Aura? –la llamo y puedo notar la tensión en su cuerpo.

Mis agudos oídos escuchan un par de groserías cosa que me causa algo de risa. Ella observa mi coche y después de limpiarse las manos en su bellísima falda me sonríe.

—Iktan, buenos días. ¿Qué haces por acá?

—Yo vengo a trabajar, ¿Tú que haces por acá? –le pregunto aunque algo en mi interior me dice que iba a buscarme.

—Bueno, también vengo a trabajar.

—¿Puedo saber con quién? –cuestiono sintiendo como mi bestia se pone alerta si llega a decir nombres que no quiero oír.

—Con Iktan Malik, dueño de media ciudad. –confiesa y yo no puedo evitar sonreír feliz.

Ella rasca su cuello con visible nerviosismo y da dos pasos torpes hacia atrás.

—¿Hablas en serio?

—Sí, a menos de que ya tengas asistente.

—No, yo tenía mucha confianza en que tú aceptarías el trabajo. Ya ves que no me equivoqué.

—Bueno, entonces iré a presentarme a recursos humanos antes de que llegue mi jefe.

—Mejor sube, te dejaré en la puerta antes de que llegue tu jefe. ¿Qué dices?

—Que caminar es sano.

—No si llegas quince minutos tarde a tu nuevo empleo.

—¿Qué?

—Que  eso es exactamente lo que harás si decides ir caminando, sin contar que tus zapatillas van a odiarte.

—Solo por hoy. –sentencia.

—Claro, mañana ya seré tu jefe oficial. –anuncio mientras ella sube al coche y yo lucho para no comerme la ahí mismo. Pero no sé manera literal sino a besos.

Gran madre, dame paciencia y fuerza para no caer en su tentación... todavía.

Camille, ayuda a Aura a ponerse al día con el papeleo mientras yo tengo una junta importante con nuevos socios, no estoy viéndola porque eso estaría mal pero mi bestia está tan al pendiente de ella que la imagino en mi mente, con esa falda negra y esa blusa, podría arrancarle los botones con una sola de mis garras. Sería como partir mantequilla.

—Iktan, me asusta que me mires tan fijamente mientras tienes una erección. –señala mi socio y ríe logrando que sienta vergüenza.

—Lo siento Frank, está pensando.

—No necesito que me digas en que. ¿O en quien?

—Es complicado.

—¿Es casada o tiene hijos?

—No tiene idea de que me tiene loco.

—Habla con ella.

—Suenas como mi abuela. No es tan fácil, yo...no sé si soy un buen hombre para ella. –confieso y miro a Aura quien aprende rápido.

—Si quieres puedo hablar con ella. –se ofrece y niego.

—No, en algún momento tengo que tener el valor suficiente para hacerlo o será demasiado tarde.

—Bien, sigamos entonces con lo nuestro en lo que decides ser valiente.

Tomo asiento nuevamente llevándome la imagen de mi bella Aura aplaudir cuando comprende lo que Camille le explica.

Ella definitivamente me volvió loco y dudo mucho que algún día pare.

***

—Señor Iktan, ¿puedo pasar? –pide Camille  detrás de la puerta.

—Adelante.

En cuanto ella entra, puedo sentir la incomodidad invadir el espacio. Dejo de hacer lo que estoy haciendo y pongo atención a sus movimientos.

Ella está cerca de la puerta cosa que me intriga.

—Camille, ¿qué ocurre?

—Señor yo, necesito hablar con usted de algo urgente.

—Por favor no me digas que también vas a renunciar.

—Eh, no señor, no es eso. Es otro tema, uno que me pone algo incómoda y prefiero hablarlo con usted porque realmente lo respeto y admiro mucho.

—Me tienes muy intrigado, ¿De qué se trata?

—El señor Frank me dijo que...¿Está enamorado de mi? Porque eso sería raro ya que yo estoy casada y tengo un bebé, uno que usted me ayudó a tener en la ambulancia. ¿Lo recuerda?

—Ay, carajo. ¿Qué te dijo Frank?

—Que usted no sabía cómo confesarme que estaba enamorado de mi.

—Por dios, no me refería a ti Camille, sabes que te estimo porque has estado conmigo desde que inicié con todo esto, creo que Frank entendió mal. Yo hablaba de Aura, no de ti.

—¿Está enamorado de Aura?

—Si pero por favor, no vayas a decirle nada.

—No se preocupe señor, yo no diré nada. Pero si quiere un consejo, vayan a comer a le fleur, es su restaurante favorito. –señala y sale de mi oficina.

Por fin, una oportunidad, si ella no está enamorada de mi yo voy a conquistar su corazón, hasta que me lo entregue y pueda reclamarla como mía.