Una estrella a la que extrañas

1. Heridas abiertas, ataúd cerrado

No existen reglamento que diga que una persona no puede dolerle la muerte de una persona a la que al menos un día de su vida, quiso con todo el corazón. Cuando perdemos a alguien especial tendemos a llorar, gritar o incluso hacernos daño.

Cual sea que haya sido tu reacción ante la lamentable noticia, esta bien, hiciste lo que sentiste que debías hacer, si bien luego tendrás un luego contigo, no sabrás como luchas contra esos pensamientos que te lastiman aún más.

Y de repente puede llegar el arrepentimiento, la ira, la culpa de no haber hecho más, de no haber vivido más junto a esa persona, pero realmente no necesitas culparte o tener que haber vivido años de recuerdos con esa persona, lo que si necesitas, es aprender a sanar esa gran herida que con el paso del tiempo que sea suficiente podrá no doler tanto.

No, no sientas culpa, no, no sientas arrepentimiento, no sientas que la batalla contra el mundo ya está perdida, no servirá para nada más que hacerte más daño, detente un momento a pensar en al menos un momento en donde fuiste feliz a su lado, porque aunque no esté en tu plano, estará en tus pensamientos y recordar sólo tu tristeza hará que olvides lo importante, cuando se sentía estar vivo.

Lo mejor que podrías hacer por ti es buscar una manera de aceptar ese dolor, no esperar a que te entiendan y te abracen si no entenderte y abrazarte a ti mismo.
Busca cosas que jamás hiciste (En el buen sentido) puedes pintar, buscar de el arte, la danza, las canciones o incluso el buen método de la lectura, después de todo estarás intentando sanar y sobrellevar el fallecimiento de alguien, más allá de eso, estarás creciendo como persona y demostrándote que la vida contiene pasos, unos en falso, otros firmes y finalmente los pasos en la cuerda floja, que es donde casi siempre solemos caminar.

No importa cuanto dolor sientas, cuantas veces llores, cuantas noches te desveles esa persona que tanto amaste no volverá, y si, se que es difícil aceptarlo pero vamos, es cierto, alguna vez no tocara aceptarlo, no digo que no puedan llorar, gritar, golpear algo o quedarte mirando el techo, estarás librando todo ese dolor y eso está perfectamente bien, solo no te rindas.

Sé que esto puede doler más que nunca, Sé que puede derrumbarte y hacer que no puedas hacer nada para levantarte, que algunas personas hasta dejan de sonreír, pero realmente son cosas de la vida, Sé que sonará muy común, pero es cierto, no lo olvidarás, no pasará con el tiempo, porque este tipo de heridas quedan abiertas para siempre, pero lo que sí podrás hacer es levantarte, luchar contra el dolor y sanar esa herida cada vez que duela, tal vez por el amor a esa persona o simplemente hazlo por ti, para volver a vivir.

Porque estar vivo no es respirar, no es poder caminar, no es poder reír. Soy fiel creyente al "sentirse vivo y estar vivo son cosas distintas", al final, es así, sentirse vivo es poder sonreír sin sentir el corazón hecho trizas, es amar cada detalle pequeño que te regale la vida, es sonreír y que tu corazón y alma también lo hagan, es mirarte con amor, es tomar tu propia mano y caminar todo lo que puedas en esta vida, es...Sentir que realmente estás vivo.

Y tal vez pases toda tu vida recordando su partida como lo peor que pudo pasarte, y tal vez haya sido así, pero seamos sinceros, nadie que murió pudo haber querido que solo lo recordaran con lagrimas y tristezas, por eso cada paso que des, estaré acompañándote y abrazandote con mis palabras.

Una vez leí que la muerte era tan hermosa que nadie volvió de ella jamás, ¿realmente es así? Tal vez, pasa que creo en cada palabra de ese dicho extraño...pero hermoso, tal vez esa persona que tanto extrañamos está descansando del engañoso mundo real.

Alguna vez en nuestra vida quedamos atónitos mirando un cementerio, al menos yo lo hice, pensaba que la muerte era algo común, normal y que era un ciclo que se repetía cada vez, efectivamente fue así y será así siempre.

Pero jamás pude sentir lo que pasaba por la mente de otras personas que sufrían el dolor de ESA partida, tal vez batalla para algunos.

La muerte es una herida que jamás podremos sanar por completo como seres humanos, será una herida eternamente abierta en un ataúd cerrado, pero un corazón herido es capaz de muchas cosas, de protegerse, de levantarse, e incluso, seguir luchando por sanar cada vez que lo necesite, es verdaderamente impresionante ver el cambio que tiene una persona gracias a una pérdida, puede notarse fácilmente cuando ya no vuelve a ser la misma, como hay otras que siguen y continúan su vida sin costo alguno.

En su caso, espero nuestro  libro ayude a  ir sanando esa herida que poco a poco podrá sobrellevar incluso si deja cicatriz, estaremos consientes de que fue una batalla que aunque se repita, estaremos preparados para luchas por nosotros y por ellos.

Cuando una persona fallece, te deja un vacío interno que no podrás llenar nunca, podrás taparlo con un tapiz y seguir tu vida, pero sabrás que ese vacío está ahí, sin ser Salvado por nadie, los primero días de su muerte estarás desesperado intentando esconderte de ese vacío pero eres tu mismo quien se atormenta.

El vacío no tiene la culpa, tampoco la tienes tu, existe una cura, una salida y una vida pero no existe la manera de olvidar lo que pasó, mi teoría, es que sólo se puede aprender a vivir con ello.

Recomendación: lee este libro con alguna canción que conecte contigo de fondo, una pueda conectar mis palabras con tus sentimientos y tu corazón.

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Queridos lectores he aquí nuestro primer capítulo de "una estrella a la que extrañas"  me encantaría recordarles que este libro es un logro para ustedes y para mi.

Los quiero mucho<3

Ig: mariajsan32