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La noche fue cansada para Lionel, por extraño que pareciera para los demás, para Lionel era normal, jugueteaba con esa manzana que le dió ese chico de hermosos rulos, ver en su rostro el sol iluminando, ese chico le había quitado a la luna el esplendor, y al sol sus rayos, porque solo el movimiento andar, era tan sutil y solemne, lleno de divinidad que el no se sentía digno.

Solo imaginarlo con esos hoyuelos tintineantes, la calidez embargante, lo hizo solo entrecerrar su mirar, esbozando una pequeña sonrisa, ver esa dulce manzana cual su dueño que se la tendió, donde simplemente... No sabia como expresarse, pero lo único que tenía era el hecho del calor emerger en su pecho, él conocía lo que le estaba pasando.

Y ellos tuvieron razón, posiblemente es muy fácil de enamorarse, pero no importaba, porque el presentía que sería diferente, mientras entre sus dedos pasaba la manzana, le daba vueltas con el tallo, viendo su brillo por la cera encimismada que posee.

Lo único que puede pensar en su corazón, y no con la cabeza, es que... Este revolotea tan solo imaginar como el viento chocaba en el frente del hombre.

Y esa noche lo estaba presintiendo, el tenía conocimiento total sobre el amor, y sobre lo que era un desamor, sufrió mucho por eso, y su mismo equipo lo ayudaba para mantenerse sin fijarse en alguien más, pero, simplemente, esto había pasado instantáneo, y...

No sé arrepentía.

Se decía, cerrando sus ojos colocando esa dulce manzana roja, con cuidado en la mesita de noche, porque no pensaba comerla, la cuidaría, porque fue un regalo que le dió una persona con aire inocente, una persona que realmente no tenía malicia y parecía no conocer nada de eso.

—que lindo que es...—fue lo que susurró apenas emularlo, el también había descansado con la imagen de ese chico en sus memorias.

Un sueño bastante lindo, a comparación de los otras pesadillas que le daban repentinos.









Guillermo es quien se despertó temprano, tenía los ánimos en el cielo ya que está vez cuando se despertó, lo primero que hizo fue agarrar su libreta, anotando todo lo que tenía planeado hacer en su día, está vez tendrían un partido, por lo que con un mirar ansioso paseaba por toda la habitación, anotando en su lista varias cosas; acomodar la cama, desayunar, comer su manzana, limpiar su ropa y acomodarla, jugar, dormir.

Era su planeación del día, y por extra había agregado en los espacios de bajo si pudiera necesitar más, estudios en su letra y ayudar en lo que se pueda a Hirving, porque el sabía cómo era Hirving y siempre lo ayudaba a el, le encantaba estar para su amigo en lo que pudiera.

Escucho como se abrió la puerta despacio, y vio que era Gallardo, lo notó por el simple hecho de su cuerpo, ya que ni al rostro miraba, queriendo evitar lo posible sus ojos, escucho la suave voz con la que le habló, lo agradecía siempre de su amigo — ¿Hirving se despertó?

ⒶⓊⓉⒾⓈⓂ  [𝙼𝙴𝚂𝚂𝙸 𝚇 𝙾𝙲𝙷𝙾𝙰] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora