-Madre, ya te he dicho que no puedo volver a la reserva ahora. -le repito por tercera vez a mi madre mientras observo por la ventana.

-Tu padre necesita descansar Iktan, tu deber como alfa es estar aquí y tomar su lugar.

-Ese lugar le corresponde a...

-¡Pero él no está! -señala a punto de llorar-, por eso tú debes estar aquí.

-Estoy enamorado. -suelto de pronto.

-¿Enamorado? ¿De Katte?

-No mamá. Katte y yo terminamos hace meses.

-¿Entonces a qué manada pertenece?

-Ella es...

-Señor Malik, la señorita Aura Jäguer está abajo y pregunta por usted.

-¿Aura Jäguer?

-Sí, dijo que usted ya la...

-Por favor hazla pasar. -la interrumpo y ella asiente rápidamente-, madre debo irme, te llamo después.

-Iktan por favor, piensa en lo que te dije.

-Te amo, madre.

Cualto la llamada no queriendo escuchar nuevamente la misma letanía de mi madre. Ella quiere que yo vuelva a un lugar que no quiero volver, no si no es con ella.

La puerta se abre y la asistente de recursos humanos e.tra junto a Aura. Va vestida de manera diferente a como iba está mañana y luce aún más preciosa.

Mi bestia aulla encantado con eso. Mis colmillos amenazan con salir se su lugar para morderla y saborearla pero me contento y termino con una vergonzosa erección que ella no alcanza a ver.

-Lamento haber venido así sin avisarte. -se disculpa y yo lucho para no pedirle que se case conmigo en este momento.

Ella podría llegar a mi oficina con un tanque de guerra si lo desea y yo moriría de amor igualmente.

-No digas tonterías, tú siempre serás bien recibida en mi empresa. Para mí es un placer tenerte aquí, aunque si me sorprende tu visita.

-Yo, quería, es decir quiero agradecer por todo lo que hiciste por mí. Si hubiese caído en las manos de esos hombres, quizás ni siquiera estaríamos teniendo esta conversación.

-No iba a deja que te hicieran daño.

-Yo he traído el almuerzo, espero que tengas hambre porque lo compre con mi último sueldo. -asegura y pone las cosas sobre el escritorio.

-¿Tú último sueldo?

-Mi jefe me acaba de despedir, por haberme quedado dormida y no estar muriendo por qué una ballena me tragó y me arrojó al océano pacífico.

-Que ridículo. Lamento que te hayan despedido, debí despertarte.

-Tú no sabías nada de mi. -asegura y mi bestia se ríe de mí porque claro que sabemos de ella-, ¿cómo ibas a saber que debo asistir al trabajo a las ocho de la mañana?

-Tienes razón, ¿Qué trajiste de comer?

-Supuse que te gustaba la carne, así que he pedido un filete termino medio y vegetales con puré.

Mi bestia ya se encuentra relamiéndose los dientes con solo haber oído filete aunque él lo prefiere termino vivo. Yo solo me aflojo la corbata sintiendo mucho calor y no porque lo haga en realidad, es su olor, el como mueve sus labios al hablar y su piel blanca. Ella es una maldita obra de arte.

500....

La comida con Aura es... como siempre lo soñé, claro que yo había soñado con compartir una comida en nuestra casa para después hacerle el amor en la cocina. Pero esto me funciona por ahora.

Mi bestia se regocija en una esquina de mi mente y si fuese un gato puedo apostar que estaría ronroneando de gusto. Estar con Aura ha sido mucho más placentero que todas las noches que la he visto correr por el parque.

-Así que ahora debo ponerme a buscar un trabajo con excelente sueldo y con un jefe que no sea un idiota irónico que me da más trabajo del que me paga.

-¿Tienes algo en mente?

-En realidad no. Hoy pienso relajarme y respirar de manera correcta y sin tanta prisa. A veces olvido lo bonito que es simplemente respirar sin tener que dar explicaciones.

-Bueno, respira mientras disfrutamos del postre. ¿Te parece?

-¿Qué postre?

-Bueno, no podemos haber comido tan delicioso y no haber tenido un final feliz. Un postre sería genial o mi bestia glotona no me dejará en paz. -aseguro y la veo sonreír un poco.

-No quiero quitarte más tu tiempo, seguro debes tener mucho trabajo. La chica que me trajo hasta aquí dijo que tu asistente había renunciado justo está mañana.

Sus palabras me ponen alerta y me dan una idea magnífica, una señal divina que justo hoy todo se haya acomodado.

-¡Ya lo tengo! Podrías ser mi asistente, la mía acaba de renunciar y tú acabas de ser se despedida. Prometo no ser un idiota irónico.

-Iktan yo no sé si sea correcto, no me gustaría abusar de tu amabilidad.

-Podrías abusar de todo lo que soy sin problemas. -murmuro y finjo toser para evitar ser escuchado.

-¿Qué dijiste?

-Que no estarías abusando de nada, que no hay problema. Mira, realmente esto de buscar una nueva asistente y pasar por todo eso me causa conflicto.

-Yo no sé si estoy capacitada para ese puesto.

-Vamos por ese postre mientras te hago un par de pruebas rápidas. ¿Qué dices?

-Que estás loco. ¡No sabes nada de mí y quieres contratarme!

-Tú tampoco sabes nada de mí y aquí estás, compartiendo un delicioso almuerzo comprado con tu sueldo se desempleada.

-Eres tan raro, todo esto lo es porque...bueno, siento que te conozco desde siempre y no es así, entonces me confundo tanto porque. ¿Por qué me miras como si fueras a comerme?

-Solo miro como divagas mientras me apuntas con un filoso tenedor. -señalo y ella se da cuenta de lo que hace y deja el tenedor en el plato.

-Lo siento, estoy algo nerviosa y... Bueno olvídalo. ¿Vamos por el postre?

-Vamos por ese postre que no me lo pierdo.

-¿Puedo pensar en tu propuesta laboral?

-Claro, puedes pensarlo. Aunque si aceptas me estarías salvando la vida, como ya viste soy un desastre con los papeles y todo esto. -señalo el escritorio desordenado totalmente a propósito.

-No tienes pinta de desordenado.

-¿Y de qué si tengo pinta?

Ella parece tener una batalla interna con sus pensamientos y luego sonríe.

-De todo menos de desordenado. -confiesa y puedo sentir su diversión.

Me intriga saber que es lo que piensa de mí y honestamente eso es algo que no me dejará dormir está noche.

-¿Bebes café? -cuestiono aunque yo ya sé que sí porque a veces la visito un poco en su casa.

-Un café me encantaría. -concede y yo y mi bestia nos sentimos más que felices.

Aura Jäguer será nuestra, sino moriré en el proceso.

El Oscuro Secreto Del Alfa. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora