Parte 11
Alisé el cabello que caía sobre la cara dormida de mi novio que se arrugó en su sueño. Aunque dormido su cuerpo todavía parecía tenso, sus lágrimas solo se habían secado recientemente en sus mejillas, era tan pequeño, tan vulnerable en mis brazos que me hizo querer abrazarlo más y más hasta que absorbí toda su tristeza en mí.
Verlo ahora solo me recordó a mí mismo hace tantos años cuando mis padres se divorciaron, tenía alrededor de nueve años y no entendía lo que sucedía a mi alrededor, no había mucho que recordara de aquel entonces pero podía recordar los gritos. Me despertaba con los agudos sonidos de 'jódete' que se lanzaban de un lado a otro, cuando los puños se golpeaban en las mesas o se arrojaban objetos, podía recordar entrar con los ojos llorosos y mis padres volviéndose hacia mí con una sonrisa forzada en sus rostros.
"Hyunjin" arrulló mi madre inclinándose ligeramente con los brazos extendidos, con una una sonrisa "Ven con tu mamá, ¿eh? ¡Vamos al parque que te gusta, el que tiene el tobogán grande!".
"No, Hyunjin" decía papá con una voz ronca "Amigo, ven conmigo. Querías probar los autos nuevos en el trabajo ¿verdad?".
"¿Trabajo de nuevo?" mamá se burló, sus suaves ojos se endurecieron mientras se volvía hacia el hombre más alto "¿Ya vives allí y ahora quieres encerrar a Hyunjin allí también?".
"Estás loca" dijo mi padre exhalando con dureza "Iba a ser civil pero veo que se desperdicia en ti. ¿Crees que te dejaría llevar a Hyunjin contigo mientras duermes con ese-".
"¡Cállate, Harvey!" Mamá espetó antes de que sus ojos se abrieran, volviéndose hacia mí con esa misma sonrisa repugnante. Sus labios rosados eran malas hierbas disfrazadas de flores "Hyunjin mi bebé. ¿Por qué no vas a tu habitación y te cambias, luego podemos irnos, hm? Corre ahora".
Asentí caminando rápidamente de regreso a mi habitación, el sonido de los gritos regresó incluso antes de llegar a la puerta; eran muy ruidosos.
Arrastrándome sobre mi cama me deslicé debajo de mis mantas y almohadas, enterrándome en mis sábanas. Saqué el reproductor de mp3 que recibí para mi octavo cumpleaños y me puse los auriculares en los oídos prendí la música y cerré los ojos.
Fuerte, todavía era muy fuerte.
Sentí una sensación familiar pero distante mientras los viejos recuerdos jugaban detrás de mis ojos, algo en lo que no había pensado en mucho tiempo. La amargura se había atenuado con los años con Bell haciendo todo lo posible para curar el daño que su hija y ex yerno me habían infligido, mis heridas se habían curado pero no sin dejar cicatrices.
Lix se movió mientras dormía, su nariz se arrugó mientras murmuraba algo incomprensible. Inconsciente y preocupado, su cuerpo más pequeño se retorció más cerca de mí, sus brazos se aferraron a los míos como una cuerda de salvamento, su cara presionando contra mi pecho.
"Está bien" susurré, mi chico no se despertaba pero su cuerpo se relajaba de nuevo derritiendose en mis brazos, mi corazón se apretó al verlo y mi garganta se apretó "Te tengo Lix, te tengo".
Mis palabras resaltaron en la noche con los sonidos de nuestras respiraciones que subían y bajaban sincronizadas.
Y todo estaba en silencio, muy tranquilo; justo como debería ser.
Parte 12
Nunca me había sentido así antes.
Estaba tan nervioso mientras miraba la pila de ropa desechada en mi cama, provocando una pesadumbre en mi espíritu. Nunca había tenido problemas para elegir la ropa pues a menudo me ponía lo que tenía a mano y quedaba satisfecho con mi aspecto pero ahora, sabiendo que estaba a punto de conocer oficialmente a la familia de mi novio por primera vez, todo lo que probé de repente me hizo parecer un niño de los 2000's o un completo imbécil.